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El corazón del barrio del Hospital pasa por el quirófano para completar su urbanizaciónLa necesidad de reparar las filtraciones y de renovar el acceso al ascensor del veterano aparcamiento subterráneo de la plazoleta (sin nombre como tal) que forma el corazón del barrio del Hospital, que conforman las calles Romojaro -con este nombre se bautizó en origen al ... estacionamiento-, Ángel de la Guarda, Quebrada y Amor de Dios, ha motivado la intervención integral que están llevando a cabo desde antes del verano los operarios en el marco de un proyecto que servirá para darle un lavado completo de cara a este amplio y áspero espacio peatonal, que acogía una popular pista pública de futbito, y completar de paso las obras de reurbanización llevadas a cabo en todo el entorno en los últimos tres años.
Los obreros afrontan ahora la recta final de unos trabajos que prevén concluir a principios de 2025 y que corren a cargo de la comunidad de propietarios del veterano aparcamiento subterráneo de Romojaro -la calle que une Penitencia y Amor de Dios-, uno de los primeros abiertos en los barrios a comienzos de los años noventa y que alberga 460 plazas de estacionamiento en sus entrañas. Allí están rematando ya la colocación de la tela asfáltica y el extendido del aglomerado del firme para poner fin a las filtraciones que afectaban a esta infraestructura.
Los operarios, en paralelo, trabajan en la ampliación de la vieja caseta de ladrillo del ascensor situada en un lateral de la plazoleta, que van a revestir con una estructura metálica y en la que van a mejorar sus condiciones de accesibilidad para sus centenares de usuarios, que ahora cuentan temporalmente con la segunda entrada (de escaleras) situada al otro lado del espacio, junto al parque que prolonga el espacio hacia la avenida de Palencia.
Las obras comenzaron en la pasada primavera e implicaron la demolición de la popular, especialmente entre los universitarios de las facultades cercanas, pista de futbito y de su pequeño graderío del lado de la calle Ángel de la Guarda; así como la retirada de la zona estancial, un tanto ruda, que conformaban junto a la caseta del ascensor tres escasos bancos de piedra. «La pista se va a recuperar», confirman a pie de obra los operarios que están ejecutando los trabajos.
Y no solo eso. La intervención, aparte de solucionar la estanqueidad del firme superior del aparcamiento, integrará la plazoleta, que ejerce de núcleo del barrio del Hospital, en un entorno que ha sido reurbanizado de manera progresiva en los últimos tres años y en el que se han adoquinado y ampliado sus antiguas y estrechas aceras de brea, reordenadas algunas hileras de aparcamientos en superficie, renovado las redes subterráneas (agua potable y alcantarillado) y mejorados los giros y asfaltada su calzada.
Esta ristra de intervenciones ha alcanzado así a todas las calles que rodean la plazoleta de Romojaro, como son Amor de Dios, la propia Romojaro, Ángel de la Guarda y Quebrada. El adoquinado y la reurbanización de dicho entorno llegará ahora a la plazoleta que dibuja el aparcamiento, donde se adoquinará el firme y renovará el mobiliario público para dar continuidad así a todo el itinerario peatonal que conforman el parque situado a continuación hacia la avenida de Palencia y el existente al otro lado de la calle Ángel de la Guarda en la prolongación de Amor de Dios hacia Madre de Dios y el camino del Cementerio.
De manera que a principios del año que viene, antes de la primavera, el barrio del Hospital verá prácticamente concluido su lavado de cara integral con la renovación de la fría plazoleta de Romojaro a falta solo de la reurbanización de su otra arteria transversal, como es la calle Madre de Dios, cuyo proyecto de intervención está ya sobre el papel de los despachos de Urbanismo y Movilidad, aunque su elevado coste, estimado en torno a los dos millones de euros, está retrasando el comienzo de las obras para eliminar también allí las aceras de brea que aún mantiene.
En el resto del barrio se han ido adoquinando y reurbanizando sus viales en estos últimos años hasta alcanzar también a calles como Penitencia (allí las obras concluyeron a comienzos del pasado verano), Quebrada en toda su extensión y Peña de Francia.
El barrio del Hospital renueva así su imagen sesenta años después de la construcción de sus viviendas, nacidas del boom urbanístico vivido a mediados de los años sesenta del siglo pasado, cuando se construyeron decenas de grupos de viviendas tanto en este entorno como en Delicias, el Cuatro de Marzo o La Rondilla. Pero aquellas nuevas barriadas nacieron, como en el caso del entorno de Romojaro, sin aparcamientos. En todos ellos tuvieron que esperar a los años ochenta y noventa para ver horadar el subsuelo de sus plazas en el marco de un ambicioso proyecto iniciado bajo el mandato del alcalde Tomás Rodríguez Bolaños para abrir un sinfín de estacionamientos subterráneos en los barrios de la ciudad.
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El proyecto del estacionamiento para residentes de Romojaro, en este sentido, fue aprobado en 1986, pero las obras se retrasaron a comienzos de los años noventa y el subterráneo vio finalmente la luz el 15 de enero de 1993 de la mano de una cooperativa bautizada como Romojaro. En su interior alberga 460 plazas. Su construcción estuvo marcada por las movilizaciones vecinales en un barrio acuciado entonces, y también ahora, por la falta de aparcamientos en sus calles. Tanto es así que en 2006, ya con Francisco Javier León de la Riva como regidor, llegó a proyectarse un segundo estacionamiento en la calle Amor de Dios que nunca vio la luz. Después, eso sí, se abriría el aparcamiento de la avenida de Palencia (2003).
En cuanto al estacionamiento de Romojaro, que el próximo 15 de enero cumplirá 32 años de vida, el suelo pertenecía en origen a la Junta y el retraso en la cesión del suelo, acordado en 1986, fue lo que demoró durante años el inicio de su construcción. Los vecinos, en 1989, protagonizaron algunas protestas de la mano de su asociación y de los residentes que ya habían conformado la cooperativa para sacar adelante esta infraestructura, que ahora se renovará para integrarla en el corazón del remozado callejero del barrio del Hospital. El espacio, en cualquier caso, carece de nombre como tal más allá del aportado por la propia denominación de la cooperativa Romojaro.
El año 1993 fue una fecha clave para dar un impulso definitivo a los proyectos, algunos nacidos en la década anterior, de ofrecer soluciones a los problemas de aparcamientos surgidos en las barriadas de la época franquista de numerosos barrios de la capital. El Ayuntamiento, que inauguró aquel año el subterráneo de la calle Romojaro (barrio del Hospital), tenía ya en construcción el de la plaza de Alberto Fernández (La Rondilla) y anunciaría en enero seis estacionamientos más en distintos emplazamientos de la ciudad: calle Salud (Pajarillos), Arroyo Espanta (La Rubia), calle Júpiter (La Victoria), poblado de Fasa, calle Silió (Vadillos) y plaza de Usos Múltiples. No todos vieron la luz -calle Salud y poblado de Fasa se quedaron sobre el papel- y algunos tardarían lustros en hacerse realidad (como el de la actual plaza del Milenio). Otros, como el de La Victoria, en la actual plaza de la Solidaridad, aún esperan una solución definitiva para su apertura.
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