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Un canal con un tramo de rampa móvil y dos de escaleras mecánicas discurrirá paralelo al ascensor con capacidad para 25 personas que el Ayuntamiento instalará a partir del próximo mes de octubre para salvar el desnivel entre la calle Julio Senador Gómez (trasera de la piscina cubierta de Parquesol) con el paseo de Juan de Valladolid (entrada del IES). El alcalde, Óscar Puente, acompañado del concejal de Movilidad, Luis Vélez, presentaron este martes este proyecto de movilidad vertical en el que se invertirán 4,7 millones de euros, IVA incluido, y que prevé un periodo de ejecución de diez meses, con lo que podría entrar en servicio en agosto de 2022. Ahora ambas vías están unidas por una escalera con una pronunciada pendiente del 24% y 138 peldaños. Favorecer la accesibilidad entre el barrio alto (25.750 vecinos) y las dotaciones y oferta de la parte baja –Carrefour, estadio José Zorrilla, auditorio Delibes o mercadillo– es el objetivo de esta obra que Puente calificó de «funcional y vanguardista». «Es única en España y va a ser un referente», recalcó satisfecho.
El proyecto, cuya autora es la arquitecta Yolanda Domínguez, contempla la instalación de un elevador acristalado con capacidad para 25 personas. El viaje entre ambos puntos durará 90 segundos, tanto de subida como de bajada, con dos minutos de parada para efectuar la descarga y la nueva carga de viajeros. La cabina podrá desplazar a 400 personas por hora y será un servicio gratuito, destinado, principalmente, a personas con movilidad reducida y vecinos que transporten paquetes, coches de niños o bicis. El diseño incluye dos estaciones de recepción de viajeros en ambos puntos, separados por una distancia de 22 metros. Las dos dispondrán de pantallas exteriores de LED de última generación con animación 3D, así como de aparcabicis. En el caso de la terminal de la calle Julio Senador, la cubierta será vegetal, mientras que en la de Juan de Valladolid el montaje se coronará con una especie de escultura con unas grandes alas que serán paneles para captar energía solar, que alimentará la instalación.
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La rampa y escaleras mecánicas, por su parte, podrán transportar 6.000 personas por hora. En principio, solo para el trayecto de subida, aunque se podrá modificar su funcionamiento en sentido bajada para favorecer la movilidad de ciudadanos que, por ejemplo, vayan a asistir al estadio a un partido o a otro evento.
La obra incluirá la reforma completa del entorno. Así, se renovarán aceras, se cambiará la iluminación, se señalizarán las calzadas y aparcamientos públicos, se ajardinará la zona y se colocará nuevo mobiliario urbano.
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El montaje dispondrá de un sistema de monitorización con videovigilancia y seguridad, que supervisará la Policía Municipal. El alcalde acotó, no obstante, que, a pesar de estas medidas y de los materiales antivandálicos de la instalación, en las ciudades en las que ya funcionan este tipo de elevadores «los vecinos los suelen respetar al percibirlos como elementos muy útiles».
Mientras los operarios culminan ahora las obras de los tres elevadores en el barrio de San Isidro, el alcalde avanzó que ya se trabaja en el otro ascensor para Parquesol, el que discurrirá por el parque de Los Almendros para salvar el desnivel entre la avenida de Salamanca hasta la calle Mariano de los Cobos, a la altura de la escuela infantil Mafalda y Guille. El diseño estará listo «en breve», aunque su instalación se podría aplazar hasta 2023. El elevador que urgía más por el volumen de desplazamientos previsto –el 60% del vecindario del barrio– era el presentado hoy.
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