Llevan 32 años de trayectoria en la ciudad. En ese tiempo, la Asociación de Jugadores Patológicos Rehabilitados de Valladolid (Ajupareva) ha atendido y rehabilitado a 2.872 personas. Y ahora han detectado una nueva problemática: «Las criptomonedas nos han dado la sorpresa este año como ... una nueva manifestación de la ludopatía», explica su presidente, Ángel Aranzana.
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En la actualidad, Ajupareva cuenta con 198 socios activos y en lo que va de año han tenido 69 nuevas altas. Una cifra muy superior a la de 2021, que fue de 87 personas en todo el año.
El perfil más habitual sigue siendo el de jugadores de juegos 'on-line'. «De vez en cuando llega algún joven que nos da la sorpresa por su adicción a las tragaperras, y este año ya hemos recibido a dos nuevos socios por problemas con las criptomonedas, uno de ellos de 18 años y el otro de alrededor de 20. También tenemos un caso por problemas de adicción a la Bolsa. Es algo que veíamos venir, porque a los chicos se les ofrece dinero fácil y ellos se lo creen. Les dicen que invirtiendo 300 euros al mes siguiente van a tener 4.000 euros. Eso no puede ser. La mayoría vienen arrastrando las deudas de juego y, además, los intereses de los préstamos que han pedido para poder seguir jugando e invertir en criptomoneda», dice Aranzana.
2.872 son las personas que Ajupareva ha atendido y rehabilitado a lo largo de sus 32 años de trayectoria.
En Ajupareva ponen a disposición de sus socios todas las herramientas para eliminar esas adicciones sin sustancias y devolverles a la realidad. «Rehabilitar a los más jóvenes es más complicado que a personas de más edad, porque son más rebeldes. Muchos no han tenido normas en su casa y empezar a acatar normas en la asociación les resulta difícil de llevar», añade.
A raíz de la pandemia, esta asociación ha notado un incremento de los casos de adicción también a las redes sociales. «Aquí venían personas que no eran capaces de dejar el móvil o el ordenador y que tenían un grave problema de comunicación. Con ellos trabajamos dándoles pautas de desconexión digital e incluso haciendo tratos para el uso de las nuevas tecnologías. Los 'likes' son totalmente adictivos. Vienen usuarios acostumbrados a colgar cosas y buscando constantemente el 'me gusta', y como no lo consigan eso les frustra profundamente. A los chicos de ahora se les ha protegido tanto que no son capaces de afrontar la frustración», remata.
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Las terapias en grupo resultan fundamentales a la hora de poner solución a estos casos. «Primeramente entran en un grupo de iniciación con gente que acaba de empezar la rehabilitación. Luego pasan a un grupo de refuerzo y tienen consultas con los psicólogos, tanto a nivel individual o de familia. Se trabaja mucho para ayudarles a recuperar las habilidades sociales que han dejado por el camino con las adicciones, como la tolerancia a la frustración o la empatía. Hay que hacerles ver que si no reciben 'likes' no pasa absolutamente nada», sostiene Ángel Aranzana, que lleva como presidente desde junio de 2015. Para él, esta labor, que es totalmente voluntaria, requiere mucho esfuerzo y sacrificio, pero es de lo más satisfactoria. «Cuando ves que alguien se recupera te das cuenta de que todo el esfuerzo ha merecido la pena», recalca.
«Rehabilitarse es complicado, pero todo depende del empeño de la persona por salir adelante. Los grupos son clave para la rehabilitación, porque sentarse todos los días al lado de una persona y ver cómo esta va cambiando sus actitudes ayuda a que otros también lo consigan», subraya Aranzana.
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