Valladolid desaparecido
La casa que el duque de Lerma cambió por el Palacio Real de Valladolid
Mandada edificar en 1568 por el licenciado Hernando de Santiso, relator de la Chancillería, esta casa, conocida como la de Hijosdalgo, estaba situada junto a la iglesia del también desaparecido Convento de Nuestra Señora de Belén. Hernando de Santiso perdió la propiedad en 1597 ... por no poder hacer frente al pago de 8.000 maravedís y 15 gallinas al año a favor del monasterio de Belén, censo perpetuo con el que estaba gravado el inmueble. La casa pasó entonces a ser propiedad del monasterio de monjas cistercienses bernardas, fundado en 1503 por Mencía de Guzmán, marquesa de Denia. El convento vallisoletano vendió el inmueble, tres años después, al hombre más poderoso del reinado de Felipe III, Francisco de Sandoval y Rojas, el duque de Lerma.
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El duque de Lerma se hizo con esta propiedad con la idea de convertirla en su residencia habitual en Valladolid; pero no se sabe si alguna vez llegó a habitarla porque aquel mismo año, 1600, dio 'el golpe inmobiliario del siglo', adquiriendo el palacio propiedad del marqués de Camarasa, nieto de Francisco de los Cobos y María de Mendoza, en el número 1 de la plaza de San Pablo, que luego vendería a Felipe III para convertirlo en Palacio Real, una vez trasladada la Corte a Valladolid. Adquirió también el resto de propiedades contiguas a la Casa de los Mendoza hasta convertirse en dueño de la manzana. Allí sí vivió el duque por su cargo de ministro del rey. Francisco de Sandoval y Rojas llegó a ser el hombre más cercano y de mayor confianza del monarca.
Aún así conocida como la Casa del duque de Lerma, el inmueble estuba ubicado cerca de la Plazuela del Duque, hoy calle Cardenal Mendoza, exactamente en el solar que ocupa el patio del Colegio de San José. La casa constaba de entresuelo, principal, primer piso, segundo piso buhardillas y patio. La fachada era de piedra y la portada, realizada por el cantero Juan de la Lastra, tenía un arco de medio punto. El piso principal tenía ventanales y el primer piso, balcones con rejería y adornos alrededor.
La casa fue heredada en 1604 por el primer hijo varón del duque, Cristóbal Gómez de Sandoval-Rojas y de la Cerda, I marqués de Cea, quien también sucedió a su padre como como valido de Felipe III. Con los años, al igual que el patronato del Convento de Nuestra Señora de Belén, el inmueble pasó a ser propiedad de los duques de Medinaceli. En 1853, Luis Tomás Fernández de Córdoba y Ponce de León, XV duque de Medinaceli, «estando el edificio necesitado de reparaciones», se deshizo de él, junto con el solar de los corrales y huerta. Desde entonces pasó por distintos propietarios hasta que en el siglo XX fue derribada.
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