Dos décadas registrando precipitaciones para la Aemet: «Mi padre me inculcó esto del tiempo»

Ella es la encargada de llevar el registro de las lluvias en su localidad: «Estas pendiente todos los días de si ha llovido, ha habido nieblas o ha helado». Su labor consiste en cuantificar las lluvias y atesorar los resultados: «Cada vez que hay una precipitación se recoge y se mide luego con una probeta». Mes a mes hace llegar sus anotaciones al organismo estatal de meteorología, una labor que ha cambiado en los 23 años en los que lleva colaborando. «Al principio se hacía con tarjetas, por correo. Ahora tengo una aplicación que me instaló la Aemet en el ordenador y acabado el mes las envío de forma telemática».

Su labor desinteresada, al igual que la del resto de colaboradores de la red, unos 300 en todo Castilla y León, es vital para obtener datos de gran relevancia para el estudio del clima a nivel regional, provincial y local. «Sus datos son muy importantes para conocer el clima pasado y el actual y para hacer previsiones climáticas», valora Mora, que les ha agradecido el esfuerzo de llevar estos registros «día tras día durante décadas», en un acto celebrado este jueves en Valladolid con motivo del Día Meteorológico Mundial, en el que han sido galardonados. Mora ha estado acompañado por el subdelegado del Gobierno, Jacinto Canales, entre otras autoridades.

El reconocimiento ha sido otorgado a nueve colaboradores, uno por cada provincia, además de un premio a nivel nacional, que también ha recaído en Castilla y León, concedido a la zamorana Isabel Aurea Barrios. Ella y su familia son los encargados de la estación de la localidad de Asturianos desde 1974. El galardón, un diploma y un regalo, ha sido entregado presencialmente a tres de esos voluntarios, que llevan más de 20 años asumiendo la labor de ser «guardianes del cielo», por eso algunos de ellos repiten diploma.

Es el caso de Jacinto Miguel Garrido, que ya lo recibió en 2012. Él es el encargado del pluviómetro de Hontalbilla, en Segovia, desde 1998. Fue su padre quien le inculcó el interés por «esta cosa del tiempo», que tomaba las mediciones por su cuenta con un bote antes de que se instalara la estación en 1955: «Recogía la lluvia y metía un metro, los centímetros que medía eran los litros que habían caído». Aunque el testigo de regentar el pluviómetro lo heredó de su tío, el alguacil del pueblo. «Luego lo comparaban entre ellos». «Cuando no lo miraban ellos, lo hacía yo y luego ya me quedé con la estación de allí», relata Jacinto, que además tiene instalada una veleta en su casa para mayor precisión: «La tengo para ver de donde viene el viento y si ha llovido del norte o del oeste».

La estación meteorológica de Hontalbilla, que únicamente registra lluvias, está instalada en el patio de la escuela de la localidad desde 1955, algo que se explica por los orígenes de esta red de colaboradores, que data de 1910, cuando se envió una circular a los colegios e institutos que dio lugar al ofrecimiento de 800 personas. La red de estaciones llegó a alcanzar las 5.000 en la década de los 70 y hoy en día hay repartidas 2.900 por toda la geografía española.

En la gala ha recogido también su diploma José Luis Gil, responsable de la estación de Medina de Rioseco, ubicada en el interior del parque de bomberos de la localidad, en el que trabaja. La estación que regenta desde 2005, que también registra temperatura, humedad y viento, fue sustituida por una más moderna en 2008 que recoge y envía las precipitaciones a la Aemet de manera automatizada. «Antes los datos se metían en un disquete y se mandaba», rememora Gil. Pero como la tecnología no es perfecta, él es quien supervisa ahora su correcto funcionamiento: «Me encargo del mantenimiento. Revisar que recoge los datos correctamente y que no haya impurezas en el pluviómetro».

La entrega de premios, ha estado a cargo del Delegado Territorial, Manuel Mora, el Director General de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta, José Ángel Arranz Sanz (PP) y de Alejandro Garcia Pellitero, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Valladolid (PP). Tras la misma el acto ha continuado con una conferencia del doctor Eulogío Luis García, investigador ya retirado del Departamento de Física General y de la Atmósfera de la Universidad de Salamanca, que se ha visto interrumpida por el desvanecimiento de una de las presentes.

Tras el parón, el subdelegado, Jacinto Canales, ha adelantado su intervención por cuestiones de agenda, prevista para el final, en la que ha aprovechado para poner en relieve la importancia de la «conciencia científica» para frenar una crisis climática que ya es una «realidad patente en nuestro día a día», recordando las severas medidas adoptadas en Cataluña contra la sequía. Canales ha defendido que la agenda 2030 es «la mejor herramienta para lograrlo».

En ese momento una de las personas presentes entre el público ha interrumpido si discurso para pedir «que se planten más árboles» para disminuir el efecto invernadero. Y otro espontáneo ha recriminado la presencia del representante de la Junta, tildándolo de «negacionista climático», entre reproches del resto del público. Tras esto el acto ha finalizado sin más incidentes, con la entrega de una placa a cuatro empleados de la Aemet con motivo de su jubilación.