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El acreditado turronero Manuel Iborra, que durante muchos años ha tenido su despacho de turrones y dulces en la administración de Lotería de la calle Cánovas del Castillo ha trasladado la venta de los citados turrones a la esterería La Alfombrera, en la misma calle», reza un anuncio de 1928 en El Norte de Castilla. «Ojo no se despacha en otro sitio», añade la publicidad de los años treinta en el decano de la prensa española. Manuel Iborra García (Jijona, 1872), albañil de profesión, comenzó muy joven a acompañar a su tíos maternos, Antonio y Patrocinio, a Valladolid para vender sus turrones y dulces artesanales desde finales de noviembre hasta el día de Navidad. Hacia 1905, cuando se casó con Isabel Planelles Candela, este alicantino decidió independizarse de sus tíos y comenzó a desplazarse a la ciudad del Pisuerga a vender sus propios productos.
Inicialmente empezó en un puesto de la Acera de San Francisco (hoy Ferrari), donde se instalaba un mercado navideño; luego, el patriarca de la saga turronera que hermanó Jijona con Valladolid hace más de un centenar de años fue vendiendo en distintos comercios de la ciudad: desde la administración de Lotería del Sr. Corporales a la zapatería de Félix Arévalo, pasando por La Alfombrera, Fotografía Cacho, Calzados El siglo XXI, Sombrerería Ruano, Las Madrileñas, El Ramillete Europeo, La Rosario o Calzados El Cañón. Alquilaba parte del comercio durante la campaña de Navidad y ponía un anuncio en El Norte avisando a su clientela dónde podían encontrar ese año sus turrones, «sin envoltura de celofán ni más marca que el prestigio del turronero».
«Colmadas de peladillas»
«Aves de paso y de estación, que hacen su éxodo al contrario que otras aves huideras (...). De las tierras de sol vienen estos buenos amigos de Pascua (...). Huéspedes invernizos, con su sombrero airoso, tan español y castizo, que no sabemos si es calañés, aunque sí pariente suyo (...). Y aparece nuestro héroe, detrás de su tenderete, que es mesuca, cubierta con un lienzo bien blanco; sobre la mesilla, que está como altar con el pañizuelo tan alegre, las cajas de turrón dulce, hecho de almendras de la huerta, y esas otras cajas blancas, llenas, colmadas de peladillas (...). Así, tras el tenduco, está el hombre levantino...». Y así describió a Manuel Iborra en el periódico del 22 de diciembre de 1912 Francisco Antón (junto a la fotografía grande que acompaña este reportaje).
El matrimonio formado por Manuel e Isabel tuvo cuatro hijos: José 'Pepe', Isabel, Josefina y Manuel; continuando Manuel con el negocio. Fue este Manuel Iborra quien se instaló en el número 10 de la calle Lencería «frente a Casa Alcalde» (hoy número 2) en 1957, donde continúan en la actualidad. Al año siguiente se amplió la oferta con helados, horchata y granizados.
En 1969, tras fallecer su padre, tomaron las riendas del negocio Manuel y Maribel, los dos hijos de Manuel Iborra Planelles y Josefina Sánchez; y al año siguiente abrieron su propia fábrica de turrones en Jijona, tras años de elaborarlos en la casa familiar de la calle La Vila. Hoy son tres de los cuatro hijos de Manuel Iborra y Carmen Cremades los que están al frente del negocio, tras el fallecimiento de su padre en 2020: Carmen, Manuel y Antonio. «Dos de mis sobrinos, Jorge y Manuel, ya están trabajando en la fábrica» –cuenta orgulloso Antonio Iborra Cremares– «así que yo creo que la continuidad del negocio, por lo menos una generación más, esta garantizada». Y ya es la quinta. «Es un trabajo duro», añade Antonio.
Otros comercios históricos de Valladolid
Sonia Quintana
Sonia Quintana
Próximamente cambiarán el obrador de los helados de la calle Coinvasa, donde se trasladaron en 1996, a Mercaolid. Pero los turrones los seguirán elaborando en Jijona; por eso parte de la familia Iborra sigue viviendo a caballo entre Valladolid y la localidad alicantina. La tienda tampoco se moverá de sitio. «El local no es en propiedad pero es parte de nuestra seña de identidad», señala el biznieto del fundador.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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