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El Clínico aumenta un 30% los trasplantes de corazón con resultados históricosLos datos y la trayectoria avalan la excelencia reconocida de la Unidad de Insuficiencia Cardíaca Avanzada y Trasplante Cardíaco del Clínico de Valladolid, de sus ... tratamientos y puesta al día continuo de su Servicio de Cardiología y de Cirugía. Mejora y encabeza los resultados medios españoles y, además, sobre todo en los últimos tres años, ha superado sus mejores registros, ha escrito su más exitosa historia. Son 22 años y 222 los trasplantes del corazón realizados por este complejo vallisoletano desde que arrancara tal programa en 2001 con sus dos primeros implantes –un vallisoletano y un berciano que aún sigue vivo–. Y «desde hace tres años hasta la actualidad, se ha incrementado una media de un 30% el número de trasplantes cardíacos por año, con unos resultados excelentes, equiparables e, incluso, mejores que los del conjunto. Hay 20 centros trasplantadores en España», explica el doctor Luis de la Fuente, coordinador del programa de Insuficiencia Cardiaca y Trasplante de Corazón.
El Clínico realiza unos diez implantes anuales, pero en 2020, en plena pandemia y cuando estos programas se congelaron en toda España, el complejo vallisoletano batió todos sus récords con 14 aquel año en el «que seguimos activos sin interrupciones», la mayor cifra hasta, probablemente, este 2023, en el que se superará, señala De la Fuente Galán.
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El doctor Alberto San Román Calvar, jefe del Servicio de Cardiología del Clínico y director del Instituto de Ciencias del Corazón (ICICOR), explica que «en 2020, cambiamos muchas cosas. Fue una oportunidad para actualizar protocolos, cambios profundos a nivel estructural. La donación se hundía con la pandemia y había que aprovechar muy bien todos los órganos. En tres años el nivel ha mejorado mucho, son resultados excelentes». «El 93% de los pacientes –añade el doctor De la Fuente– están vivos al mes y el 84%, al año (el 81% nacional). La mediana es de 14 años, es decir, que pasado ese tiempo el 50% están vivos. Hay casos en los que sobreviven muchísimo tiempo. Acabo de estar con una mujer trasplantada en 1991 en el Gregorio Marañón de Madrid. Entonces nosotros no teníamos programa, pero como es de Valladolid le hacemos el seguimiento, es lo habitual».
Además, añade este especialista, «el 98% tiene una calidad de vida excelente y puede hacer vida normal, sin limitaciones, con solo la medicación para evitar el rechazo. Lo que no acabamos de lograr es que vuelvan a la vida activa, a trabajar;pero no por su estado físico, que pueden perfectamente, sino por un efecto psicológico, emocional. A partir de los 40 o 50 les ocurre esto por más que los animamos». Hay trasplantes a edades muy tempranas. El Clínico lleva pacientes de 18 y 20 años, no es lo más frecuente, pero «tenemos unos seis o siete menores de 30 años. En estos casos son cardiopatías genéticas, de nacimiento, que debutan hacia los 15 años y estudiamos a toda la familia. Los muy jóvenes sí vuelven a la vida activa, a estudiar y trabajar, tienen toda la vida por delante. El miedo afecta más a partir de los 40 y 50, que les cuesta mucho volver».
«Técnicamente, el trasplante no es una intervención difícil, hacemos otras mucho más complejas; pero el paciente sí es complicado y todo el proceso lo es, requiere una gran coordinación y tienes un tiempo máximo de cuatro horas desde que se extrae el corazón del donante hasta que está implantado en el receptor. Son pacientes muy graves y un perfil de enfermo complejo», destaca el jefe de Cirugía Cardiaca del Clínico de Valladolid, el doctor Juan Bustamante.
Los pacientes reciben el alta, si no hay complicaciones, a los diez o quince días. «Si son de fuera, en ocasiones, lo prolongamos más porque tardarían en llegar al hospital si hubiera algún problema», añade Luis de la Fuente. Después, «todos los meses les realizamos una biopsia con un cateterismo, así durante medio año para asegurarnos de que todo marcha bien», explica. «Se saca un trocito del corazón para comprobar que no está habiendo rechazo antes de que tal posibilidad provoque síntomas porque entonces sería demasiado tarde», añade Alberto San Román. Después, las revisiones se van espaciando, cada seis meses y más «y son más livianas».
«Tenemos unos resultados excelentes, el Clínico es actualmente el primero en España y hacemos intervenciones especialmente complejas; pero nos faltan recursos suficientes para seguir creciendo, innovando, mejorando pese a la gran trayectoria de este hospital», lamenta el doctor Juan Bustamante.
