Titulaba hace unos días El Norte que «La suma de problemas en Asia amenaza la llegada a tiempo de artículos navideños» y explicaba que «la crisis energética en China y los retrasos en el tráfico marítimo complican campañas como la del 'Black Friday' y ... Reyes».
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La recuperación pospandemia pasa en gran medida por una fuerte y sostenida mejoría del gasto en consumo y el comercio local es optimista de cara a la recta final del año. Aseguran que 'hicieron los deberes' allá en mayo y descartan que problemas tan lejanos se traduzcan en estantes vacíos en Valladolid, Castilla y León o España. Aun así, dado que según las fuentes consultadas cada vez más gente adelanta las compras de Reyes, los últimos clientes no serán los primeros, sino que podrían quedarse sin los artículos para los que no hay alternativas, léase una videoconsola o un teléfono determinado.
En cuanto a la evolución de los precios, desorbitados ya en las materias primas, el transporte o la energía, falta por ver cómo se irán trasladando las subidas a la cadena que termina en el consumidor.
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«No prevemos desabastecimientos ni roturas de stock», señala David Gracia, director de Comunicación de Anged, la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución, «aunque sí podrían darse problemas puntuales debidos, sobre todo, a la logística». «Las empresas están alerta y prevenidas sobre las noticias que llegan y llevan meses trabajando para preparar esta parte tan importante del año, que lo es más en el caso de Castilla y León, ya que fue la comunidad más afectada por las restricciones durante los peores meses de la pandemia, junto con Cataluña».
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Al ser consultado sobre si puede haber problemas en los productos más demandados, como juguetes o videoconsolas, comenta que «más que desabastecimiento, lo que puede haber es un impacto en los costes por el encarecimiento de los insumos, lo que se traducirá en un golpe a los márgenes de las empresas». «No tenemos dudas de que la campaña de Navidad marcará la recuperación», manifiesta Gracia al recoger el sentir de las empresas de la distribución minorista de sectores como, electrodomésticos, moda, bricolaje, librería, juguetería, regalo, mueble, informática y electrónica, entre otros.
La subida de precios que va de la mano de la escasez de algunas materias primas es una de las principales preocupaciones del comercio, que se ve como el último eslabón y a la vez el más débil de la cadena. «El transporte está entre lo que más se ha encarecido y, tras el parón de demanda por la pandemia, ahora se produce una situación complicada con un volumen de oferta que en algunos casos no llega para abastecernos», señala Adolfo Sáinz, presidente de la Confederación Regional de Comercio, quien se refiere a «todo lo que viene de China» que, además, «algunos países que no son el nuestro han estado acaparando».
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Así que se encarecen las materias primas, se encarecen los bienes intermedios, el transporte, la distribución y, al final, «si el comerciante sube los precios acaba teniéndose que comerse lo que no ha vendido porque la competencia es grande». «Nuestros márgenes son muy estrechos y estamos ante un trimestre crucial para el comercio de nuestra comunidad, sobre el que cada día hay más nubarrones».
Según la última estadística autonómica, el Índice de Ventas del Comercio Minorista de Castilla y León, que en 2015 arrancó en 100, se encontraba en agosto pasado en 107,4. En lo peor de la pandemia (abril de 2020) llegó a caer a 71,8, tras haber alcanzado en las navidades de 2019 un techo de 125,1.
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«Desabastecimiento, no; retrasos, sí» es lo que prevé y ya está notando Marina Muñoz, gerente de la juguetería Justo Muñoz. «En este momento existe una gran demanda de mercancía en todas partes y no solo de juguetes, sino también de artículos para el hogar, deporte y regalos en general. Los retrasos en la recepción son grandes, pero género va a haber». Lo que no quita, claro, para que «como sucede todos los años, el producto de más éxito, el más demandado, acabe faltando». Ojo con los dinosaurios del Jurásico, cuyo tirón no cesa.
Pero insiste en la tesis de que «las programaciones de los meses finales del año se hacen en mayo y por entonces ya conocíamos tanto que habría un pico de demanda, como que el transporte está expuesto a colapsos». Calcula Muñoz que quizá «en torno a un 12% de la mercancía no se va a poner reponer». «Todo lo que se acabe en noviembre será más complicado de volver a encontrar».
