Valladolid

Corrales, con cien vecinos y la mitad de las casas «medio hundidas»

«Los propietarios lo han ido dejando por lo típico que pasa en los pueblos, que pierden mucho y al final se acaba abandonando», lamenta el regidor. Pero, lejos de resignarse, busca poner coto a esta situación y estrechar cada vez más el cerco en torno a los inmuebles en mal estado. De hecho, en diez meses, hasta el 31 de octubre de 2024, el Ayuntamiento de este pequeño municipio enclavado en pleno Valle del Cuco ha requerido a la Diputación de Valladolid la intervención en cuatro solares dentro del Plan de Ruinas. «Se lo hemos dado a la Diputación para que lo ejecute, porque la verdad es que es un desastre», admite.

En los recién cumplidos once años del Plan de Ruinas –se puso inicialmente en marcha a finales de 2013 para municipios de menos de mil habitantes y un año después, para aquellos que tuvieran entre mil y diez mil vecinos–, Corrales de Duero ha requerido la intervención de la institución provincial hasta en 24 ocasiones. En todos los casos, apunta González, se trata de viviendas abandonadas. «Que se han ido dejando», reitera. «Hay muchas casas que están bien, pero sobre la mitad del pueblo está medio hundido», subraya.

Abordar esta situación en una localidad de apenas cien vecinos, con el riesgo de confrontación que eso comporta, es «muy difícil». «Al final puedes enfrentarte con los vecinos y salir a mal, no es lo mismo que en una ciudad o en un pueblo más grande. Aquí te cruzas con ellos, en ocasiones incluso convives con ellos o estás en la misma calle, y tienes que tomar una decisión. Por un lado no quieres problemas, quieres que todo el mundo esté bien y contento, pero por otro no hacen nada para solucionarlo y yo tengo esa responsabilidad», argumenta el alcalde, mientras justifica que derivan esas medidas a la institución provincial porque «el pueblo apenas tiene recursos para afrontarlo».

En cualquier caso, sabe que «es lo que tengo que hacer» para garantizar la integridad y salud de sus vecinos, ya que en algunos casos se trata de viviendas con riesgo de caída de elementos a la vía pública.

Lo afirmaba Diego González y los datos avalan su planteamiento:son muchas, demasiadas, las localidades que tienen varias propiedades privadas semiderruidas. Por toda la provincia. A escasos cuatro kilómetros de Corrales de Duero, en Valdearcos de la Vega (71 censados), la situación es similar. En la última década, la Diputación Provincial ha recibido hasta 18 solicitudes de intervención por solares o inmuebles en estado derruido o semiderruido. Pero hay más. El listado de localidades del medio rural vallisoletano cuyos padrones apenas rozan las cien personas y crece con el paso de los años.

Por citar un ejemplo, en Tierra de Campos, en una distancia de menos de diez kilómetros hay 33 edificios en estado ruinoso. Concretamente, en Bustillo de Chaves (72 censados, ha requerido la intervención de la Diputación en 17 ocasiones desde la puesta en marcha del programa) y Vega de Ruiponce (80 empadronados, 16 peticiones). No son casos aislados. Sucede, en mayor o menor medida, en toda la provincia.