Valladolid

Desahuciado en La Rondilla tras tres años de impagos: «Me debe 12.000 euros»

«Desde la pandemia lleva sin pagarme», han sido las palabras de Rosa María Alonso para definir la situación de deuda que lleva con el inquilino de la tienda de informática. «Algún mes nos pagaba, pero la deuda ha ido creciendo hasta alcanzar los 12.000 euros», afirma la mujer de 69 años que hace 37 años compró el local para emprender su propio negocio y sacar adelante a su familia antes de que su marido enfermase. «Cuando me quedé viuda y me jubilé me correspondía una pensión mínima y recuerdo que mi madre me daba 500 euros al mes. Con eso y el dinero del alquiler vivíamos», recuerda la propietaria del local.

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J. Sanz

Rosa María Alonso compró el local de la calle Soto 38 en el año 1987 para montar su propia librería y desde que comenzó a alquilar el local no ha tenido nunca problemas de impagos hasta este último, una tienda de informática. «Primero fue una librería mía, luego otra librería, un bufete de abogados, una agencia de viajes, una chica que maquillaba y esta tienda de informática. Nunca habíamos tenido ningún problema», asegura Alonso. No obstante, señala que el inquilino «venía de otro local, en esta misma calle un poco más abajo, que también le dejó dinero a deber».

Rosa María Alonso es consciente de que le será difícil recuperar su dinero, tal y como asegura que le han advertido ya, pues el ahora desahuciado «tiene otras deudas. No puede pedir ninguna subvención y si le devuelve algo Hacienda no se lo dan. Si conseguimos vender el local, que es nuestra idea ahora, lo venderemos a pérdidas restando esos 12.000 euros de las ganancias», señala la propietaria que indica: «Son 306 euros lo que he cobrado por el alquiler de local que me ayudaba con mi pensión de jubilación y viudedad. Es un plus buenísimo. Yo trabajé, pero no llegué a lo máximo y mi pensión es la mínima, me dan 300 euros».

La propietaria del local ha querido resaltar que «las historias de a pie de calle también hay que contarlas en los medios de comunicación». La tienda, que lleva cerrada tres días «lo que ha tardado en sacar los muebles», estará a la venta pronto con la esperanza de que un nuevo negocio llene de vida una de las calles principales del barrio de La Rondilla. Por su parte, el alquilado de la tienda de informática, que no se ha personado durante el desahucio, no ha respondido a las llamadas de teléfono de este medio de comunicación.