ERE

Cientos de trabajadores de Intrum Valladolid salen a la calle para defender su empleo

Sus palabras han sido jaleadas con pitos, gritos de «¡sinvergüenzas!» y aplausos frente a la sede de la multinacional sueca de cobro de deudas y gestión de inmuebles en la ciudad, ubicada en lo que fue el Museo Fundación Cristóbal Gabarrón de Huerta del Rey. Unos minutos antes había sonado a todo volumen 'Esquirol', de Ska-P, precisamente el apelativo con el que los participantes se han dirigido desde la calle a los «poquísimos» empleados, según los representantes sindicales, que no han secundado la huelga de 24 horas convocada por UGT, CC OO y CGT para este lunes 17 de junio contra el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo por el que la firma quiere desprenderse de 646 personas en toda España.

Coincidiendo con ese paro total, que ha tenido un seguimiento «masivo, superior al 90%» de acuerdo con el presidente del Comité de Empresa, se había convocado una marcha con la Consejería de Industria, Comercio y Empleo como punto de partida. Allí, en la calle Francesco Scrimieri, se han reunido desde antes de las 10:30 trabajadores de Intrum arropados por parientes, amigos y dirigentes de la Unión General de Trabajadores como el secretario de Organización, Óscar Lobo, y el secretario de Acción Sindical, Coordinación y Diálogo Social, Raúl Santa Eufemia. Una vez más la selección musical no ha podido ser más reivindicativa: 'No pasarán', de Los Chikos del Maíz; 'Algo mejor', de The Locos, y 'Huelga', de Puagh, que han contribuido a enardecer los ánimos de los presentes.

Armados con silbatos, bocinas y decenas de banderas, los concentrados han dedicado una estruendosa pitada al consejero del ramo, Mariano Veganzones (Vox) –calificado desde el megáfono como «Vergüenzones»–, a quien han criticado por su «nula intervención» a la hora de frenar los 161 despidos previstos en Valladolid de una plantilla de 515, lo que equivale al 31% del total. «Tuvimos una reunión inicial con él para explicarnos lo que hace la Fundación Anclaje pero únicamente eso. No ha habido ninguna mediación ni ninguna labor por parte de la Administración que tiene las competencias para intentar mitigar o mermar este ERE», ha denunciado Francisco Martín, delegado en Intrum y secretario ejecutivo de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo (Fesmc) de UGT Castilla y León.

Una ruidosa traca que ha estallado en la calzada llenando de humo la calle, al más puro estilo valenciano, ha sido la señal para comenzar a andar pasadas las 10:40 de la mañana. Los manifestantes han atravesado la plaza del Milenio coreando «No al ERE, no al ERE» y «Este ERE, para los del Volvo», en alusión al origen sueco de la empresa, que tiene más de cien años de existencia. Desde ahí se han encaminado por la avenida Miguel Ángel Blanco hasta la avenida de Salamanca, que ha estado cortada durante los diez minutos que han tardado en atravesarla.

Escoltados por la Policía Nacional y con agentes de la Local interrumpiendo el tráfico a su paso, los manifestantes han encarado la calle Pío del Río Hortega con el lema «Tellado, escucha, estamos en la lucha» en referencia al CEO de Intrum España y Portugal, Enrique Tellado. Acto seguido han girado hacia Francisco Hernández Pacheco, donde los términos se han vuelto más gruesos («Estos cabrones, nos quieren despedir», «Tellado, cabrón, mira nuestra unión» y «Sin nosotros no sois nada»), para terminar frente al edificio de Rastrojo, 1 hacia las 11:30 horas. Les ha recibido la humareda roja de las bengalas encendidas para la ocasión, justo antes de que todos hayan posado tras las pancartas delante de la fachada.

Ha sido el lugar en el que los integrantes del Comité han agradecido el apoyo de sus compañeros a una movilización que puede que no sea la última, teniendo en cuenta que mañana se entra en la fase decisiva de la negociación. Están previstas reuniones este martes 18, el miércoles 19 y el viernes 21 con la compañía, que por el momento solo ofrece una indemnización de 25 días por año trabajado con un límite de 14 mensualidades y un máximo del 20% de salidas voluntarias.

Frente a esto, los sindicatos exigen para Valladolid «el 100%, es decir, que no haya nadie que sea despedido de manera forzosa, que las condiciones económicas sean las mejores posibles –piden al menos el despido improcedente– y que determinadas personas vulnerables tengan derecho a seguir», como los mayores de 50 años o las víctimas de violencia de género.