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redacción / word
Jueves, 21 de mayo 2020, 19:08
Con la paulatina vuelta a una normalidad con mayor grado de movilidad e interacción entre las personas, surgen nuevas recomendaciones y normas para la población. Un cambio importante afecta a las mascarillas. El Gobierno ha ordenado su obligatoriedad a la hora de salir de casa, tanto en espacios cerrados como en la calle cuando no se puedan garantizar los dos metros de separación entre personas, excepto en los niños menores de seis años o personas con patologías que lo desaconsejen.
Por este motivo, la Organización Colegial de Enfermería, en colaboración con el Área de Enfermería de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Respiratoria, ha editado una infografía y un vídeo con los principales consejos a seguir para hacer un buen uso de ellas. El Colegio de Enfermería de Salamanca ya ha editado varios vídeos informativos durante la pandemia, tratando cuestiones como la convivencia con pacientes con coronavirus o la limpieza adecuada de las casas.
Como explica Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, «utilizar mal las mascarillas aumenta el riesgo de contagio de Covid-19, pues la superficie externa de la mascarilla se considera un vehículo de transmisión, nos podemos auto contagiar. También genera una falsa sensación de seguridad en quien la usa, por lo que se olvidan medidas de prevención que siguen siendo fundamentales, como son mantener la distancia de seguridad de dos metros y el lavado frecuente de manos».
David Díaz-Pérez, coordinador del Área de Enfermería de la Sociedad Española de Neumología, afirma que «en una población no entrenada en el manejo de este tipo dispositivos, la obligatoriedad de su uso debe ir acompañada de formación a la población general que debemos hacer también los profesionales sanitarios».
Las mascarillas quirúrgicas e higiénicas protegen a los demás en lo que se denomina una protección comunitaria. «En un principio, la recomendación es que tengan una vida media de entre cuatro y ocho horas. No se recomienda llevar esta mascarilla de manera continuada más de seis horas seguidas porque la humedad que pueden captar hace que pierdan eficacia. Cuando nos la quitamos, si no se ha cumplido este tiempo, es importante no guardarla en el bolso o en un bolsillo, porque la mascarilla es un vehículo de transmisión, de contaminación. Por eso, siempre debemos llevarla en una bolsa transpirable, como un sobre de papel, sabiendo que la parte limpia de la mascarilla es la interna, lo que llevamos pegada a la cara, y la parte sucia es la parte externa, que no debemos tocar», señala el coordinador de enfermería de la Sociedad Española de Neumología.
La mascarilla debe cubrir la boca, la nariz y la barbilla. «Todo lo que no sea llevarla así es un mal uso de la mascarilla. Además, es muy importante saber que no debemos quitarnos la mascarilla para hablar, toser o estornudar» explica.
Por último, respecto a las personas que son más vulnerables, que tienen enfermedades crónicas respiratorias, «tenemos que protegerlas especialmente», por lo que los expertos abogan por que puedan emplear mascarillas autofiltrantes, «que además de la función de protección comunitaria protege al usuario frente a posibles transmisores».
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