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Los daños de una okupación: «Dejaron de pagarme 20 meses y la casa destrozada»El día del cumpleaños de su mujer, el pasado 19 de marzo, pensó que al fin terminaría su pesadilla cuando la empresa de desokupación que contrató consiguió que los inquilinos -que llevaban sin pagarle 20 meses de alquiler- se marchasen. Nada más lejos de la ... realidad. Al entrar en su casa de Ventosa de la Cuesta (Valladolid), Andrés Fernández reconoce que se le cayó el alma a los pies. «Me dio una pena, una rabia y una impotencia ver cómo lo habían destrozado, cómo se habían llevado muebles, electrodomésticos, y hasta los armarios de la cocina, todo», señala.
Esa pesadilla que comenzó hace más de dos años continúa para esta familia con dos niños pequeños y el sueldo de Andrés como único ingreso que entra en casa. Los inquilinos, un matrimonio de 70 años y su hijo de 50 se habían interesado por comprar la casa y habían firmado un contrato de arras en el que abonaron 3.000 euros como señal. «Después solo me pagaron los tres primeros meses y han estado en total 20 gratis. No hay derecho», narra indignado.
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Sofía Fernández
Hace apenas dos semanas que un arquitecto ha visitado la vivienda en la que tuvo lugar la okupación y tras realizar una tasación de daños del inmueble «valora unas pérdidas de 20.000 euros. Estamos en juicios por daños y perjuicios y por la vía penal porque lo que hicieron al marcharse fue robarme todo lo que había dentro», resume Fernández.
Repite varias veces lo que ha provocado en él el impago del alquiler por parte de estos inquilinos. «A mí la okupación me ha arruinado la vida, no hago más que pagar los costes de todo este proceso, he tenido que pedir dinero, me ha supuesto unos 11.000 euros y todavía queda procedimiento», expresa.
Los inquilinos entraron a vivir en la casa en 2022, estaba recién reformada. «Me gasté ocho millones de pesetas en reformar todo. Era una casa preciosa grande, con cochera y con un buen terreno. Me han cortado verjas y hasta las tomas de la cocina a ras para que tenga que picar la pared si quiero volver a poner electrodomésticos».
La factura que le pasó la empresa de desocupación no hace más que sumar gastos a esta familia que ha sido víctima de sus inquilinos. «No hay derecho a que la justicia tarde tanto tiempo en actuar, pues ha salido la sentencia ahora que ya ni están en la casa, aunque yo voy a seguir peleando para que me paguen por todo lo que me han destrozado. Ahora no puedo tirar la toalla», admite Fernández.
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