Clientes de MRW esperando para recoger sus paquetes en la calle Aluminio del polígono San Cristóbal. Rodrigo Ucero

Valladolid

El cierre de una franquicia de MRW deja cientos de paquetes sin repartir

Los clientes se ven obligados a acudir a recogerlos a una nave en la calle Aluminio, lo que genera malestar y largas colas

Jueves, 7 de noviembre 2024, 14:59

El cierre de una de las dos franquicias de la empresa de paquetería MRW que operan en Valladolid ha generado numerosas quejas de los clientes, que no reciben los envíos en su domicilio y se ven obligados a acudir a recogerlos a la nave que ... tiene la compañía en el número 9 de la calle Aluminio del polígono San Cristóbal. La consecuencia de ello son largas colas, que en algunos momentos han sido de «hasta 60 personas», según testigos presenciales, que ponen a prueba la paciencia de los usuarios en vísperas de fechas de tanto movimiento de mercancías como el Black Friday.

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«El franquiciado nos abandonó. Bajó la persiana, renunció, y desde la central nos hemos tenido que hacer cargo», explicaba a pie de almacén uno de los trabajadores de la firma, quien detallaba que el cese de la actividad se produjo el pasado 14 de octubre. Para hacer frente al reparto MRW ha trasladado temporalmente a Valladolid a operarios «de Barcelona (donde tiene la sede), de León, de Madrid...» que se están viendo obligados a poner todos sus esfuerzos en intentar resolver el colapso. «Hasta que no lo solucionemos no nos vamos a ir», garantizaba el mismo empleado.

La oficina clausurada estaba en la avenida del Euro de la capital vallisoletana, junto a Mercaolid. Desde allí se distribuían los envíos no solo a la mayor parte de los códigos postales de la ciudad –todos excepto el 47011, el 47012 y el 47017–, sino también a pueblos de la provincia como Medina de Rioseco, Zaratán o Laguna de Duero. De ahí que sean muchos los afectados, que en algunos casos se han visto obligados a esperar cerca de una hora para recibir sus paquetes porque el gran volumen de bultos pendientes hace muy complicado encontrarlos.

Cartel con los horarios de atención al público en el exterior de la nave de la calle Aluminio, 9. R. U.

«Los usuarios llegamos allí, damos un número de pedido e intentan buscarlo, pero los operarios no saben lo que tardarán en encontrarlo porque tienen 8.000 paquetes parados, según sus palabras», denuncia una de las personas que ha sufrido esta situación, que relata que le advirtieron de que «no sabían si tardarían cinco o cincuenta minutos en encontrarlo por todo lo que tenían allí». «En mi caso tuve suerte y en veinte minutos lo tenía», indica, para añadir acto seguido que «es lamentable que se actúe desde algunas empresas impunemente, no informando de nada ni dando un teléfono» al que poder recurrir. De hecho, el único número que aparece asociado a esa dirección es el 999999999.

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Idéntico malestar al que expresaba otro ciudadano, quien calificaba lo que se vive en las instalaciones de Aluminio, 9 como «caótico». Por su parte, otro cliente que llevaba dos o tres días acudiendo «a por distintos paquetes» denunciaba que «no cogen el teléfono, te mandan el mensaje de que está aquí pero luego no lo encuentran». A su lado, un joven explicaba que en su caso le llegó la notificación de «usuario fallido» a pesar de haber estado en casa toda la mañana, con la indicación de que se desplazara a la calle mencionada del polígono San Cristóbal para recibir su envío.

Plataforma bloqueada

La otra franquicia de MRW que trabaja en Valladolid, que continúa realizando su labor con normalidad desde la calle Oro, 34, se ha convertido en una 'víctima colateral' del cierre de la competencia. Por un lado, el hecho de que se encuentre en la misma zona industrial que el almacén al que se está derivando a los clientes afectados por la clausura de la avenida del Euro está causando equivocaciones. Son muchos los vallisoletanos que se están acercando estos días hasta la calle Oro para reclamar «y no nos queda más remedio que decirles que nosotros no tenemos nada que ver, que tienen que ir a la calle Aluminio», señalaba este jueves una de las trabajadoras. Otros no acuden en persona pero llaman por teléfono: «La gente está enfadada, tenemos la centralita bloqueada», remarcaba.

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A esto se suma que «desde la central han ocupado la plataforma de intercambio de mercancía» para intentar solventar el problema ocasionado por la renuncia del otro franquiciado «y ahora no cabe lo nuestro». Porque la nave de la calle Aluminio, 9 era precisamente el lugar en el que los camiones descargaban la mercancía, y de allí cada uno se llevaba lo suyo. De la gravedad de la situación da idea que «ayer un camión se dio la vuelta con 500 envíos nuestros» por falta de espacio, lo que llevaba a esta empleada a hacer la reflexión de que «la alternativa no puede ser bloquear la plataforma«. Y a expresar el deseo de que haya una solución pronto, porque «con esto pierde la marca y perdemos nosotros, porque la gente nos mete a todos en el mismo saco».

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