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En 1935 el industrial Doroteo Dávila Villalobos contrató al arquitecto Ramón Pérez Lozana para levantar dos edificios contiguos sobre el solar de su propiedad situado ... en el ángulo de las calles Estación, Muro y Fermín Galán (hoy Gamazo). Para ello, el prestigioso tonelero vallisoletano se acogió a los beneficios de la llamada 'Ley Salmón' (en referencia a Federico Salmón, Ministro de Trabajo en aquel momento). Con esta ley se pretendía mitigar el paro al favorecer la construcción de viviendas de alquiler para la clase media y, a la vez, se concedían importantes beneficios fiscales a quienes promovieran la construcción de viviendas para tal fin.
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En 1937 se terminó la construcción de la casa del número 3 de la calle Estación, pero Doroteo Dávila no pudo siquiera iniciar la construcción del edificio contiguo, hacia Muro y Gamazo, porque el inquilino que ocupaba el local de la casa primitiva, Benito Moyano Vega, dueño de una cantina, se negó a marcharse hasta que finalizase su contrato de arrendamiento; cosa que no ocurriría hasta dos años después. Aquel contrato expiraba el 22 de noviembre de 1939. Así que Doroteo Dávila, a quien el Ayuntamiento negó además la licencia para habitar y alquilar la casa del número 3 de la calle Estación, vio frustrados sus intereses en aquel momento.
Tuvieron que pasar casi diez años para que el industrial vallisoletano pudiese levantar el edificio actual, hoy completamente rehabilitado. Con un presupuesto inicial de 975.000 pesetas, en febrero de 1946, Doroteo Dávila Villalobos volvía a presentar al Ayuntamiento una nueva memoria para construir de nuevo dos edificios. Uno de siete plantas con «12 miradores, 44 ventanas, 10 balcones corridos y 9 huecos de comercio» -según detalla la memoria del edificio conservada en el Archivo Municipal de Valladolid- y otro de cinco. Toda la carpintería era de pino de Soria. El señor Dávila fijó la renta de 225 pesetas mensuales para cada una de las viviendas en alquiler.
En 1947 el arquitecto solicitó levantar un piso más y el inmueble se terminó de construir un año después. Pintado de azul cielo tras la restauración integral llevada a cabo en el siglo XXI, en su origen lucía en tono gris. Sobre el ático en ángulo pueden leerse dos 'D': las iniciales del nombre y el apellido de su promotor: Doroteo Dávila, que reposan sobre la 'V' de Villalobos.
El convento que levantó un antepasado del hijo de Massiel y que conserva en su interior uno de los grandes tesoros de Valladolid: el Real Monasterio de San Joaquín y Santa Ana
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