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Falta de vocaciones, por un lado, y matriculación de escolares a la baja a causa de una natalidad en mínimos, por otro. Estas son las principales razones que dejaron vacantes cinco reconocibles edificios religiosos en el centro de Valladolid. Se trata de tres conventos –el ... de San Quirce y Santa Julita, el conocido como las Catalinas y el de las Oblatas– y dos colegios: Jesuitinas y Niño Jesús. Lejos de quedarse varados y convertirse en muertos urbanísticos en el casco histórico, estos inmuebles han encontrado con relativa rapidez, o lo harán pronto, nuevos inquilinos. Y todos lo han conseguido desde 2018.
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El mercado inmobiliario de la ciudad ha logrado un recambio en tiempo récord –un lustro– a las comunidades católicas que los habitaban o gestionaban para dedicarlos a 'usos civiles'. Son bloques o parcelas bien situadas en una trama muy abigarrada y, por tanto, suponen una de las pocas oportunidades para encontrar un hueco amplio en la zona noble de Valladolid. Negocio para las congregaciones, que han sacado rendimiento económico a unas propiedades que se les quedaban grandes u obsoletas y negocio también para los que se han hecho con ellos a unos precios bastante moderados –bien en compra o en régimen de alquiler de superficie– para tratarse de espacios dentro del cogollo del municipio.
Arrancó esta conversión en la calle López Gómez. El antiguo centro educativo de las Jesuitinas, cerrado desde 2009, recibía en noviembre de 2016 licencia municipal para transformarlo en la mayor residencia de ancianos de la ciudad. Una inversión de cinco millones de euros modificó su distribución de aulas y otros espacios de enseñanza para sacar 103 habitaciones en las que dar alojamiento a otros tantos veteranos. Si en un primer momento se concedió autorización para un hotel de cinco estrellas, la crisis del ladrillo hacía decaer este proyecto para apostar por un negocio seguro en una localidad que envejece. El Ayuntamiento actuó con rapidez y modificó su calificación para que se permitiera el uso asistencial. Patio de los Palacios, gestionada por la empresa Clece, se inauguraba en marzo de 2018.
Ese mismo año, se anunciaba la compra de parte del Convento de San Quirce y Santa Julita, en la plaza de la Trinidad, para construir también un edificio para personas de edad avanzada. En este caso, se elegía una fórmula que gana terreno en los servicios de atención para este sector de la población: los apartamentos tutelados. En régimen de cooperativa, la construcción de 73 pisos con servicios comunes avanza a buen ritmo y la entrega –están todos vendidos– está prevista para este verano. Se demolió el inmueble sin valor arquitectónico del complejo cisterciense y queda en servicio la iglesia, sede de la Cofradía de la Pasión.
Justo enfrente de esta obra en marcha, en la manzana delimitada por las calles San Quirce, Expósitos, Santo Domingo de Guzmán y San Agustín, fue el Ayuntamiento el que vio una oportunidad para contar con un gran terreno en el centro. Rondaba desde hace años la adquisición por parte del Consistorio del Monasterio de Santa Catalina de Siena para poder levantar dotaciones públicas.
En 2018 se formalizaba la compra a las monjas dominicas, que dejaron vacías las instalaciones en 2009, por 5,9 millones de euros. Ahora se está elaborando un plan director que contempla mantener la parte protegida del cenobio y sumar un centro deportivo municipal con piscina cubierta y un espacio para personas mayores, además de una reserva dedicada al enoturismo, con la plantación de viñas de las diferentes denominaciones de origen con suelo en la provincia en los antiguos huertos de las religiosas. La parcela cuenta 10.438 metros cuadrados y tiene una superficie construida de 6.230. Su desarrollo no será inmediato, sino que se abordará por fases y se confía en la llegada de fondos europeos para acometerlo.
En el caso del colegio Niño Jesús, situado en el esquinazo de las calles Duque de Lerma y Juan Mambrilla y que cerró sus aulas en 2018, en junio del año pasado se iniciaron las obras de transformación del inmueble para que acoja una residencia de mayores con 49 plazas. La empresa del futuro geriátrico, Domus Aurea, estimaba un plazo de 18 meses para concluir los trabajos, que contemplan la ejecución un nuevo bloque, que se apoyará en la franja de la calle Juan Mambrilla y que contará con tres plantas, tres patios interiores y una terraza de más de 300 metros cuadrados. El precio de salida para su venta se situó en los dos millones de euros.
A este proceso de conversión del uso religioso al civil se ha sumado recientemente el inmueble de las Oblatas del Santísimo Redentor, situado en el número 1 de la calle Rondilla de Santa Teresa, justo a la vuelta de Cadenas de San Gregorio. Un gran cartel de la promotora Norforest, una compañía con varias obras de la rehabilitación en el centro de Valladolid, anuncia la inminente construcción de un bloque de nueva planta para 39 viviendas con calidades de lujo. Con el nombre Puerta de San Pablo ya se están comercializando pisos de una a tres habitaciones.
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