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Hace dos semanas, la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera, reclamaba a las distribuidoras de electricidad que aprovechen las oportunidades que ofrecen los contadores digitales para sacar el máximo partido «a todo su potencial» y ofrecer «servicios energéticos innovadores» para avanzar «en ... el ámbito de la transición energética». La práctica totalidad de hogares vallisoletanos disponen ya de estos aparatos, que permiten tener un conocimiento detallado del consumo en los diferentes tramos y abren la puerta a la contratación de una tarifa de discriminación horaria, en la mayoría de los casos ventajosa para el consumidor según las asociaciones.
La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) anunciaba el pasado 6 de junio que el número de los equipos con capacidad de telemedida y telegestión integrados y operativos roza los 27 millones, el 99,14% del total de los instalados en España con una potencia contratada igual o inferior a 15 kW (equipos denominados de tipo 5). Los nuevos contadores permiten a los usuarios acceder a sus lecturas horarias a través de las páginas web de sus empresas distribuidoras. En la provincia de Valladolid han sido sustituidos 324.034 contadores, lo que supone el 99,88% del total, y de ellos son integrados el 99,89%.
Competencia ha 'devuelto la pelota' a la ministra y reclamado «cambios normativos que permitan a los consumidores utilizar todo el potencial de los nuevos equipos».
El plazo de sustitución de los antiguos contadores analógicos comenzó en 2013 y concluyó el pasado 31 de diciembre de 2018, después de que la CNMC autorizara a las distribuidoras a mantener hasta un máximo del 2% del total del parque de contadores sin sustituir, siempre que fuera debido a causas no imputables a la empresa, las jusitificase ante la Comisión y obtuviese su aprobación.
El grado de cumplimiento es muy elevado, si bien no se ha alcanzado el 98% de sustitución en todas las provincias. Pontevedra y las cuatro provincias catalanas no llegan a dichos porcentajes. En el caso de Cataluña, Endesa, que es la empresa distribuidora de más peso en la región, argumenta que un elevado número de clientes se han negado a sustituir los contadores. El resto de motivos que alegan las empresas son accesos imposibilitados o deficiencias en la instalación, así como la peligrosidad de las instalaciones existentes.
Una vez sustituidos los contadores, la normativa establece que «los distribuidores tienen la obligación de poner a disposición de los comercializadores la curva de consumo horario que sirve de base para la facturación de la energía en el mercado de cada consumidor».
La factura de la luz y también las diferentes alternativas de contratación del servicio siguen siendo un arcano para no pocos usuarios. Una encuesta de Competencia revela que tres de cada diez usuarios afirman no conocer el tipo de tarifa eléctrica que tiene contratada. El 27,2% declara tener una tarifa por horas, mientras que el porcentaje de hogares que contrata una tarifa con discriminación horaria en dos o tres tramos es del 15,4%.
Entre quienes están este último tipo, nueve de cada diez tienen en cuenta la diferencia de precios para realizar sus hábitos de consumo, por ejemplo, para encender el aire acondicionado o poner la lavadora. Sin embargo, solo el 40% de los que tienen una tarifa por horas con contador digital adaptan su consumo para disminuir la factura.
Los consumidores con contadores con telegestión y telemedida pueden acceder a su curva de consumo horario a través de la página web de su distribuidor desde www.cnmc.es, que publica las direcciones web donde se pueden consultar esta información.
Desde la CNMC ven necesario que la culminación del plan de sustitución vaya acompañada de «una serie de mejoras en la normativa». En concreto, «que se flexibilice y se eliminen restricciones que limitan los derechos de los consumidores frente a las nuevas posibilidades que ofrece esta tecnología».
Recuerda el organismo supervisor que «el consumidor está pagando el coste del alquiler del contador, que es superior al de los antiguos equipos analógicos; además, se debería reconocer a los distribuidores los costes de implementación de los sistemas de gestión y tratamiento de la información». La CNMC reclamó estos cambios hace unos meses, advirtiendo que a los consumidores con contadores 'inteligentes' que no están integrados en red se les debería cobrar el precio del alquiler del equipo analógico.
Desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), apuntan que las tarifas con discriminación horaria, «las grandes desconocidas del sector eléctrico» según las llama, permiten reducir el consumo en los horarios de mayor demanda de energía, «pero muchos usuarios temen contratarlas porque no es posible elegir siempre a qué hora se consume electricidad, ni se sabe cuánto consume cada aparato».
La discriminación horaria -explica la OCU- no es una tarifa nocturna. Tiene 14 horas al día baratas, desde las 23:00 hasta las 13:00 horas del día siguiente; y diez horas caras. «No exige un cambio radical de hábitos, ni siquiera modificaciones leves: para ahorrar no es necesario poner la lavadora ni cocinar por la noche», aseguran. Tampoco hace falta una planificación minuciosa del consumo, ya que solo con realizar el 30% en horario valle, las ventajas de la tarifa ya se notan en la factura. «Los hogares que no tienen contratada esta tarifa ya consumen el 50% en horario valle: electrodomésticos como el frigorífico, que están funcionando las 24 horas, ya facilitan el elevado consumo en esas horas».
Los cálculos de la organización señalan que un hogar medio ahorra al año 70 euros por tener la tarifa con discriminación horaria, «una estimación realizada suponiendo que realiza un 50% de su consumo en horario valle, pero puede ser bastante más sin apenas esfuerzo».
El coste de activar la tarifa es de 9,04 euros en concepto de derechos de enganche, que se pagan una sola vez si al mismo tiempo se realiza un ajuste de la potencia.
Además, la tarifa regulada, la denominada PVPC, también tiene cuenta con esta modalidad. La diferencia está dentro de las horas baratas (valle), algunas de las cuales son más baratas que otras, algo que también sucede con las caras ya que con el PVPC el precio día a día y hora a hora va variando. Por otro lado, la tarifa con discriminación horaria es reversible y si el cliente no logra ahorrar con ella puede volver a la situación anterior.
Sostiene la OCU que las propias comercializadoras «tienen claro que activando la discriminación horaria se pagan menos peajes sin necesidad de cambiar los hábitos y por eso están solicitando de forma masiva la activación de la discriminación horaria a sus clientes, pero manteniéndoles un precio final único durante las 24 horas, como si no tuvieran discriminación. Así la comercializadora se lleva una parte importante del ahorro en peajes que el cliente no ha aprovechado».
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