Deniegan el permiso de salida de la cárcel al asesino de la catana tras quince años preso
tribunales ·
El juez de vigilancia penitenciaria rechaza el recurso planteado por el parricida de Girón por la «enorme gravedad» del doble crimenSecciones
Servicios
Destacamos
tribunales ·
El juez de vigilancia penitenciaria rechaza el recurso planteado por el parricida de Girón por la «enorme gravedad» del doble crimenEl juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid ha desestimado el recurso planteado por Ismael Valdajos Silva para salir de permiso del centro penitenciario quince años después del parricidio en el barrio de Girón por el que fue condenado a 36 años de cárcel. El ... recluso tenía 32 años cuando asesinó a su hermana y a su padre en el domicilio familiar del barrio vallisoletano la tarde del 26 de junio del 2007, «sin estar afectado por un trastorno mental», como recalcó el jurado en su veredicto de culpabilidad.
El preso, que fue condenado por la Audiencia de Valladolid y su pena fue ratificada por el Tribunal Supremo en 2010, en la actualidad cuenta 45 años y ha cumplido tres lustros en prisión, casi la mitad de la condena. El pasado verano el recluso había solicitado su primer permiso de salida a la autoridad penitenciaria, que le fue denegado, y por ello decidió recurrir la negativa ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 1 de Valladolid, que acaba de ratificar la decisión de la comisión penitenciaria. Será ahora la Audiencia Provincial de Valladolid la que tendrá la última palabra y quien resuelva si le autoriza a salir por primera vez del centro penitenciario de Villanubla donde cumple condena.
El juez de vigilancia penitenciaria ha argumentado su negativa a concederle el pase solicitado en «la extrema gravedad de los hechos» protagonizados por el reo vallisoletano, que generaron una elevada y en «el grado de autogestión que supone un permiso penitenciario con tales antecedentes», según se indica en la disposición judicial.
Según lo declarado por su madre en la vista, Ismael tenía más que sobrados para atacar a su padre, Luis Mateo, en una suerte de ojo por ojo que aplicó también a su hermana María Victoria. Dos años antes de comparecer ante el tribunal del jurado por el doble crimen, Ismael dejó caer ante el juez que había instruido la causa que cuando llegó a la mayoría de edad se percató de que no solo su progenitor le había maltratado física y psicológicamente, sino que su hermana Mariví también lo hizo. A ella la acuchilló y al padre de ambos le mató con una catana.
Fontanero de profesión, Ismael Valdajos llevaba los tres últimos años de su vida previos al crimen recluido en su habitación. En 2004 perdió el trabajo e incluso intentó quitarse la vida, lo que le llevó a encerrarse en un hogar en el que, según relató su progenitora, reinaba la tiranía de un hombre, Luis Mateo, enganchado al alcohol y que pagaba sus malos humos sobre sus familiares. El 26 de junio de 2007, Ismael decidió armarse de un cuchillo de cocina de 15 centímetros de hoja y una espada samurai de 69 centímetros de filo para sesgar las vidas de su padre y su hermana pasadas las cuatro y media de la tarde, hora en la que su madre salió de casa para trabajar. Primero, entró a la habitación de su hermana, que en ese momento se encontraba tumbada en la cama, y le asestó 15 cuchilladas en el corazón y el pulmón. Después empuñó la catana de su propio padre, que estaba en la planta baja viendo la televisión y cuando subió las escaleras se encontró con un golpe en la cabeza que le seccionó el cuero cabelludo y le dejó casi a merced de un joven que continuó acuchillándole hasta le remató clavándole la catana por la espalda, en el tórax. Según la sentencia, la alevosía del joven en esta segunda muerte se demuestra en las 29 heridas que presentaba el cuerpo de su progenitor, Luis Mateo, a quien remató al atravesarle el corazón sin capacidad de repeler la agresión.
Tras consumar las dos muertes, lavarse y cambiarse de ropa, hora y media después acudió a la casa de sus tíos para explicarles lo ocurrido con su padre (no mencionó a su hermana). Los agentes que le recogieron testificaron que le vieron «muy tranquilo» y los forenses aseguraron que, a pesar de su trastorno de personalidad, el joven «no tenía sus facultades mentales alteradas» cuando cometió el doble crimen.
La Audiencia Provincial de Valladolid condenó al joven vallisoletano a la pena de 36 años de prisión como autor del parricidio. La Fiscalía había solicitado 40 años de cárcel por las dos muertes, mientras que su letrado defensor consideró que solo era culpable del homicidio del padre, ya que según aseguró inicialmente el acusado, éste habría salido en defensa de su hermana durante una discusión con el progenitor. El abogado de la defensa presentó a su cliente ante el jurado como un «enfermo mental que vivía como un animal enjaulado». Aquel día «explotó» y, «motivado por su propio estado, solo sabía que tenía que defenderse después de que su padre matara a su hermana». La tesis de la defensa propia y de los trastornos psicológicos (padecía un trastorno esquizoide de la personalidad), sin embargo, no prosperó.
La sentencia aplica 18 años por cada asesinato con la agravante de parentesco, y considera que el joven actuó con total frialdad y alevosía. Los forenses que examinaron en dos ocasiones a Ismael tras los asesinatos aseguraron que, a pesar de su trastorno de personalidad, «el joven no tenía sus facultades mentales alteradas» cuando sucedieron los asesinatos.
Después de consumar las dos muertes acudió al domicilio de sus tíos, quienes alertaron a la Policía y a los servicios sanitarios. Aunque en la tarde en la que sucedieron los hechos la Policía dio credibilidad a la versión de Ismael respecto a que este había salido en defensa de su hermana herida, los informes presentados en el juicio por el equipo de Policía Científica sostienen que el condenado, con ánimo de matar, se situó sobre su hermana, de 33 años, a la que clavó el cuchillo mortalmente.
Se rechazó también en la sentencia que se hubiera producido una discusión entre padre y hermana a tenor de la falta de restos de alcohol en el cuerpo del padre (la esposa declaró en el juicio que la familia vivía un auténtico calvario por esta adicción de Luis), así como el argumento de la defensa de que Ismael estaba sometido al miedo por la conducta agresiva de su padre durante años. El fallo concluyó que «en modo alguno este es el caso del acusado, que acudió al colegio con normalidad y obviando el problema de alcoholismo de su padre, que puede hallarse en la base de su trastorno de personalidad, se desenvolvió correctamente en su entorno familiar y social hasta que decidió, ya con más de 28 años, encerrarse en su habitación«. Para el tribunal que le juzgó, el aislamiento voluntario no supuso »en modo alguno« que perdiera la conciencia de la »realidad social« en la que vivía.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.