Secciones
Servicios
Destacamos
Una pequeña nevera, una ración de comida, el botellín de agua, un microondas para calentar, siempre una revisión médica y, si la oportunidad surge, también compañía y conversación. Una furgoneta de Cruz Roja recorre la ciudad tres noches por semana (los martes, jueves y domingos) ... para entregar alimentos y realizar un seguimiento del estado de salud de las personas sin techo, de los indomiciliados que duermen a la intemperie y que no han optado por pasar el confinamiento en los tres albergues habilitados por el Ayuntamiento, en colaboración con Cáritas y la propia Cruz Roja.
«Son espacios donde ha habido que estar las 24 horas sin salir, confinados, y había gente que, por razones de convivencia o por otros motivos, han preferido no acudir allí», explica María Martín, trabajadora social, técnico de la Unidad de Emergencia Social, un programa que cumple ahora siete años y que se ha hecho todavía más necesario durante la cuarentena provocada por el coronavirus.
Noticia Relacionada
«Algunos conseguían algo de dinero con la chatarra, y eso les servía para comer», asegura Martín. Tampoco han podido pedir, porque no había gente por la calle para entregar limosna. «No hay nuevas personas que se hayan acercado a nosotras para solicitar este servicio, pero sí que se está viendo que la pandemia cronifica la pobreza», aseguran desde Cruz Roja.
María asiste cada noche en compañía de alguno de los treinta voluntarios que, por turnos, colaboran con el programa. Habitualmente son dos cada jornada. Durante la alerta sanitaria, solo uno. Esta vez le ha tocado a Mar Téllez. Colabora desde hace trece meses con Cruz Roja. Ella se pone al volante de una furgoneta que tiene su primera parada en la plaza de Vadillos. Aquí empieza una ruta que les llevará a distintos puntos ya pautados.
Los beneficiarios del programa saben la hora aproximada del servicio, «aunque puede variar porque no tenemos prisa. Si alguien quiere charlar más ese día, estamos con él». La mayor parte «tienen sitio fijo, no suelen cambiar». «Duermen en cajeros automáticos, en parques, también en los polígonso industriales. Siempre intentamos ir poco a poco, para que se sientan cómodos, que no nos vean como alguien que invade su espacio. Al final, nuestro deseo es crear un vínculo, que no vengan solo a por la comida, sino charlar también un poco con ellos», indica María.
Especiales coronavirus
Desde el inicio del estado de alarma han atendido a 77 personas diferentes, en torno a 25 o 30 cada noche. «A algunos que son de fuera les pilló la crisis del coronavirus aquí, en Valladolid, y estuvieron los primeros días buscando un transporte para volver a sus ciudades. No ha sido fácil, porque Alsa también redujo servicios de autobús», aseguran.
Además de ofrecer alimentos, durante estos días Cruz Roja está muy atenta a su estado de salud, a posibles síntomas compatibles con el coronavirus. «También les ofrecemos material sanitario, como mascarillas, y ellos están muy puestos en las noticias. Al principio estaban muy preocupados, por pasar tanto tiempo en la calle, expuestos al contagio. Ahora, que la situación se ha normalizado un poco, lo viven con más tranquilidad».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.