El servicio cuenta con un equipo de 22 especialistas en plantilla y otros cuatro con fondos de investigación, unos siete u ocho forman parte del programa de trasplantes y los seis cirujanos cardíacos participan en él, además de personal de enfermería y otros profesionales. De hecho, explica San Román, «el papel de enfermería es fundamental. Amada Recio se encarga de informar y dar charlas a los pacientes antes y después de la intervención, les orienta y resuelve sus dudas. Y es un enlace directo para los pacientes, cualquier duda la llaman a ella y valora la situación y nos llama sólo si es preciso», añade De la Fuente.
En 2017 fue cuando empezó a funcionar la Clínica de Insuficiencia Cardíaca (CLIC), «lugar fundamental en la educación de los pacientes y familiares con insuficiencia cardíaca. Está dirigido por esta enfermera experta y funciona como un Hospital de Día».
Entre los más jóvenes son las cardiopatías genéticas las que les llevan al quirófano, pero entre los mayores, el 80% han sufrido infartos previos que han dañado el órgano. Es lo más frecuente. «El pronóstico es mejor entre los más jóvenes, no solo por serlo sino porque lo afectado en ellos es solo el corazón. En el resto, es lo más afectado pero no lo único, porque la arterioesclerosis afecta a todo el cuerpo», aclara el doctor De la Fuente.
Junto al trasplante de corazón humano, los artificiales han abierto grandes puertas a estos pacientes. El Clínico los emplea desde 2016 y se han implantado 21 dispositivos. Detalla el doctor San Román que «pueden emplearse como terapia de destino, es decir, que ese será el corazón del paciente, conectado a un sistema de pilas y con unas de repuesto para que no fallen y así viven algunas personas. Y, también lo empleamos como terapia puente, es decir, hasta que mejoren los parámetros del paciente y pueda someterse a un trasplante». No sustituye el biológico sino que lo ayuda a bombear la sangre. Y esta es una de las grandes apuestas del futuro en la Cardiología, aunque estos especialistas consideran muy, muy difícil, que se pueda prescindir de los órganos donados. Sin embargo, estos dispositivos evolucionan de forma efectiva y muy favorable. Al principio eran solo de uso temporal y tiempo escaso y ahora ya son de larga duración. Uno de los mayores riesgos de la asistencia circulatoria mecánica es la infección del cableado en el punto que sale al exterior del cuerpo para conectarse con la batería y tal problema puede llegar a ser gravísimo.
Otro de los grandes avances, apunta De la Fuente, es el xenotrasplante, especialmente con corazones de cerdo que están entre los más parecidos al del ser humano. «Ya se han hecho dos en EEUU y aunque han terminado falleciendo se logró realizar y tardaron dos meses en morir por rechazo. Puede haber también futuro aquí y hay que investigar en todas las líneas», añade De la Fuente.
No obstante, el corazón de donante suele llegar a tiempo y no es habitual que alguien fallezca en lista de espera porque el sistema de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) es muy efectivo y la búsqueda, «aunque se da preferencia a la cercanía, no se limita a España y también se recurre, sobre todo, a Portugal y Francia por cercanía. El límite está en esas cuatro horas de tiempo máximo. El aeropuerto de Villanubla se abre a cualquier hora para ir a buscar y traer un órgano. Se hace en avión, es como un aerotaxi que llega de La Coruña, un equipo médico viaja a por el corazón y lo traslada en un líquido especial a muy baja temperatura. Por todo ello es un corazón que ha sufrido, que hay que recalentarlo y reanimarlo y hay que ayudarlo a arrancar», explican estos especialistas.
Actualmente hay nueve pacientes en lista de espera de trasplante. Uno de ellos en código urgente. «Necesita un corazón ya y tiene prioridad absoluta y mientras está en la Unidad de Críticos permanentemente asistido; aunque «le hacemos levantarse y moverse, no los tenemos sedados, es bueno que estén con actividad», explica el doctor Alfredo Cabello, cardiólogo experto en pacientes agudos.
Solo uno de cada varios miles de enfermos del corazón es seleccionado para trasplante. «A la mayoría, el tratamiento con medicinas consigue devolverles un aceptable estado de salud. A otros muchos, la cirugía puede mejorarles su propio corazón. A algunos su enfermedad les ha dañado tanto otras partes de su cuerpo, los pulmones, el hígado y los riñones especialmente, que la sustitución no resolvería su situación y los expondría a un riesgo injustificado», destacan.
Este servicio del Clínico fue acreditado como Unidad Avanzada de Insuficiencia Cardíaca por la Sociedad Española de Cardiología en julio de 2018 y en agosto del mismo año como Unidad Excelente en el manejo del procedimiento Asistencia Ventricular Mecánica.
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