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El arzobispo Luis Argüello, con Antonio Rodríguez, Diego Velicia y Mónica Campos, tres de los integrantes de la oficina del Servicio de Atención a Víctimas de Abusos. Carlos Espeso

Valladolid

Los cinco casos de pederastia denunciados al Arzobispado se quedan fuera de la vía penal

Menores ·

Tres de las agresiones sexuales a menores están prescritas, hay una denuncia anónima y un quinto expediente está a expensas de resolución por un tribunal canónico

M. J. Pascual

Valladolid

Miércoles, 20 de septiembre 2023, 14:43

El Servicio de Atención a Víctimas de Abusos (SAVA) del Arzobispado de Valladolid ha recibido en sus tres años de andadura cinco denuncias de agresiones sexuales a menores, pero ninguno de estos hechos tendrá reproche penal. Según han explicado los responsables de la oficina, ... tres de esos hechos habrían ocurrido hace décadas, de manera que están prescritos para la Justicia. En dos de los casos, los sacerdotes denunciados por abusos sexuales han fallecido. Un tercer asunto fue derivado a otra diócesis de Castilla y León ya que la agresión sexual se habría producido en esa provincia aunque la víctima reside en Valladolid. Los otros dos expedientes corresponden a «informaciones recibidas, no denuncias formales», ha puntualizado el psicólogo Diego Velicia, uno de los cinco integrantes del SAVA. En uno de los casos se trata de una notificación anónima por las redes sociales y, en el otro, la víctima no ha acudido a la Justicia «por el momento», si bien se ha abierto expediente al sacerdote y el asunto está pendiente de resolución en el tribunal canónico.

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«Hemos sido proactivos; si no aparecen más casos es porque o no hay tantos o hay una cifra oculta», ha subrayado el arzobispo

La oficina de Valladolid también ha investigado la denuncia de una madre por el supuesto abuso sexual del que habría sido víctima su hijo durante las clases de catequesis, una denuncia que fue retirada al constatarse que el menor mintió a sus padres. Respecto de los pocos casos que se han registrado en Valladolid en estos tres años, el arzobispo ha valorado que «hemos sido proactivos y si no aparecen más casos es porque, o no hay tantos o hay una cifra oculta».

De este balance, puntualizó el arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, se excluye, porque ocurrió con anterioridad a la creación de la oficina (impulsada en plena pandemia por el anterior arzobispo, Ricardo Blázquez, ha recordado), el caso del capellán de Las Angustias, juzgado y condenado por sentencia firme por corrupción de una menor. El todavía sacerdote está cumpliendo condena en Dueñas y su expediente canónico está a expensas de ser resuelto por el Vaticano. Respecto de estos últimos casos, el prelado vallisoletano ha resaltado que tienen en común el mal uso de las tecnologías. Durante la rueda de prensa en el Arzobispado, planearon en todo momento los dos últimos casos de agresiones sexuales que han saltado a los medios de comunicación, el abuso de menores de seis años a una compañera de colegio y el uso de la inteligencia artificial por parte de menores para manipular las fotos de varias alumnas y que pareciera que posaban desnudas 'pegando' sus caras a cuerpos que no son los suyos. «Somos muy hipócritas, porque se denuncia la pornografía cuando se les pilla, pero los niños llegan a eso porque se les pone en la mano un teléfono móvil».

Detectar el «maltrato invisible» a la infancia

La consecuencia de estos tres años de trabajo de la oficina, ha anunciado Argüello, es la puesta en marcha de 'Somos luz en misión', un proyecto de formación que va más allá de la atención a las víctimas y que está dirigido a formar y dotar herramientas a integrantes de todas las organizaciones de la Diócesis, desde sacerdotes hasta laicos, para prevenir, detectar y erradicar la violencia que se ejerza contra la infancia, la juventud y, en general, proteger a los más vulnerables. «Hay que enmarcarlo en que todo lo relativo a la afectividad y la sexualidad se encuentra en un momento de convulsión y hay una urgente necesidad de una verdadera formación afectivo-sexual, hay un problema de educación ética y moral», ha explicado el prelado.

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«Tenemos que evitar tener que pedir perdón en los años venideros contribuyendo a prevenir estas conductas».El abogado y secretario de la Asociación Castellano y Leonesa para la Defensa de la Infancia y la Juventud (REA), Antonio Rodríguez Marcos, ha subrayado que el proyecto persigue «fomentar la cultura de buenos tratos a las personas vulnerables, para lo que se va a formar a agentes pastorales, seminaristas y otros integrantes de las organizaciones diocesanas y esa formación les tiene que ayudar a tener ese cuidado especial para prevenir y detectar la violencia sobre la infancia que se ejerza en cualquier ámbito». Para ello se facilitarán recursos como protocolos de actuación concretos que permitan evitar la mala praxis «y el maltrato a la infancia, que es muy invisible».

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