Una caravana de Valladolid atravesará el desierto para repartir comida y material sanitario en el Sahara

En total, más de mil kilos de solidaridad que viajarán desde Valladolid hasta los campamentos saharauis en una caravana benéfica que ha partido este jueves rumbo al desierto. Javier, junto con Toño, Jesús y Ángela, es uno de los conductores de esta comitiva que sabe cuándo ha salido, pero no en qué jornada llegará a su destino. Tienen por delante cerca de dos mil kilómetros de un camino que les llevará primero a Madrid, donde se unirán a varios 4x4 del colectivo Rivas Sahel.

Desde ahí, este grupo de voluntarios de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Valladolid conducirán hasta Alicante, donde cogerán un ferry rumbo a Orán. Allí empezará su viaje por carreteras africanas. En su trayecto hasta Tinduf estarán escoltados por las fuerzas de seguridad argelinas y, después, por responsables del Frente Polisario.

«Yo soy montañero, motero y aventurero… y esto me gusta», asegura Javier. Pero no es un camino sencillo. Primero, porque los vehículos no son nuevos: se trata de donaciones que luego quedarán allí, en los campos de refugiados. Segundo, porque van cargados hasta los topes. Y tercero, porque las carreteras en Argelia no siempre están en buen estado.

«El año pasado, nos pilló una inundación y una de ellas estaba cortada. Nos tocó hacer noche a mitad de camino, con los vehículos formando un cuadrado y nosotros durmiendo dentro de ese recinto, protegidos por lonas y mantas», recuerda Javier.

La expedición vallisoletana se nutre con las aportaciones de la Diputación, donaciones particulares y las campañas que durante los últimos meses han programado en colegios y varios ayuntamientos de la provincia. También ha colaborado el hospital Río Hortega, que ha donado parte del material adquirido durante la pandemia (batas desechables, calzas, guantes, mascarillas, gel hidroalcohólico…) que ahora no se usan aquí, pero que son de gran utilidad en los consultorios y hospitales del desierto.

Hay además sillas de ruedas, muletas, material ortopédico y nueve grúas para encamados facilitadas por el centro residencial de la Carretera de Rueda. Junto a esto, medicamentos (sobre todo ibuprofeno y paracetamol), material escolar y ludico (cuentos, pinturas, puzzles) y alimentos. Especialmente, legumbres, leche en polvo infantil y azúcar.

«Hay familias que no pueden hacer varias comidas al día y el té con azúcar les da energía», cuenta Blanca López, presidenta de la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, que cuenta con 80 colaboradores en Valladolid y que, además de esta expedición, programará una próxima salida de material solidario con el flete de un contenedor en las próximas semanas.

El lugar de destino de la caravana es Rabuni, la capital administrativa de los campamentos de refugiados, donde se encuentran los órganos de gobierno del Frente Polisario. Allí, los vallisoletanos descargarán el material desplazado hasta el Sahara y lo clasificarán. Habrá parte que repartan en colegios y hospitales. La mayoría irá hasta los almacenes de la Media Luna Roja, para su mejor administración por la zona.

«Yo soy un militante de la causa saharaui y participar en este viaje es muy importante para mí», cuenta Javier, quien viajará por tercer año en esta comitiva. Esta vez, junto a su pareja, Ángela, la primera mujer en conducir un vehículo solidario rumbo a los campamentos. El viaje de vuelta, una vez que hayan dejado allí las dos ambulancias y los automóviles, será en avión, desde el aeropuerto de Tinduf. Y sí, todavía no han salido, pero ya están pensando en la próxima vez que emprendan una aventura parecida para ayudar desde Valladolid al pueblo saharaui.