Valladolid

El dueño del piso que intentó quemar un inquilino: «Podía haberla preparado muy gorda»

Asegura que le comunicó con un mes de antelación que debía abandonar el inmueble por incumplir determinadas cláusulas del contrato, como «fumar o meter animales». Pero llegó el día de marchar, ese 31 de julio, y se negó. Así que Juan José Lapeña, harto de que «estuviera estropeando la convivencia con los demás» (las otras dos personas con las que convivía se han marchado ya del domicilio) y después de haber apalabrado esa habitación para otra persona, sacó las cosas del inquilino y las apiló en el rellano. «Prendió sus propias cosas, entre ellas su uniforme de trabajo, y también había basura», recuerda.

No pierde la calma -«la vida es así», repite una y otra vez-, pero no quiere «ni imaginarse» qué hubiera ocurrido si no llega a percatarse del hilo de humo que se coló por la parte superior de la puerta y le puso en alerta. O si su vecina, que estaba a punto de salir de casa, no hubiera escuchado los gritos de auxilio y le hubiera ayudado a sofocar el fuego y a escapar del interior del modesto piso situado en una pequeña calle a medio camino entre las plazas Circular, Vadillos y San Juan. «Es un delito muy grave, si no lo veo a tiempo la podía haber preparado muy gorda», continúa.

Reaccionaron ambos bien. Rápido, pese a que al principio se puso «muy nervioso». Mientras su vecina llamaba a Emergencias, que se personó en cuestión de minutos, él cogió una manta y cubos de agua para sofocar las llamas. «Vi entrar humo por la parte de arriba de la puerta, pensé que habría tirado una bomba fétida o algo así, pero cuando abrí y vi las llamas me puse muy nervioso, cogí una manta para apagarlo y empecé a gritar socorro con la suerte de que la vecina me escuchó», relata el casero.

Fue precisamente ese acto, el de tratar de apagar el fuego con una manta y evitar que se expandiera, el que le causó unas heridas de las que aún hoy, prácticamente un mes después de aquellos hechos, se está recuperando. En casa, eso sí. El fuego le provocó heridas de primer grado en una pierna por las que estuvo ingresado siete días en el Hospital Río Hortega de Valladolid, seis de ellos en la Unidad de Quemados. Este mismo lunes le realizaron una intervención «al no haber curado del todo».

El fuego dejó daños tanto en el interior de la vivienda debido a las altas temperaturas como en las zonas comunes, cuyas paredes continuaban este martes ennegrecidas. Además, prácticamente calcinó la puerta de la casa y deterioró la de sus vecinos de rellano. La enorme cantidad de humo causó gran alarma entre los vecinos del número 4 de la calle Cerámica. Algunos de ellos, los que pudieron, los de los pisos inferiores, abandonaron el inmueble, mientras que los de las plantas superiores se encerraron en el interior e intentaron taponar con toallas mojadas la entrada de humo a través de las puertas hasta la llegada de los bomberos, según informa la Policía Nacional.

Finalmente, el pasado día 22, y tras una ardua investigación, agentes de la Brigada Provincial de la Policía Judicial procedieron a la detención del presunto autor. Fue puesto a disposición de juzgado de guardia, que decretó su ingreso en prisión.