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En cuanto a los precios, reconoce que la falta de materia prima acaba repercutiendo en su encarecimiento, al igual que los problemas en los fletes, que han subido de forma «exagerada». «Pero ni mucho menos se repercute todo en el cliente», señala. «Ni vamos a tener subidas alarmantes, ni van a ser en todos los productos: una parte los asume el proveedor, otra la cadena de compra y, al final, el precio final subirá algo como ha subido el pan y prácticamente todo. Pero seguirá siendo asequible», asegura, antes de recordar que los comercios «como siempre, seguirán teniendo sus promociones, rebajas y campañas».
Para las jugueterías, la recta final del año, que ya ha empezado, «supone el 60% de las ventas en dos meses» y Marina Muñoz cree que «este año va a ser bueno». «Todos queremos volver a la normalidad y gastar un poco más; notamos que hay ganas de comprar, que hemos dejado atrás el miedo y se nota una subida del punto de venta físico respecto del 'online'. La gente quiere coger las cosas, contacto con quien te atiende, es un lujo que no se quiere perder».
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También para los establecimientos de aparatos electrónicos las próximas semanas son «las más fuertes del año» y «las perspectivas tras la pandemia son muy buenas», según confirma Ximo Reig, gerente de Media Markt en Valladolid. «Los hábitos tecnológicos cambiaron con el confinamiento y el teletrabajo, el ocio en casa, las tablets, telefonía y videoconsolas o 'gaming' en general vienen con grandes novedades», explica.
Sobre los posibles desabastecimientos, es de la opinión de que «hay mucha rumorología» que a su cadena no afectará por su tamaño y capacidad. «En comercios más pequeños puede que haya escasez porque la demanda es muy elevada y es cierto que aparatos muy determinados, una consola o una marca de teléfono en particular, podrían acabarse». «La gente adelanta cada vez más las compras, el 'Black Friday' dura un mes entero y quienes esperen a última hora corren riesgos».
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También en el 60% del negocio anual cifra Alejandro García Pellitero lo que supone la campaña final del año para comercios como los del sector de la moda. «Es clave y somos optimistas», señala el responsable de la asociación comercial vallisoletana Avadeco, «de hecho, repetir el resultado del año pasado ya sería bueno».
Respecto a la situación de los stocks, comenta que «no nos han llegado noticias de que vaya a haber problemas porque el pequeño comercio se abastece de mayoristas que ya han buscado soluciones». «Quizá las grandes empresas de distribución, el sector del regalo o la electrónica pueda tener algún problema puntual», admite. «El textil no creo que tenga dificultades ahora, pero sí quizá más tarde, en la primavera verano», considera.
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Desde El Corte Inglés, su responsable de Comunicación, José Antonio Lobato descarta rotundamente cualquier tipo de problema de abastecimiento y recuerda que la cadena tiene su propia oficina en China, lo que facilita las cosas, ya que es de Asia de donde llegan las noticias problemáticas. Espera unas navidades «completamente normales» y sobre las subidas de precios explica que «afectan más a la industria fabricante que a la distribución». «En electrónica, por ejemplo, no han subido nada –sostiene–. El mercado es muy sensible al efecto de los precios y la competencia, muy dura».
Sobre esta cuestión, García Pellitero es de la opinión de que «la fiesta irá por barrios, habrá un poco de todo». «Los comercios podemos asumir en márgenes subidas si son moderadas;si son grandes, no». Pero reconoce que se encuentran entre la espada y la pared porque «para vender y ser competitivo no puedes jugártela con los precios».
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La crisis, como la feria, le ha ido a «unos mejor a a otros, peor», entre los que Adolfo Sáinz cita los comercios de textil y zapatería, con caídas de facturación del 40% y una recuperación más lenta.«La vemos ahí, pero sigue habiendo mucha incertidumbre y ni mucho menos han recuperado los consumidores la confianza», opina el presidente de Conferco. «Parece que el ahorro acumulado está dirigiéndose hacia el ocio, a viajar y comer, con los sectores turístico y hostelero como los más beneficiados». Teme que la propia subida de la luz «pueda actuar como desencadenante de un miedo a gastar en los consumidores, por lo que pueda pasar».
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