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Castillejo de Huebra, sangre Murube para el festival de La FlechaLa cita es a las 14:45 horas en Vegallana, un restaurante de carretera muy cercano a La Fuente de San Esteban, uno de los ... centros neurálgicos del toro de lidia en la provincia de Salamanca. El primer protagonista de este reportaje, Nacho de la Viuda, no es propiamente un hombre de campo en el planeta taurino. Él es más de plaza y oficina. Director operativo de Tauroemoción, una empresa de relativo nuevo cuño cuya cabeza empresarial es Alberto García.
De la Viuda, un joven ejecutivo vallisoletano, es el encargado de que toda la estructura mercantil esté coordinada. Reuniones, gestiones, ruedas de prensa… Dinámico y con una habilidad social superior a su edad biológica, es una pieza clave en una compañía que sigue ganando terreno, es decir, plazas. En Castilla y León a las ya conocidas de Valladolid y Burgos, esta temporada se suma Zamora, que es precisamente desde donde acaba de llegar. Y puede que no sea el último coso de la comunidad que gestione en 2025.
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El próximo festival de La Flecha, el sábado 15 de febrero, ha servido como excusa perfecta para que los lectores de El Norte de Castilla conozcan un poco más a un hombre de la tierra, perteneciente al negocio taurino, que gana peso específico en el ámbito de la gestión empresarial año a año. Y de paso, por qué no, poder contemplar y ofrecer las imágenes de los utreros de Castillejo de Huebra que se lidiarán. A Nacho de la Viuda, además, puede considerársele el promotor de este festejo, ya tradicional –esta será la novena edición-, que se celebra en una coqueta plaza cubierta, con apariencia de platillo volante, colindante con el término municipal de la capital vallisoletana.
«El festival no es sólo un festejo taurino, que lo es y con mucha categoría en el cartel, sino que también supone sumarnos a la causa de la lucha frente a una grave enfermedad como es la esclerosis múltiple, que necesita fondos y además que la sociedad se sensibilice con ella y con quienes la padecen», manifiesta De la Viuda, al que, como sucede con los toros bravos, tan sólo hay que dar comienzo a la pregunta para que 'embista' con una pronta y entregada respuesta.
El cartel del festejo es, en opinión de Nacho de la Viuda, «el mejor de todos los festivales que se han organizado hasta la fecha, con un Emilio de Justo que es una figura del toreo y un torero como Enrique Ponce, que viene una vez que se ha retirado de los ruedos, y que sigue conservando una categoría máxima en la historia taurina». La presencia del joven salmantino Marco Pérez, aún novillero «es otro motivo de gran interés para los aficionados, en una temporada en la que tomará la alternativa y en la que previamente se va a encerrar con seis novillos en Las Ventas en la feria de San Isidro».
El mediático Cayetano, así como Manuel Escribano y el rejoneador Sergio Pérez de Gregorio, éstos dos últimos apoderados por Tauroemoción, completan el cartel. «No es que diga yo que el cartel tiene categoría y tirón, y que está muy rematado, es que los aficionados así lo entienden, pues la venta de entradas va fenomenal y no sería extraño que se agoten las localidades», expone.
A escasos kilómetros del lugar de la cita se ubica la finca Castillejo de Huebra, donde pastan las reses del hierro homónimo de estirpe murubeña, que en la actualidad dirige la ganadera María José Sánchez Majeroni, heredera de una genealogía prolongada en la cría de toros de lidia en Salamanca. Hasta allí nos dirigimos. La propia criadora nos recibe y conduce un todoterreno al que el barro, el agua y algunas pendientes de los cercados pone a prueba. Que supera con nota.
Tras la primera portera aparecen los utreros reseñados para el festival de La Flecha. Diez, para evitar sustos e improvisaciones. Novillos en su justo peso, y con la cornamenta propia para un festival, con caras bonitas, eso sí, sin ninguno que no reúna una presencia equilibrada y proporcionada en sus hechuras.
La ganadera salmantina es una buena comunicadora, prudente, eso sí, cuando hay que salir del vehículo para las fotos de rigor. Uno de los utreros se encampana y da un paso hacia adelante… Un susto, nada más. «Nosotros somos ganaderos, y nuestra obligación es ayudar a que en el ruedo se creen emociones entre el toro y el torero, esa es nuestra finalidad, que el público disfrute», expresa como inicial declaración de intenciones.
Quizá, cabe pensar, María José Sánchez intuye que sus palabras puedan haber sonado a buenismo, y matiza: «Eso sí, los toros son un espectáculo de verdad, en el que más verdad existe, ahora que hay tanta realidad ficticia, no hay que olvidar que los toros hieren de verdad». Mientras conversa con Nacho de la Viuda, el vehículo se dirige ahora hacia un cercado en el que están los cuatreños, entre ellos los que Tauroemoción ha reseñado para una corrida en Almendralejo. Toros prácticamente ya cuajados, puestos y prestos para una lidia que aún debe esperar unos meses.
En una depresión orográfica de la finca, que se solapa con la fértil ribera del río Huebra, que junto con el Yeltes es el cauce fluvial por antonomasia del campo charro de bravo, se encuentra la vetusta y poligonal plaza de tientas, corraletas y el corral de retener, donde desemboca un vertiginoso y amplio pasillo para encerrar a las reses. Arquitectura tan sólida como añeja. Piedra que es historia de la ganadería salmantina.
En el coqueto palco, en cuya pared trasera se encuentran dibujados los diversos hierros ganaderos de la familia, continúa la charla entre María José Sánchez Majeroni y Nacho de la Viuda. Para ambos es el inicio de la temporada, el primer festejo, «en el que tenemos puestas muchas ilusiones, tanto por su resultado artístico como por la ayuda a la asociación que ayuda a los enfermos de la esclerosis múltiple», expresa el director operativo de Tauroemoción, con el asentimiento de la ganadera.
«Espero que los novillos transmitan una emoción especial, con clase, con nobleza, en definitiva con bravura, y que además permita que atraigamos a un nuevo público a los toros, y que el festival de La Flecha sea un éxito para todos», concluye quien representa al hierro Castillejo de Huebra.
La lluvia, que nos recibió en la finca, cierra plaza también. Con un eco lejano y ronco, entre las encinas, se oye el reburdeo de los toros. Es hora de irse.
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