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Carmen Aguado
Palencia
Miércoles, 14 de febrero 2024, 23:41
Es el símbolo del final de la diversión y del inicio del nuevo tiempo litúrgico, la sardina ardiendo al fuego en una hoguera en la que también se quema de alguna forma el ambiente festivo que se ha podido vivir estos días con la celebración ... del carnaval. Un miércoles de ceniza en el que Doña Cuaresma da por concluido el disfrute y jolgorio que siempre protagoniza Don Carnal.
Atrás quedan los desfiles, el baile y la música que se ha podido disfrutar durante estos últimos días, el ayuno se abre paso en forma de una sardina que durante todo su recorrido ha ido ironizando sobre el inicio de la Cuaresma. Un peculiar cortejo fúnebre la ha acompañado desde la Plaza de San Pablo, donde ha dado inicio a las seis y media, hasta su quema en el Paseo del Salón.
Un séquito que ha arropado a la sardina en su último recorrido en el que no han faltado algunas plañideras vestidas de color negro buscando consuelo durante el desfile para decir adiós a Don Carnal. Durante todo momento, las mujeres han estado acompañadas de otros personajes ataviados de máscaras y túnicas oscuras que han abierto el cortejo.
«Buenas noches, Palencia. Me dirijo a los que aún conserven el alma, a los que tengan alma. Los que no la tengan están a tiempo, que se vayan. Ha puesto su campamento en Palencia una estirpe muy antigua, la de los últimos nómadas que aún cultivan la alegría y la magia. Venimos desde muy lejos, desde muy atrás. Hemos venido hoy aquí a Palencia para oficiar este eterno y mágico entierro de la sardina. Venimos a traer la llama sagrada y prender la hoguera que hará despedirse a Don Carnal y dar la bienvenida a Doña Cuaresma», pregonaba uno de los misteriosos personajes participantes.
Después del anuncio, 'Valeria, arco y flecha' realizaba una bonita actuación con varios aros y un arco con los que ha danzado al son de la música medieval que ha marcado el ritmo de la actuación. Tras ella, una bailarina ha actuado acompañada de hasta cinco antorchas en la cabeza y una en cada mano.
«Como en todo entierro ilustre que se precie, debemos contar con las fuerzas vivas, las gentes que conocen la ciudad. Ahora, damos paso a nuestro clérigo y al gran cardenal del Carnal», continuaba otro de ellos para dar paso al recuperado recital de letanías que ha hecho alusión a Palencia, su actualidad política y social así como a sus gentes.
Una vez ha finalizado la ceremonia previa, se ha llevado a cabo la quema de la sardina. Al contrario que en años anteriores en las que esta era simbólica, gracias a un espectáculo de pirotecnia, esta vez se ha optado porque el pescado sí fuera pasto de las llamas. Una despedida bajo la fija atención de pequeños y mayores que se han agolpado frente a las vallas que han delimitado el acto y que ha finalizado con un espectáculo de fuegos artificiales y pirotecnia.
Al finalizar, pasadas las siete y media de la tarde, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Palencia (FAVPA) ha repartido tapas de sardina y caldo para todos los asistentes. Como cada año, se ha querido hacer partícipes a los vecinos de Palencia que han podido formar parte en todo momento de un séquito al que se han ido incorporando decenas de palentinos.
Ahora, una vez pasado el miércoles de ceniza, lejos quedan los colores y los brillos que se han podido ver durante estos días por el centro de la ciudad donde se había instalado una carpa como epicentro de la fiesta. El tiempo de abstinencia ha dado comienzo como preparación para una de las citas más especiales para Palencia, la Semana Santa.
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