Valladolid

En marcha la 'operación Bimbo': convencer a la firma de que no cierre o buscar comprador

Quien ha explicado el rumbo que toma la crisis de Bimbo este jueves ha sido el alcalde Valladolid, Jesús Julio Carnero, que se ha reunido en su despacho con el comité de empresa de la factoría y los viceconsejeros de Economía y Política Agraria, Carlos Martín Tobalina y Jorge Llorente, en un encuentro al que ha asistido también el gerente de la Agencia de Innovación del Ayuntamiento, Fernando Rubio.

«Queremos los vallisoletanos seguir consumiendo donuts producido en la ciudad de Valladolid por estos trabajadores ejemplares», ha remarcado el alcalde, que ha relatado cómo en la mañana de ayer miércoles se le atragantó el desayuno de un producto, el donuts pucelano, del que se declaró consumidor habitual. Le amargó el arranque del día el correo electrónico de la directora de Comunicación de la multinacional, en el que le trasladaba la intención de la firma de cerrar la fábrica, y la posterior conversación telefónica con encargada de notificar el aviso de réquiem para los bollicaos del Pisuerga. Carnero ha explicado que informó de inmediato al presidente de la Junta y a los consejero de Economía y de Agricultura.

De ese somero contacto con la responsable de Comunicación de Bimbo, el alcalde sacó una única cosa positiva, que es la interpretación de que si el cierre de la fábrica se confirma, la firma no está cerrada a la venta de las instalaciones a otra empresa. «El cese no es incompatible con que pueda haber una alternativa industrial para esta fábrica», precisó el regidor de Valladolid. Sobre este respecto, las instalaciones son propiedad de Bimbo y esa posibilidad de venta se enfrenta a un escollo tecnológico, que es que una parte importante de la maquinaria con la que se trabaja en la factoría está diseñada por la firma de pan y bollería para fabricar sus famosos donuts, sobre los que existe patente. Es tecnología de autor, en exclusiva para Bimbo.

Este es el punto de partida para encarar la crisis empresarial, tarea a la que ha puesto la Junta, a través de la Fundación Anclaje aplicando el protocolo habitual en otros casos en una acción coordinada de la Administración y, los sindicatos, en la que suele participar también la patronal autonómica.

De la reunión mantenida en la Casa Consistorial ha salido un «rechazo frontal y absoluto» a una decisión de cierre que carece de «justificación clara», con una «exigencia» a la multinacional para que explique los motivos, ha señalado Carnero, quien ha trasladado una petición al Gobierno de España para que rechace el cese de actividad en la planta de Bimbo y ha avanzado que el próximo pleno municipal incluirá una moción de apoyo a la continuidad de la fábrica y de la plantilla.

Los afectados por el anuncio sorpresivo de cierre por parte de la multinacional (con doce fábricas en España y plantas en países como México, EE UU, Argentina o Canadá, que suman 128.000 empleados) pasan de la conmoción inicial al calendario práctico para intentar revertir la decisión. El día 25 es cuando la empresa ha citado a los representantes de los trabajadores para negociar las condiciones de los despidos. De momento, no se han acordado movilizaciones. Félix Hernández, representante de CC OO y presidente del comité de empresa, ha subrayado que al trabajo a escala institucional le seguirán estos días labores de asesoramiento laboral y jurídico sobre los pasos a dar.

La productividad en la fábrica estaba en puestos de cabeza entre los centros de trabajo españoles de la firma, resaltó Hernández. Su compañero de UGT, Antonio Álvarez, explicó que el consumo de los productos que salen de Valladolid «está consolidado», con picos de venta ahora en septiembre, con el inicio de curso y en la primera mitad del año, y valles que se producen en verano y durante las navidades.

Responsable de la Junta informaron de que Bimbo no ha recibido ayudas públicas para este centro. La firma tiene otra planta en Medina de Campo, que adquirió cuando Siro planteaba su cierre. Quien hoy es un problema para el que se empieza a buscar solución fue entonces la solución a un problema que abocaba una fábrica agroalimentaria al cierre. Bimbo se convirtió en la «alternativa industrial» que ahora se trata de hallar para la factoría de Valladolid. En Medina trabajan alrededor de 300 personas que se dedican a elaborar bollería para Mercadona. Nada hace presagiar, en este momento, que la actividad de esa factoría esté en riesgo.