La coordinadora de la Asociación Española de Lesionados Medulares (Aesleme), Mari Paz González, encaraba este lunes con su silla de ruedas la calle Panaderos con la intención de comprar unas huchas. Ultimaba los preparativos de una exposición de coches y tanques en miniatura en la que participará la legión 501 de Star Wars este sábado. Y ante tal evento precisaba de unos recipientes para recibir los donativos. «Solo quería comprar unas huchas». Así que con esa intención intentó acceder al bazar Shun Da 100 de la calle Panaderos. «No pude entrar. En la misma puerta tenían unas cajas que me imposibilitaba la entrada», relata Mari Paz, que hace casi treinta años sufrió un accidente de tráfico en el Camino Viejo de Simancas que le dejó sin movilidad en las piernas.
Publicidad
Tras insistir de la necesidad de acceder al local, esta vallisoletana a la par que segoviana, se encontró con «improperios del dueño». «Solo me decía que con la silla no podía entrar. Me repetía esa frase, a pesar de que le dije que no me podía poner de pie. Finalmente, me terminó echando del establecimiento», agrega aún dolida González.
Mari Paz González, usuaria de silla de ruedas
Apenada por la situación que vivió el lunes, Mari Paz sigue dando vueltas a lo sucedido. «Me sentí humillada. Primero, al no poder acceder con la silla, y luego porque había varios clientes, tanto del local como de un bar cercano, que vieron lo sucedido y no hicieron nada», relata la implicada.
Tras el suceso y tras unos momentos en los que estuvo «bloqueada», decidió llamar al teléfono de emergencias para contar lo sucedido. «Me puse en contacto con el 112 y me invitaron a que acudiera a la comisaría de Delicias de la Policía Nacional. Al ir con la moto enganchada a la silla, no tenía batería para completar todo el trayecto. Así que hablé con la Municipal, a quien solo les puedo dar las gracias», continúa.
En escasos minutos se personaron en el local para tomar declaración a ambas partes. «Incluso cuando llegaron los agentes el propietario me decía que con la silla no entraba. Era algo que no me imaginaba», agrega Mari Paz González, que ya ha vivido esta situación en más ocasiones. «Muchas veces somos invisibles. En el Hospital Clínico una señora me invitaba a que me bajara del ascensor al superar el peso permitido. Alegaba que con la silla pesaba más. Evidentemente no me salí», apostilla.
Publicidad
Más información
Jesús Bombín
Por otro lado, los propietarios del local afirmaron que no pretendían no dejar pasar a la mujer en silla de ruedas. «Es verdad que teníamos una cajas en el medio, pero insistimos a esta mujer a que nos pidiera lo que quisiera y, de esa forma, acercárselo hasta la puerta, pues en ese momento no podíamos recoger los objetos que teníamos en el suelo», afirman desde el local ubicado en la calle Panaderos de la capital vallisoletana.
Asimismo, la Policía Municipal, tras tomar declaración a los dueños del bazar, estudia imponer algún tipo de sanción por incumplir la ley de accesibilidad.
Por cierto, Mari Paz adquirió finalmente las huchas en un local cercano a la calle Panaderos. «Me falta poner unas pegatinas con el logo de la asociación y tenerlas disponibles para el sábado», concluye.
0,99€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.