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Cada día entre 120 y 150 personas de Valladolid, la gran mayoría jóvenes, acuden a escanearse el iris del ojo a cambio de criptomonedas. La empresa Worldcoin creada por Sam Altman, CEO de OpenAI y creador de Chat GPT, ha recalado en la ciudad, ... concretamente en el Centro Comercial Río Shopping, con el objetivo de entrenar una app para que aprenda a distinguir a un humano de un robot a través del iris. Esta iniciativa que ya ha escaneado más de 3,8 millones de pares de ojos en el mundo desde su lanzamiento en julio de 2023, ha hecho saltar las alarmas sobre la ciberseguridad y la protección de datos. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ya está estudiando cuatro denuncias para comprobar si Worldcoin está infringiendo el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Jesús Vegas, profesor de Ciberseguridad en el Máster de Ingeniería Informática de la Universidad de Valladolid, analiza los riesgos y consecuencias de realizar esa cesión de datos biométricos.
- ¿En qué consiste el escaneo del iris?
- Worldcoin utiliza una cámara llamada Orb que fotografía el patrón del iris del ojo y genera un código que es único y es enviado a un servidor central. Desde el año 2014 hay estudios científicos que demuestran que el reconocimiento a través del iris tiene un 99,92% de precisión. Es uno de los rasgos biométricos más fiables a la hora de identificar a una persona. Es un patrón único, igual que la huella dactilar. Por tanto, dejarte escanear el iris, es comparable a ceder tu huella dactilar para que la puedan reproducir.
- ¿Para qué se utilizarán estos datos biométricos que está recabando Worldcoin?
- No se sabe. Worldcoin no lo deja claro. Según explica en su web, toma las imágenes y con ellas genera un código anónimo que el usuario se descarga en una wallet (billetera digital). A cambio, te dan unos tokens de su propia criptomoneda, que tampoco está claro que todo el mundo que las recibe sepa cómo manejar. En septiembre de 2023 esa criptomoneda tenía un valor de 1$ y hoy vale 7,9$. Quizás todo esto sea tan solo una burbuja mediática para hacer que el valor de su moneda crezca, pero en caso de que sea ese su único objetivo, lo están haciendo a través de un mecanismo que es perverso. En mi opinión los datos biométricos los utilizarán para entrenar a la Inteligencia Artificial y hacerla más precisa. Hay tantas incógnitas, que yo no dejaría que nadie fotografiara mi iris. En general la biometría es un campo muy sensible y hay que tener cuidado, porque además del iris, pueden estar recabando otra información como tu sexo, raza, o edad e incluso, si tienes alguna enfermedad. Datos, todos ellos, que podrían acabar en una compañía de seguros, por ejemplo. Desde luego, no se puede negar que esta empresa ha sabido venderse muy bien. Hay mucho dinero detrás de esto. Han hecho unas cámaras de escaneo muy bonitas y atractivas y han sabido cubrir su actividad de una mística muy interesante.
- ¿Qué implicaciones y riesgos conlleva el escaneo del iris?
- Sin duda, el principal riesgo es la suplantación de identidad. También que el usuario está cediendo más información de la que piensa y además, no hay forma de saber qué van a hacer con esa información. Otro riesgo está relacionado con el almacenamiento de estos datos es que si alguien se hiciera con toda esta información, podría acabar en el mercado negro. Es imposible saber si los datos están seguros. Hay un riesgo cierto de que terminen siendo filtrados. Desde luego, estamos más cerca que nunca del Gran Hermano de George Orwell.
- La mayoría de los que acuden a escanearse el iris son muy jóvenes, igual que sus alumnos de la UVa. ¿Qué les ha recomendado en clase?
He tratado de hacerles ver que lo que hagan ahora, puede tener serias implicaciones en el futuro, porque esa información no se va a borrar nunca. Les he recomendado que no lo hagan, pero intuyo que alguno ya lo ha hecho. Dejarte escanear el iris a cambio de criptomonedas es como vender tu alma al diablo y no sabemos qué va a pasar.
- ¿Pero lo que hace Worldcoin es legal?
- En mi opinión, la Agencia de Protección de Datos debería estar actuando de oficio preventivamente. La compañía dice que no almacena los datos biométricos, sino que los usa para crear un código numérico que funciona como un identificador digital único, pero ¿quién sabe…?
- ¿Y hay marcha atrás?
- En teoría existe el derecho de retracto y ellos, se supone que borran todo. Eso, en teoría.
- En general, ¿damos importancia al valor que tienen nuestros datos?
- No. No le damos ninguna importancia. La gente no es consciente de los riesgos que esto conlleva. Estamos acostumbrados a publicarlo todo en las redes sociales, pero es que esto, va mucho más allá. Con el escaneo del ojo estás entregando parte de tu ser, en el sentido de que pueden suplantarte o bien identificarte y ese es un riesgo muy grande. Pero es que muchos estarían también dispuestos a dar una muestra de sangre o de ADN a cambio de criptomonedas. Opino que cuando algo es gratis eso es porque tú eres el precio. Cuando nos descargamos una app y no nos cobran nada, eso es porque están vendiendo nuestros datos y nuestro patrón de usuario a un tercero.
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José A. González
- ¿No le asusta lo que pueda venir en el futuro?
- Asustarme no, pero estoy expectante. El problema es que estamos dejando que las grandes compañías lideren la investigación y el desarrollo, pero lo están haciendo sin control. Cuando la investigación se lleva desde las Universidades u otros organismos públicos, el control que hay es enorme y todo lo que se descubra tiene que ser de público conocimiento, mientras que las empresas, si descubren algo, ellas lo explotan como un modelo de negocio, y eso es lícito, pero arriesgado. Mientras la investigación no se lidere desde lo público, no tendremos control sobre ella.
- ¿Cómo podemos protegernos?
- La educación es la base de todo. Cada interacción que hacemos en redes sociales o en internet es información que subimos a la red y que deberíamos cuidar. Habrá muchos a los que ahora les dé igual, pero esa información no se borra y nos puede perseguir toda la vida. En internet el riesgo está a un solo clic de distancia, por eso, hay que ser precavidos, desconfiados y cuidadosos.
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