El doctor Santiago Juarros, en la entrada al Hospital Clínico. Henar Sastre

El Clínico de Valladolid investiga la respuesta a la infección de los fumadores con covid

Neumología analiza los contagios de un millar de sus ingresados y si tienen la falsa percepción de que la nicotina los protege

Ana Santiago

Valladolid

Sábado, 30 de mayo 2020, 08:06

Algunos estudios han identificado diversos factores que condicionan una mala evolución y mayores tasas de mortalidad por coronavirus. Entre ellos, se encuentran el ser hombre, la edad avanzada y factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial, diabetes mellitus y enfermedad cardiovascular o respiratoria crónica ... previa. Estos antecedentes tienen una mayor asociación con la severidad y mal pronóstico del proceso. El tabaquismo activo, como nexo común, ha sido identificado como otro factor de riesgo para una peor progresión de la enfermedad Covid-19 con una tasa de mortalidad que se duplica en el caso de los fumadores, llegando al 9% en algunos trabajos. «Bajo esta relación entre tabaquismo y severidad del virus, subyace un mecanismo fisiopatológico basado en receptores celulares que facilitan la infectividad del virus», explica Santiago Juarros, neumólogo del Clínico y responsable de la Unidad de Tabaquismo.

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El hospital contacta con un millar de pacientes para estudiar su clínica y su adicción actual o pasada al cigarrillo

Para conocer los efectos del tabaco con relación a este coronavirus, no solo de los que fumaban al infectarse, sino los que ya habían abandonado hace tiempo tal hábito y también su percepción con respecto a la falsa idea de que la nicotina pueda ser un protector –algo que han defendido algunos estudios–, el Clínico de Valladolid rastrea a un millar de pacientes que han estado, o aún lo están, ingresados en su centro. Incluso con encuestas a los familiares de fallecidos. El proyecto, coordinado por el doctor Santiago Juarros, quiere conocer con los pacientes del propio hospital si para un fumador la frecuencia de contagio puede ser o no mayor y, sobre todo, si su estado físico condiciona una peor respuesta para superar la enfermedad, habitualmente una neumonía bilateral.

Según explica este especialista, los estudios previos chinos establecen un abanico muy amplio, de entre el 1% y el 12% de fumadores entre los infectados. «Nosotros hasta ahora lo hemos situado en un 4%; pero además de asegurar bien este dato queremos estudiar también a exfumadores, y constatar frecuencia, cantidad, tipo de tabaco.... y ello incluidos los cigarrillos electrónicos que son también muy perjudicales para la salud, intenten venderlo como quieran las tabacaleras. Será un estudio que incluirá además placas, análisis y de pacientes de UCI y de planta. Hay que hacer una investigación detallada y completa porque estamos en unos tiempos de una enorme producción de estudios, porque se necesita conocer; pero muchos, por estas prisas, tienen grandes sesgos y carencias». Un trabajo que el doctor Juarros desarrolla con su equipo de cinco médicos internos residentes y la enfermera de la Unidad de Tabaquismo, Belén Muñoz. Y para el que «la colaboración de los pacientes está siendo extraordinaria».

Repasa asimismo que hay algunos autores que «han descrito la teoría de la existencia de una interacción entre la acción de la que aumentaría la susceptibilidad pulmonar al daño provocado por SARS-CoV-2». Además, «el humo del tabaco contiene otras toxinas como el monóxido de carbono y los hidrocarburos aromáticos que pueden producir alteraciones de la función cardiovascular, pulmonar e inmunológica y contribuir al desarrollo de la covid en caso de infección».

En un sentido opuesto, «hay autores que defienden que el elevado porcentaje de pacientes paucisintomáticos, un 80% del total, puede estar relacionado con factores protectores aún no bien conocidos en estos momentos hipotetizando sobre una posible acción beneficiosa de la nicotina lo que representaría una diana en la prevención y control de dicha enfermedad».

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Sin embargo, «hasta el momento actual no hay ninguna evidencia que lo respalde. Y esto hay que resaltarlo para evitar que una difusión sesgada de de esta información cause una confusión en la opinión pública que haga pensar que el tabaco, como vehículo de la nicotina, pueda ser beneficioso en la prevención de esta terrible enfermedad». El mensaje debe ser totalmente opuesto, destaca: «El tabaco es perjudicial para la salud, en todos los ámbitos y nunca debe ser una medida preventiva o terapéutica. Esto también se aplica al uso de cigarrillos electrónicos».

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