Control municipal de los nidos de procesionaria. Alberto Mingueza

Valladolid

¿Cómo controlar la procesionaria?

La catedrática de Alergología de la UVA, Alicia Armentia, ofrece recomendaciones para frenar plagas y explica la intervención de los ayuntamientos

Ana Santiago

Valladolid

Domingo, 3 de marzo 2024, 20:17

La procesionaria llega a ocasionar verdaderas plagas que amenazan a los bosques y a las personas y sus mascotas. «Es importante su control», explica Alicia Armentia, doctora en Alergología y jefa de este servicio en el Río Hortega de Valladolid. Y desentraña los secretos de este control: «Para controlar de forma artificial las poblaciones de esta especie se utilizan medios físicos, químicos y biológicos, como las trampas de feromonas para capturar a los machos adultos, que reducen las posibilidades de reproducción y por tanto las poblaciones. Los medios físicos pasan por la eliminación de los bolsones: cuando las orugas están dentro, estos se cortan, apilan e incineran».

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«A día de hoy, el método que siguen muchos ayuntamientos consiste en una inyección que se aplica directamente en el tronco del pino y que permite la administración de dicha solución por vía intravascular, consiguiendo así que la plaga que está intentando alimentarse del pino se vea afectada por ese producto», añade.

«La lucha química consiste en la fumigación con insecticidas que durante los primeros estadios de desarrollo de las larvas. Hasta el año 2012, se utilizaban también medios aéreos hasta que fueron prohibidos por la Unión Europea en el marco de actuación para conseguir un uso sostenible de los productos fitosanitarios. Sin embargo, el mejor método de control para la procesionaria del pino sería el propio equilibrio de la naturaleza, si esta no se viera alterada, ya que cuenta con numerosos depredadores como pájaros, hormigas rojas, avispas o murciélagos. También destaca la eficacia de unos hongos del suelo, que rompen el ciclo biológico de esta especie: se trata de los hongos Cordyceps, cuyas esporas quedan atrapadas entre los pelos de las orugas en su descenso a tierra en primavera».

Asimismo, esta especialista indica que «el soterramiento de estas y la humedad de la tierra favorecen la germinación de los hongos sobre la crisálida, matando a la mariposa que se desarrolla en su interior. Según indica el CREAF, es también recomendable como parte del plan de reforestación, no repoblar con especies de pinos sensibles a esta plaga, como son el pino laricio o los pinos exóticos».

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