Cuatro generaciones al filo de la navaja

«Barberos y esquiladores. ¿Desean ustedes trabajar a gusto con sus máquinas, navajas y demás herramientas cortantes? Mándelas vaciar al acreditado taller del vaciador Santiago Blanco. El nombre de esta casa es garantía de los que la conocen, hallándose siempre a la altura de las mejores en su clase», rezaba en 1918 un anuncio en El Norte de Castilla. En los años veinte, este comercio publicaba en el decano de la prensa española: «Interesante a todos los barberos. Para afeitar bien es preciso tener buenas navajas. Santiago Blanco, vaciador, les ofrece un gran surtido de las mejores y más acreditadas marcas de Solingen. No confundirse. Pasión, 13».

La historia de esta conocida cuchillería vallisoletana ya había nacido unos años antes; concretamente en 1900, tal y como puede leerse en el mural que conservan hoy en el nuevo local los  actuales propietarios, descendientes de Santiago Blanco, tío carnal de su abuelo Valentín Blanco Pérez (Moura, 1903). Santiago Blanco llegó a Valladolid procedente de la localidad orensana de Moura. «Años después se trajo a mi abuelo para echar una mano en el negocio. Aprendió el oficio y cuando fallecieron sus tíos se quedó él», recuerda José del Barrio (Valladolid, 1971), actual copropietario de Cuchillería Blanco junto con su hermano Óscar (Valladolid, 1975), al frente del mostrador.

Casado con Florinda Sarmiento, el matrimonio tuvo cinco hijos. El único varón estudió Medicina y ejerció de médico decano de la Casa de Socorro de Valladolid. Tras fallecer Santiago, el negocio quedó en manos de Florinda, quien cambió el nombre por 'Viuda de S. Blanco'. Fue en 1935 cuando el comercio se trasladó al número 72 de la calle Santiago, «la más comercial de la época», apostilla José del Barrio. «Frente a Granja Royal», advertían a sus clientes. En esa ubicación, aunque con distinta numeración, hoy 20, ha permanecido hasta el mes de septiembre de 2020, que se trasladaron al interior de Las Francesas.

El local de la calle Santiago fue obra del arquitecto Ramón Pérez Lozana, quien en 1932 había proyectado el histórico Cinema Roxy, actual Casino de la calle María de Molina. «La portada del comercio es un ejemplo único de diseño de una arquitectura 'protorracionalista', pionera en los comienzos de modernización de la arquitectura a principios del siglo XX», tal y como recoge el registro del Docomomo de Valladolid.

Florinda falleció en 1948 y el negocio, ya en manos de su sobrino Valentín, pasó a denominarse: Cuchillería Blanco, nombre que mantiene en la actualidad. «Mi bisabuela mandó a Valladolid después a dos hermanos de mi abuelo, Evaristo y Tomás, que también trabajaron en el comercio. Mi abuelo era bastante emprendedor y abrió una sucursal en Huesca, que luego se quedó su hermano Tomás», cuenta su nieto mayor. «Mi abuelo siempre contaba el miedo que pasaba en Bilbao cuando tenía que ir en barca por la ría para recoger material de estraperlo».

Casado con Otilia Domínguez, al fallecer Valentín, en 1997, el negocio pasó a ser propiedad de su única hija: Carmen Blanco, aunque siempre han sido sus hijos, José y Óscar, los que han estado al frente del negocio familiar.

• Temas
• Comercios históricos de Valladolid
• Valladolid ciudad