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La psicóloga Ana Cuevas atiende durante estos días consultas telefónicas. Henar Sastre
Coronavirus en Valladolid. Ana Cuevas: «El dolor por no poder despedir a los fallecidos terminará aflorando»

Ana Cuevas: «El dolor por no poder despedir a los fallecidos terminará aflorando»

La psicóloga especialista en duelos dirige sesiones inviduales en su consulta y en grupos a través de Internet para enseñar a acompañar

Jesús Bombín

Valladolid

Domingo, 17 de mayo 2020, 07:13

«¿Quieres acompañar a alguien cercano que está en duelo y no sabes cómo hacerlo?». Ana Cuevas (Burgos, 1966) lanza una pregunta en cuya respuesta se ha especializado en los últimos años. Psicóloga y especialista en proporcionar herramientas para afrontar la muerte de seres queridos, por su consulta en el Centro de Orientación Familiar Diocesano de Valladolid pasan hombres, mujeres y niños en busca de alivio ante la pérdida. «El duelo tiene partes positivas, aunque parezca raro», sostiene quien afronta historias desgarradoras con escucha, silencio, gestualidad y acompañamiento .

–¿Qué decir y cómo acompañar a una persona derrumbada ante la muerte de un ser querido?

–Cuando nos encontramos ante alguien en ese trance, muchas veces surge la duda de qué decir cuando en realidad lo más importante es escucharles y, en base a eso que ellos comparten conmigo, devolverles lo que creo que les puede ayudar a hacer una buena elaboración del duelo. Unas veces eso pasa por hacer de espejo, devolverles lo que han dicho para que lo escuchen, dar una nueva luz a lo que cuentan. Junto con la escucha, la idea de normalizar es una de las tareas más importantes, dar valor a lo que está sucediendo. Porque a veces lo que vivimos nos parece tan raro que no lo entendemos y no sabemos sacar su parte positiva, lo que tiene de luz, y eso se ve mejor desde fuera, con un profesional.

–¿Cómo cree que puede ver la luz una persona rota por la muerte de un ser querido?

–Una experiencia tan dura puede ser un pretexto para crecer, porque la muerte es una experiencia ineludible, aunque intentemos mirar para otro lado, y en este tiempo, de la forma que está sucediendo con la pandemia, nos lo está poniendo muy a la cara. Es una experiencia por la que vamos a pasar todos, por nuestra propia muerte o por la de gente cercana, es algo de lo que no nos vamos a librar. Mirar a la muerte de cerca nos remueve todos los sentimientos y pone cierto orden dándoles nombre. Después de hacer ese trabajo en el duelo la persona puede crecer porque adquiere una perspectiva diferente de la vida. Esto me lo ha dicho mucha gente en la consulta: 'Ahora veo las cosas de otra forma, valoro detalles que antes pasaban desapercibidos, relativizo situaciones a las que daba una importancia desmedida...' Es un camino del que podemos aprender a ser mejores personas. Para mí es un privilegio poder acompañar en este camino.

–¿Cómo se acompaña en un duelo?

–No hay un manual de instrucciones. Hice un curso de posgrado en Los Camilos, una orden religiosa especializada en humanizar la enfermedad, tienen experiencia y así la han transmitido. Cuando me pongo delante de la otra persona, en esa hora o hora y media me vacío de mí para poder recibir totalmente lo que la otra persona me da. En el acompañamiento hay que respetar el ritmo del otro, ir unos pasitos por detrás o ponerte a su lado, nunca por delante de él. Hay que estar atento a lo que va viviendo, ir dándole calor, seguridad en medio del descalabro emocional. Hay actitudes como la empatía, la escucha, una aceptación incondicional, en ningún momento se debe juzgar nada de lo que dice, piensa o hace el doliente. No hay un modelo único de duelo, cada uno es exclusivo y cada persona lo vive de modo diferente, dependiendo de cómo fue la muerte, la relación con el fallecido... por eso las circunstancias que estamos viviendo ahora son tan duras.

–Se refiere a la imposibilidad de celebrar funerales y ritos de despedida.

–Alguno de estos casos he tratado telefónicamente, tengo aún poca experiencia en ellos, pero estoy preparándome porque cuando pase un tiempo todo el dolor que se está conteniendo va a aflorar. Estamos viviendo duelos en circunstancias muy traumáticas, hay un temor muy frecuente a que nuestro familiar haya muerto en la soledad más absoluta, a no saber si ha tenido una enfermera o alguien que le diera una palabra de aliento, eso hace que el tipo de duelo sea muy difícil. Y luego está la falta de apoyo social al no poder celebrar rituales, no notar ese abrazo, esas miradas que reconfortan... Es lo que se está echando mucho en falta en estos días.

–¿Cómo se sobrepone a al trato diario con el desconsuelo?

–Para mí tiene más fuerza ver cómo la gente sale adelante de una situación complicada que la dificultad que me pueda suponer contener el dolor del otro. El duelo irradia algo que también te afecta a ti. He acompañado en casos que me han tocado muchísimo. Tengo el apoyo de la fe, hacerlo desde mi creencia cristiana suple todo a lo que yo no llego. Me ayuda escribir después de cada sesión, durante un rato largo, todo lo que recuerdo. Vuelco en un papel todo lo que he recibido y me descarga, es una medida muy terapéutica.

Una cita 'on line' para ayudar a curas desorientados por la suspensión de ritos

La imposibilidad de consolar en estos tiempos en los que el aislamiento social ha desterrado los ritos de despedidaha trastocado los funerales y el acompañamiento que ejercen los sacerdotes. «Los curas están demandando formación para afrontarlo, pues también sufren esta situación, que para ellos supone una novedad dolorosa», resume Ana Cuevas. «Se han encontrado con casos durísimos ante las familias, están muy tocados y este lunes haremos una sesión 'on line' específica para ellos».

–¿Es más fácil el consuelo ante la muerte para alguien que cree en una vida posterior?

–Atiendo a gente con fe y sin ella. Hay creyentes que tras la muerte de un ser cercano entran en crisis, a otras se les refuerzan sus creencias, hay a quien se le abren interrogantes respecto a lo trascendente... por lo general hay un posicionamiento ante la trascendencia, de búsqueda de respuesta a si después de esta vida nos espera algo. Yo afronto el trabajo desde mi fe, pero me adapto a la persona, a sus vivencias y creencias.

–Ha iniciado una experiencia de compartir duelos en sesiones grupales de Internet. ¿Cómo está resultando?

–Tuvimos una pequeña sesión a la que se conectaron dos dolientes y dijeron que les había ayudado mucho el acompañamiento 'on line'. Al siguiente encuentro se conectaron más de medio centenar de dolientes de toda España y fue muy fructífero porque de ahí han salido otras citas en las que se abordarán temas como la soledad, cómo informar a los niños de una muerte... Organizaremos más foros a través del correo cof@archivalladolid.org y el teléfono 983-337321.

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