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La Cofradía de la Pasión: «Tuvimos que ir a Roma para recuperar nuestro patrimonio»«De la Iglesia de la Pasión hasta la de San Quirce y Santa Julita, pasando por San Felipe Neri, el Santuario Nacional de la Gran Promesa y la parroquia de la Magdalena», enumera David Flores, secretario en funciones de la Cofradía Penitencial de la Sagrada Pasión de Cristo, al recordar los cambios de ubicación que ha sufrido la hermandad desde que se clausuró el templo de la calle de la Pasión que utilizaban como sede tras ser declarado en ruina en 1926. El Arzobispado puso a la venta el edificio, siendo el Ayuntamiento su comprador. A raíz de las mudanzas fueron muchas las tallas, cuadros y documentación que se perdieron por el camino. El regreso del patrimonio no se produjo. Fue la propia hermandad la que, a partir de 1993, consiguió hacerse un hueco en San Quirce e intentó recuperar parte de sus imágenes del Museo Nacional de Escultura e incluso de Roma con varios pleitos de por medio con el Arzobispado. Abro hilo:
↓ Sin embargo, la permanencia de la Pasión en la iglesia de San Quirce y Santa Julita no ha estado asegurada hasta hace escasos tres años. «Actualmente tenemos una cesión con las religiosas que son propietarias del inmueble para hacer uso de la iglesia por los próximos 75 años», narra. Desde entonces ha sido la propia hermandad quien se ha hecho responsable de restaurar, mantener y cuidar todo el patrimonio que mantienen en el interior del templo. Flores recuerda la situación inestable que sufrió la cofradía durante años hasta que consiguieron un acuerdo: «Estuvimos con la intranquilidad de saber dónde íbamos a poder seguir haciendo vida de cofradía», continúa. Se barajaron otras alternativas, pero no se llegaron a decantar por ninguna en concreto ya que lo que demandaba la congregación era una lugar lo suficientemente grande para albergar sus bienes.
↓ «Ahora mismo hay cinco pasos montados, si sumamos eso a los cofrades que vienen a vestirse para salir en procesión, se nos queda pequeña», valora Flores al señalar los pasos que serán protagonistas de la Semana de Pasión. A esta falta de espacio se le añade una reja en la parte posterior del templo al que la hermandad no tiene acceso. «Detrás de ella se encuentra un coro de una antigua clausura, que no lo podemos utilizar porque se lo han cedido los pisos tutelados», lamenta.
↓ «Nuestra iglesia histórica está a la disposición del Ayuntamiento, fue nuestra sede hasta el año 1926», añora al recordar su templo pionero. Los problemas con el estado y conservación del inmueble religioso continuaron hasta el cierre, lo que ocasionó que Román Sanz y Cándido Negro, comisarios del Cristo del Perdón, se llevasen esta imagen al pajar de su casa durante dos días hasta que el arzobispo les concedió un altar en San Felipe Neri. Gracias a los cofrades se logró conservar la comisaría y el recorrido de una de las hermandades más antiguas de Valladolid. «Es sin duda la imagen que ha mantenido viva la cofradía en los últimos años y a la que más devoción se le guarda», afirma.
↓ El resto del patrimonio fue llegando paulatinamente al antiguo convento cisterciense, en donde ahora Flores recuerda esta historia. «Desde nuestro traslado en 1993 recuperamos nuestros libros históricos, cuadros, textiles e imágenes, entre ellas la del 'Cristo de las Cinco Llagas' del Museo Nacional de Escultura», señala con la talla a sus espaldas. Este año la escultura cumple 30 años desde que salió por primera vez en procesión tras su recuperación. «Es un Cristo macizo, pesa mucho y en un principio no era una imagen que estuviese pensada para procesionar», reconoce, y continúa añadiendo que la cofradía custodiaba la talla en una ermita que se ubicaba al otro lado del Puente Mayor en donde históricamente yacían los huesos de los ajusticiados.
↓ Después llegaron las imágenes de 'Jesús Flagelado' y el 'Jesús con la Cruz a Cuestas', este último depositado en el Carmen de Extramuros. «Fue una de las tallas por las que tuvimos que ir a Roma, además de para recuperar el resto del patrimonio», indica. No fue una tarea fácil. Sin embargo, el Museo Nacional de Escultura ayudó en una tarea vital cuando se desamortizaron los pasos para distinguir de qué penitencial procedían. «Marcaban nuestras pertenencias con la P de Pasión. Recuerdo que la 'Vera Cruz' tenía una X y el 'Nazareno una J'», afirma.
↓ Recuperar la mayoría de tallas fue una tarea compleja para la Cofradía de La Pasión, ya que según explica el secretario de la misma les costó 35 años reunir el patrimonio con el que cuentan ahora. La única vía que tenía la hermandad para recuperarlo era demostrar que eran la Cofradía de la Pasión y que habían tenido una vida ininterrumpida durante los últimos cinco siglos. «Tras conversar con el Arzobispado nos tuvimos que desplazar hasta Roma para que allí nos reconocieran como congregación», describe. De esa cita con el Vaticano se consiguió traer de vuelta la escultura del 'Jesús con la Cruz a Cuestas'.
↓ «Todas las imágenes, excepto el 'Cristo del Perdón', son el centro de un misterio completo», expone. Y la gran mayoría de ellos tienen su hueco en San Quirce. El paso de 'La Flagelación', el paso nuevo de 'La Virgen de San Juan' y el 'Jesús con la Cruz a Cuestas' son un ejemplo de ello. Aunque luego hay otras tallas que la cofradía sigue cediendo. «El 'Jesús flagelado' y el 'Cristo de la Elevación' los seguimos concediendo para que los procesionen dos cofradías el Viernes Santo, pero si hacéis una visita al museo ahí se conservan el resto», relata.
↓ Sin embargo, son muchas las imágenes y cuadros que continúan desperdigados por museos e iglesias de la ciudad y que «por falta de espacio» no pueden hacerse hueco en la actual sede de La Pasión. «En la parroquia de San Juan hay una serie de seis cuadros de San Juan Bautista degollado, nuestro patrón. Estos lienzos son de grandes dimensiones -más de tres metros de anchura por dos metros de altura- por lo que actualmente en la iglesia no tenemos ubicación», argumenta.
↓ Y ya no solo con las pinturas, sino con textiles u otros detalles que se encontraban en otras parroquias y que, gracias a libros históricos que han logrado descifrar los historiadores, han logrado hacerse hueco en el convento de San Quirce y Santa Julita. «Hay libros del siglo XVI que la gente que sabe leer ese castellano antiguo nos ha instruido para poder recuperarlo. Gracias a Dios lo teníamos documentado y, por ello, hemos conseguido que gran parte de los bienes vuelvan aquí», muestra Flores mientras se dirige a una pequeña capilla dentro del templo.
↓ Tras enfundarse unos guantes blancos en las manos, el secretario pasa las páginas del conocido como libro de Cabildos. «Este es el documento en el que nos hemos basado para testimoniar que seguimos siendo La Pasión desde hace 495 años», explica con orgullo. El escrito fue elaborado entre el año 1561 y 1579 y en su interior se encuentran las instrucciones de montaje o la información de las reuniones con la firma de los oficiales de la época. «Hay muchas páginas escritas en latín y otras en un castellano antiguo difícil de descifrar», asiente al guardar a buen recaudo la reliquia.
El Hilo recuerda la historia del bar Montesol que cerró sus puertas en el año 2002.
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