Cierre en Valladolid
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Cierre en Valladolid
«Bimbo nos rescató desnudos y han seguido desnudándonos poco a poco hasta esto»«Tenemos 33 y 34 años de antigüedad.. Somos las que más tiempo hemos estado aquí, ¿y qué pasa? Pues que nos da más pena que a nadie porque hemos visto máquinas sobre máquinas y a lo largo de estos años hemos hecho de todo». ... Lo decían al unísono, atropelladamente, a la vez, Begoña Monge y Yolanda Prieto. Dos amigas que se despedían este lunes del que había sido su lugar de trabajo abrazadas, mirando de cuando en cuando la fachada de esa factoría de Bimbo en Valladolid que se ha cerrado para siempre y en la que han pasado tantas horas. «Yo entré el primer día que abrieron esta fábrica, cuando era Panrico», apostillaba la segunda.
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La decisión de la empresa de trasladar la producción a otras plantas las ha sumido en la incertidumbre. «No sabemos lo que vamos a hacer», aseguran, pero sí tienen claro que «no nos han ayudado mucho para podernos trasladar a Medina. Nosotras somos de Cigales y tenemos 85 kiómetros hasta allí, llevamos mucho tiempo en el mismo turno y ya nuestro cuerpo está hecho a eso. No ha sido un problema de dinero», expresaban ambas con pesar.
Begoña tiene claro que ahora su prioridad «es vivir, que no hemos vivido», y sentencia que dado que «al final no ha podido ser, pues cada uno que elija su destino» con la tranquilidad, en su caso, de tener muchas décadas cotizadas. Yolanda, por su parte, reconoce que aunque en un primer momento barajó la posibilidad de probar suerte en la Villa de las Ferias lo descartó en cuanto probó a hacer el trayecto que tendría que realizar todos los días: «Dije 'pero dónde voy yo, estoy todo el día en la carretera'». Tal vez por eso piensa que «a lo mejor el trabajo de nuestra vida está fuera de aquí y va a ser mejor, seguramente, porque lo hemos pasado ya muy mal».
Recuerda, en este sentido, que «en Panrico estábamos bien y nos rescataron sin antigüedad, sin nada... Nos bajaron el sueldo a los que teníamos complementos personales... Nos dejaron desnudos y así nos rescató Bimbo, desnudos, y ha seguido desnudándonos poco a poco hasta que ha llegado esto». Y no se queda ahí. «Hemos pasado cuatro meses muy mal. Muy mal. Ha sido una agonía», relata Yolanda Prieto, que lamenta lo tristes que han sido los últimos días: «Hemos ido despidiéndonos unos, otros, llorando... Yo la taquillla ni siquiera la he vaciado. Voy a ser la última que me voy a ir porque fui la primera que llegué. Es una pena, pero no podemos hacer nada».
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