Israel Repiso

Cierre de Bimbo en Valladolid

«Estaría dispuesto a pensar en un traslado»

«Cuando nos lo comunicaron había una sensación rara entre los trabajadores. Siempre habíamos comentado entre nosotros la posibilidad del cierre, pero nunca pensamos que iba a llegar. Nos decían que la planta de Valladolid era de las mejores y que los números iban bien, pero luego, a la vez veíamos algunos recortes, traslados...», explica Israel con una mezcla de resignación y tristeza.

El impacto emocional y económico que supone el cierre de la planta para los empleados es muy elevado, más teniendo en cuenta que la media de edad de la plantilla ronda los 50 años.

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«No es solo el trabajo, es todo lo que significa perder esto: los compañeros y la seguridad que me daba el saber que con mi empleo podía mantener a mi familia. Cuando nos lo comunicaron, la cara de todos nosotros era un poema. No nos lo esperábamos y muchos acabaron llorando. Algunos de los compañeros son pareja y se van los dos a la calle… Es un golpe duro para todos», dice.

Se considera una persona positiva y optimista y por ello no se cierra a nuevas oportunidades. «La mesa de negociación empieza el día 25 y tengo sentimientos encontrados. Por un lado, me gustaría que todo se solucionase lo antes posible y que esto no sea una agonía. Por el otro, quizás es mejor que se alargue para tener trabajo por más tiempo. No sé qué hacer porque no sé qué me van a ofrecer. Si me dieran la opción de trasladarme a otra fábrica, estaría dispuesto a pensarlo. No es algo sencillo, porque implica dejar mi vida aquí, pero no descarto nada. Tengo dos hijas y pienso en ellas más que en mi», subraya. «Hace 24 años que no echo un currículum, pero todavía soy joven y puedo trabajar de lo que sea. Estoy seguro de que algún trabajo habrá para mí», remata Israel.