La conductora de un turismo, 66 años, sobrevivió a primera hora de la mañana de este lunes a una violenta caída desde la primera planta (en superficie) del Hospital Río Hortega a la situada en el nivel inferior. Su vehículo, un Mercedes automático, se precipitó desde una altura de más de cuatro metros ... cuando la mujer, que había acudido a visitar a un nieto ingresado en dicho centro, realizaba una maniobra de aparcamiento en batería, salió disparada hacia adelante y, después de destrozar el muro de la valla de protección, acabó precipitándose de morro antes de rebotar en la calzada y acabar boca abajo sobre otro que estaba estacionado en la planta inferior.
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Los propios sanitarios del centro acudieron en primer lugar a atender a la víctima, que quedó atrapada boca abajo y colgando en el asiento del conductor con el cinturón abrochado, que sufrió lesiones graves (múltiples fracturas costales y dos vértebras afectadas) y permanece ingresada con pronóstico reservado, en principio, fuera de peligro, según confirmaron fuentes sanitarias.
«Es un milagro que esté viva gracias, sobre todo, a que el lado del conductor quedó al aire al recostarse el coche por el lado del maletero sobre el otro y quedar su habitáculo casi intacto», confirmaron testigos del accidente ocurrido a las 9:30 horas. Y también lo fue, un «milagro», que una enfermera que se encontraba justo allí resultara ilesa después de ver cómo el vehículo caía delante de ella, por suerte, sin tocarla.
«La conductora, que presumiblemente venía nerviosa a ver a un familiar ingresado, aceleró de forma brusca sin querer cuando estaba aparcando con un modelo automático, no pudo frenar y acabó precipitándose hacia delante y cayendo de morro, primero, antes de volcar boca abajo sobre otro coche estacionado», propiedad de una enfermera, que también acabó destrozado, según confirmaron fuentes policiales.
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El siniestro tuvo lugar cuando la víctima estaba estacionando en la planta de superficie y fruto de un evidente despiste pudo acelerar al realizar la maniobra hacia delante, superó los topes de hormigón que marcan el espacio para detener el vehículo, derribó el murete de la valla –de chapa y láminas de pizarra– y acabó cayendo de morro sobre la planta inferior, desde una altura de más de cuatro metros. El coche, un Mercedes automático, golpeó de frente contra el asfalto y acabó volteado boca abajo sobre otro estacionado, un Hyundai blanco, sobre el que se empotró sobre el lado del maletero. La conductora del vehículo siniestrado, que llevaba el cinturón abrochado, quedó atrapada boca abajo sobre el asfalto con el coche levantado sobre el Hyundai, lo que evitó males mayores al no aplastarse el habitáculo sobre ella.
La mujer de 66 años fue evacuada con múltiples fracturas al propio centro sanitario, donde permanece ingresada en la UCI, en principio, «fuera de peligro». Sanitarios, bomberos y policías locales la ayudaron a salir del vehículo para agilizar su traslado. Un susto, en definitiva ocurrido al final del aparcamiento del Hospital Río Hortega, del lado que mira a la carretera de Segovia.
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