Cuarta agresión en el Zambrana en una semana

Finalmente, la situación fue controlada y la chica fue conducida a la unidad de aislamiento, una zona de la institución en la que los menores con faltas de comportamiento permanecen separados de sus compañeros, sin televisión, juegos ni dispositivos.

El incidente se produjo en el pasillo que conduce a las habitaciones, y se da la circunstancia de que el pulsador de emergencia que permite a los educadores pedir auxilio directamente al personal de seguridad y agilizar la entrada a la unidad en caso de necesidad, «no funcionó por falta de cobertura», denuncian fuentes de la plantilla, indignada por la sucesión de episodios violentos protagonizados por los adolescentes en tan solo una semana y que atribuyen al protocolo que se aplica desde la muerte de un joven tunecino de 17 años, en marzo de 2022 a quien le falló el corazón mientras estaba siendo reducido por dos guardias de seguridad cuando protagonizaba un episodio violento. El caso fue archivado en la vía judicial y los dos vigilantes reintegrados al servicio, al determinarse que el interno, que había ingresado dos meses antes en el área de socialización del Zambrana procedente de Suiza manifestando que tenía 14 años, sufría patologías previas y una cirugía abdominal.

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Desde ese momento, la Gerencia de Servicios Sociales y la dirección del centro de reforma plantearon un nuevo protocolo que los educadores critican porque «es más laxo, lo que nos resta autoridad de cara a los internos, porque no ven consecuencias a sus faltas de comportamiento y esto favorece las agresiones». Así se lo plantearán una vez más al director técnico de Atención a la Infancia de la Junta, Tomás Montero, quien, acompañado de otros funcionarios de su departamento, visitan hoy el centro.