En el parque tecnológico de Boecillo, a 18 kilómetros de Valladolid, se encuentra la empresa Amri Spain (Crystal Pharma). Una planta que produce de forma única en España la dexametasona, fármaco cuya eficacia con pacientes graves de coronavirus está demostrada y probada a nivel ... mundial. Pero el punto de inflexión en su uso como medicamento para tratar la covid-19 se produjo el pasado mes de junio tras la presentación de resultados del estudio realizado por la Universidad de Oxford: se descubrió que reduce un tercio el riesgo de muerte de los pacientes más graves y podría salvar 650.000 vidas en lo que quedaba de año. En ese momento, la demanda de dexametasona se incrementó hasta unos niveles «nunca antes conocidos, porque se duplicó la cantidad de pedidos en tan solo una semana», explica José María Martínez Pérez, director de Amri Spain (Crystal Pharma).
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«Llevamos produciendo dexametasona desde 1997 y también generamos más de 70 principios activos diferentes, pero la producción de esta medicina vivió un incremento más que notable con la publicación de los resultados de Oxford», asegura. Ante la carga de trabajo y la necesidad de una planificación completamente nueva para conseguir que la distribución fuese eficaz a nivel internacional, el equipo de Crystal Pharma tuvo que adaptar su 'modus operandi' para aumentar los lotes y poder dar respuesta a la elevada demanda de este compuesto.
«No pudimos duplicar la producción por cuestión de tiempos pero sí lo hicimos con los pedidos, lo que supuso un reto logístico para toda la plantilla», afirma Martínez. La planta de Boecillo pasó de producir 1.500 kilos anuales del medicamento hasta alcanzar los 3.000 kilos en el mismo periodo de tiempo debido a la irrupción de la pandemia. «Hay que tener en cuenta que a cada paciente se le suministran 6 miligramos de dexametasona al día y el tratamiento dura una media de diez días, por lo que supone un total de 60 miligramos por cada paciente, que son muchos millones de enfermos graves tratados», explica Martínez.
El proceso comienza en León y pasa por Zamora hasta su llegada a la planta de Boecillo. El hecho de que la localización de la única empresa que produce dexametasona a nivel nacional esté en un pequeño pueblo de la provincia de Valladolid, ha generado una sensación de «orgullo» a todos los trabajadores encargados de la creación de este fármaco. «En la empresa sentimos mucho orgullo y satisfacción porque pese a que se nos vino encima una enorme carga de trabajo, la plantilla mostró muchas ganas de poder ser útil para la sociedad y todos nos dispusimos a ofrecer nuestra mejor versión para conseguirlo», constata Martínez. En mayo de 2020 las cifras alcanzadas por la pandemia eran considerablemente malas y para la empresa de Boecillo «poder colaborar a frenar el incremento de casos y mortalidad fue un motor, porque gracias al trabajo conjunto de todo el personal se consiguió producir a mayor escala y el resultado obtenido fue extraordinario, ya que somos el único proveedor a nivel nacional de este compuesto utilizado en los casos más graves de una enfermedad que ha generado una pandemia», afirma José María Martínez, quien destaca también el «esfuerzo realizado a nivel científico para terminar con la enfermedad lo antes posible, pese a que muchos investigadores estén a la sombra de los descubrimientos realizados hasta ahora».
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Los cerca de 300 trabajadores de la planta son «una piña» y Lucía Ruiz Albi, Directora del Área Técnica y de Gestión de Proyectos de Crystal Pharma en Valladolid, destaca que «hemos trabajado por un objetivo común para afrontar una situación tan difícil como la que se presentó con la irrupción de esta enfermedad». Al principio la incertidumbre era «enorme» y recuerda que acudían a su puesto de trabajo con «mucho miedo», pero pudo más la satisfacción de «estar ayudando a la sociedad a superar un bache enorme. «El 'no se puede' no era una opción, había que hacerlo y teníamos que descubrir cómo», sostiene. Los trabajadores estuvieron «muy bien coordinados, con mucha ilusión y con compromiso para solventar el reto de la mejor manera posible».
Y así sucedió. Consiguieron aumentar la producción de dexametasona y los lotes de pedidos. Además, los datos obtenidos de la distribución a nivel global son clave: cerca del 90% de la fabricación se exporta a 70 países . «Nuestra misión es mejorar la vida de los enfermos de todo el mundo y para ello hemos trabajado muy duro y uniendo esfuerzo», explica Martínez. Todo esto sin olvidar que «también existen otras enfermedades para las que se necesitan los demás medicamentos que se producen en Crystal Pharma», destaca Lucía.
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Ahora y con la pandemia todavía latente, confían en que el fármaco siga funcionando en los enfermos más graves de coronavirus y se muestran satisfechos con los resultados del trabajo realizado durante este año. «No está de más poner en valor algo que hacemos aquí, en un pueblecito de Valladolid, y que estamos exportando a nivel internacional para salvar la vida de tanta gente», recuerda Lucía Ruiz Albi.
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