Valladolid, piedra sobre piedra
El convento vallisoletano de los exorcismosValladolid, piedra sobre piedra
El convento vallisoletano de los exorcismosFue en diciembre de 1595 cuando las monjas bernardas recoletas del monasterio de Santa María de la Consolación de Perales abandonaron el convento palentino para establecer una nueva fundación en Valladolid: el monasterio de San Joaquín y Santa Ana, en el que se colocó el ... Santísimo el domingo de Ramos de 1596, dando así comienzo una nueva comunidad formada por doce religiosas. El monasterio vallisoletano, ubicado en el actual número 4 de la Plaza Santa Ana, se convirtió en la casa madre de la recolección cisterciense. La construcción de aquel primitivo convento corrió a cargo de Francisco de Praves, considerado la última gran figura del foco clasicista vallisoletano. Arquitecto del duque de Lerma y maestro mayor de obras de Felipe IV, De Praves es también autor del claustro del monasterio de las Huelgas Reales, construido sobre los restos del desaparecido palacio vallisoletano de la reina María de Molina.
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Sonia Quintana
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Casi en estado de ruina, en 1777, las religiosas, amparadas en el real patronato del monasterio -Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana-, solicitaron amparo a Carlos III, quien encargó los planos a Francisco Sabatini, arquitecto real y, como curiosidad, antepasado de Aitor Zayas, hijo de la cantante Massiel. Las obras comenzaron en 1780 y el edificio, de estilo neoclásico, se inauguró siete años después. Este monasterio vallisoletano es la única obra de nueva construcción que el alarife italiano realizó fuera de Madrid. Sabatini, quien da nombre a los jardines situados frente a la fachada norte del Palacio Real de Madrid, es autor, entre otros, de la Puerta de Alcalá, una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a la ciudad de Madrid.
Declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional en 1956, en su interior alberga uno de los grandes tesoros de Valladolid: tres cuadros de Francisco de Goya -'Tránsito de San José', 'Santa Ludgarda' y 'San Bernardo y San Roberto'; junto a otros tres de Ramón Bayeu. Ambos pintores aragoneses estaban contratados entonces en la Real Fábrica de Tapices. También custodia en su interior un Cristo yacente, de Gregorio Fernández; y 'La Dolorosa', de Pedro de Mena, protegida hoy por una vitrina regalada por la National Gallery, después de ser exhibida en Londres en 2009 en la exposición 'Lo sagrado hecho real'. Sede de la Cofradía del Santo Entierro, las religiosas que lo regentan pertenecen a la comunidad de monjas cistercienses de San Bernardo
La escultura de Santa Ana que figura dentro de una hornacina sobre el dintel de la puerta es del siglo XVI y se cree que procede del primitivo monasterio. La geometría de la fachada es rectilínea. En su interior se han realizado exorcismos, por parte de religiosos autorizados por la Iglesia. En el centro del templo hay una estrella roja de ocho puntas. Según se dice, quien se coloca sobre ella, se ve favorecido por las energías telúricas que de ella emanan. Fue colocada allí por el propio Sabatini.
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Fundado por la reina María de Molina, este convento fue el primer edificio de estilo clasicista construido en la ciudad: el Monasterio de Santa María de las Huelgas Reales.
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