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La Plaza Mayor, en los años veinte. En detalle, arriba, el alcalde José Morales. Debajo, Blas Sierra. Martín de Uña, AMVA y Leopoldo Cortejoso (Académicos que fueron)
El año de los cinco alcaldes de Valladolid
El Cronista | Historias de aquí

El año de los cinco alcaldes de Valladolid

La capital vivió continuos cambios del bastón de mando del Ayuntamiento en 1924, al inicio de la dictadura de Primo de Rivera

Jesús Anta

Valladolid

Miércoles, 17 de mayo 2023, 00:18

El próximo 28 de mayo, como cada cuatro primaveras desde 1979, tocan elecciones municipales y posterior votación para elegir a la persona que ostente la Alcaldía de Valladolid. La historia de la ciudad podría escribirse siguiendo la estela de sus munícipes: las inquietudes de la población, los avatares políticos, las clases sociales, la actividad económica, etcétera.

La Constitución de Cádiz (1812) marcó un cambio radical en la organización política de los ayuntamientos. Con ella se superó el 'Antiguo Régimen', en el que los concejales eran designados y los alcaldes ejercían de representantes del poder real. A partir de 1812, los concejales pasaron a ser electos y los alcaldes, aunque tenía que sancionarlos el Gobierno, eran propuestos por los concejales.

Desde 1812 hasta 2022, Valladolid ha conocido 106 alcaldes. En todos estos años hubo épocas en las que prácticamente se cambiaba de alcalde cada pocos meses hasta que, durante el franquismo y la democracia, los tiempos de permanencia en el cargo fueron bastante más largos.

Postal de la Academia de Caballería en 1924. Archivo Municipal de Valladolid

Mas, en estos dos siglos, el año 1924 ostenta el récord de hombres que empuñaron el bastón de alcalde: cinco por elección o designación y otros tres más con carácter interino a causa de enfermedad o fallecimiento del titular.

Listado de los regidores de la ciudad

José Morales Moreno, médico de profesión, entre otros desempeños fue cónsul de Portugal en Valladolid y director-médico del balneario de Medina del Campo. Miembro destacado de diversas instituciones, como la Real Academia de la Purísima Concepción, recibió varias condecoraciones, entre ellas la Cruz del Mérito Militar.

Fue el primer alcalde de la etapa de la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), que en septiembre de 1923 había destituido a los alcaldes de todos los municipios españoles. Morales fue nombrado regidor el 1 de octubre por el coronel de Artillería Joaquín de Gardoqui, máxima autoridad en la provincia de Valladolid tras el golpe de estado de Miguel Primo de Rivera.

Valladolid suma 106 alcaldes desde la aprobación de la Constitución de Cádiz en 1812

El 6 de abril de 1924 fue cesado (había pedido el cese anteriormente por problemas de salud), tras la aprobación del nuevo Estatuto Municipal promovido por José Calvo Sotelo (1893-1936).

Señala el historiador Guillermo Rivilla Marugán, en el 'Diccionario Biográfico de Alcaldes de Valladolid', que durante el mandato de José Morales se volvieron a celebrar las procesiones de Semana Santa después de más de un siglo sin hacerse.

Los problemas de salud le llevaron a ausencias que tuvieron que cubrir interinamente los concejales Daniel Vaca González y Álvaro Olea y Pimentel.

Blas Sierra Rodríguez fue designado alcalde el 6 de abril de 1924. También médico, se formó en la Universidad de Valladolid, profesión en la que alcanzó brillante fama que le procuró una importante fortuna. Decidido partidario de Primo de Rivera y de su golpe de estado, fue aupado a puestos destacados de la política provincial. Dos semanas después de su nombramiento presentó la dimisión alegando desconocidos problemas de salud. Nada que destacar en el tiempo que estuvo al frente del Consistorio. No obstante, tras su fugaz paso por la alcaldía, siguió su carrera política en la Diputación Provincial.

Esquela publicada en El Norte por el primer aniversario de la muerte del alcalde Nicolás López Serrano. El Norte

El 21 de abril de 1924, Nicolás López Serrano, militar de carrera, recorrió toda la geografía española (incluidas las colonias de África y Cuba), desempeñando diversos cometidos castrenses. Apoyó a Primo de Rivera, aunque no adquirió compromisos partidarios. Accedió a la Alcaldía cerca de los 66 años de edad. Falleció ejerciendo de alcalde, el 19 de octubre de 1924.

Hasta la elección de nuevo regidor, el concejal Rodrigo Esteban Cebrián tuvo que asumir la Alcaldía interinamente, de la que dimitió el 30 de octubre.

Solo el último regidor, Vicente Moliner, elegido en diciembre, permaneció dos años en el cargo

Ramón Álvarez del Manzano fue el sucesor de López Serrano y ejerció el puesto de primer edil en el breve tiempo que media entre el 3 de noviembre y el 11 de diciembre de 1924. Era un hacendado agricultor y estaba casado con Cándida Pardo-Pimentel, apellidos ligados a familias vallisoletanas de la más alta alcurnia. Con el nuevo Estatuto Municipal obtuvo la Alcaldía mediante votación con el resultado de 24 votos a su favor frente a 5 del concejal Eduardo Callejo. «Sin embargo -escribe el historiador Rivilla Marugán-, ya en la sesión de nombramiento tuvo la oposición de varios concejales (de su propio equipo) por dejación de sus funciones». Así que presentó la dimisión a los pocos días de su elección. Nada que contar de sus iniciativas municipales.

Calle Vicente Moliner en 1962 y detalle del alcalde Vicente Moliner Vaquero. Archivo Municipal de Valladolid

El mismo día que se materializó su dimisión, el 11 de diciembre, fue elegido alcalde Vicente Moliner Vaquero (titular de la calle del mismo nombre desde 1962). Miembro de una familia con solera en la actividad comercial, Moliner no cursó estudios superiores para dedicarse al comercio. Su familia se asentó en Valladolid proveniente de Burgos para regentar el comercio que tenía en los soportales de Cebadería. Años más tarde, Vicente, con uno de sus hermanos, Ramón, fundó en 1878 la famosa sociedad 'Hijos de Moliner, con establecimiento en la plaza de Fuente Dorada. Tiene en su haber emprendedor modernizar el negocio, abriéndolo a las nuevas corrientes comerciales, especialmente a las que venían de París. Fue accionista o consejero de varias empresas importantes como, por ejemplo, el Banco Castellano.

Su actividad política, como no podía ser de otra manera, la llevó a cabo en el ámbito ideológico de Primo de Rivera. Durante su mandato se abordaron problemas endémicos de la ciudad, como el trazado y pavimentación de varias calles y la mejora de las calzadas en las barriadas del extrarradio. Además, el historiador Enrique Berzal, en un artículo publicado en El Norte de Castilla, le atribuye la construcción de grupos escolares de primera enseñanza; el inicio de la construcción del nuevo Matadero Municipal, situado en el Paseo de Zorrilla, cuyas edificaciones ocupan hoy el centro cultural LAVA o una piscina municipal, y contribuir a la fundación del Asilo de la Caridad.

Este sí, duró al frente del Consistorio casi dos años. Aunque tampoco tuvo un mandato tranquilo, pues fue cesado el 6 de noviembre de 1926 tras unos meses de problemas con la aprobación del presupuesto municipal, lo que llevó a que el Gobierno Civil lo apartara del cargo para renovar el grupo de gobierno.

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