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«Ver tu rostro es seguir tu camino. Es mirar a los ojos a los que sufren; a los que lloran; a los que tienen hambre y sed, y no solo de justicia; a los que buscan la paz en medio de la guerra; a ... los perseguidos; a los pobres; a los maltratados…». El presidente de la Diputación, Conrado Íscar, realizó ayer la glosa del paño de La Verónica de la cofradía del Cristo Despojado, una convocatoria donde interpretó el rostro de Jesús realizado por el pintor vallisoletano Julio Arranz Hernández en la edición de este año, un rostro inspirado en la imagen central del paso del Camino del Calvario de Gregorio Fernández (1614) que esta hermandad procesiona en la Procesión General de la Pasión y sobre el que previamente reflexionó con palabras del propio San Juan Pablo II: «¿No es tarea de la Iglesia reflejar la luz de Cristo en cada época histórica, para hacer brillar su rostro también ante las generaciones del nuevo milenio?».
Se trata de una interpretación reflejada en el paño que portará la imagen de la Verónica, del mismo grupo escultórico, sobre la que el también alcalde de Matapozuelos señaló que «es la única persona que se atrevió a saltar el cordón establecido para acercarse a enjugar el rostro de Cristo» durante su glosa, donde hizo un recorrido por algunas de las meditaciones expuestas por sus predecesores en el cargo, como el actual alcalde de la ciudad, Jesús Julio Carnero, o el arzobispo, Luis Argüello, pasando por personas vinculadas al periodismo, la historia o la cultura vallisoletana.
Así, la iglesia parroquial de San Andrés celebró anoche la duodécima edición de esta convocatoria del primer sábado de Cuaresma que, aunque moderna, se ha convertido en una de las citas previas a la Semana de Pasión.
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Y es que glosador y pintor, cada uno en su cometido, le pusieron ayer especial emoción, personalizando sus sentimientos tanto en el lienzo como en la glosa hasta el punto de que, Conrado Íscar señaló que para él «Verónica es la única que tuvo valor para mostrar compasión por ti, Señor, aunque fuera en contra de la opinión mayoritaria de quienes le rodeaban». Una reflexión a la que siguieron numerosas preguntas por parte del glosador, con las que quiso hacer partícipes a los numerosos cofrades y ciudadanos asistentes –entre los que estuvo presente el presidente de Junta de Cofradías, Miguel Vegas–. Íscar preguntó a los presentes si serían capaces de mostrar la misma determinación que esta mujer que atendió a Cristo durante el Vía Crucis enjugando su rostro con su velo: «¿Somos capaces de tomar el testigo de Verónica?».
El presidente de la Diputación se acordó así de las personas que sufren, de los que lloran, de los necesitados o de los afectados por las guerras. «¿Somos capaces de atender a los que sufren? ¿Somos capaces de consolar a los que lloran compartiendo con ellos su pena? ¿Somos capaces de ayudar a satisfacer las necesidades de quienes tienen hambre y sed? ¿Somos capaces de acoger a los que huyen de la guerra, a los marginados, a los perseguidos, a los maltratados?». Unas preguntas que resonaron en un templo que estuvo abarrotado, haciendo reflexionar a todos los presentes hasta el punto de que el presidente quiso lanzarles un mensaje respecto a la valentía de cada uno al manifestar la fe cristiana: «¿Somos capaces de cumplir con nuestra fe? ¿Somos capaces de hacerlo sin miedo al qué dirán?».
Una glosa comprometida donde recordó también el momento más procesional del acto, ya que este lienzo formará parte del desfile insignia de la ciudad de la tarde y noche del Viernes Santo hasta propiciar un momento íntimo con estas cuestiones tan de actualidad en momentos «de oración, recogimiento y reflexión», como recordó el máximo responsable de la institución.
Previamente a estas palabras, se descubrió un cuadro con el lienzo cuyo pintor es hijo de Félix Arranz, pintor del paño de 2018 y fallecido dos años después de aquella obra, que junto con el resto de la colección forma parte del tesoro artístico de la Cofradía de Cristo Despojado que, además, tiene como Cofrade de Honor a la propia Diputación. El acto, que contó con la presencia del regidor vallisoletano además de las concejalas Blanca Jiménez y Mercedes Cantalapiedra además de representantes de otras hermandades, fue cerrado por la interpretación de la Marcha Real a cargo de la banda de cornetas y tambores de la cofradía que entre otras piezas también tocó Mi Bendición.
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