Camisetas vallisoletanas contra Sánchez

Los caminos de la protesta son inescrutables. Iván, un vallisoletano de 45 años, empezó a salir de su casa con un cartelón en el que se leía 'Gobierno dimisión'. Él mismo se grababa en vídeo en un plano subjetivo en el que se le veía comprar el periódico, entrar en la farmacia o acudir al supermercado. Los clips empezaron a circular por las redes sociales y recibió la llamada de un empresario que le sugirió amplificar la protesta. «Me llamó para felicitarme, pero me dijo que lo podíamos hacer a lo grande. Así que hablamos de la posibilidad de realizar unas camisetas con el lema 'Sánchez, vete ya'», explica este vallisoletano crítico con la actuación del Gobierno central y que prefiere no divulgar su nombre completo.

Un proveedor de la ciudad le ofreció un precio de 2,15 euros por prenda si efectuaba un pedido de mil unidades. Y se lanzó a la aventura con la idea de «inundar Valladolid» de camisetas contra el presidente del Gobierno a través de una dirección de Gmail que se publicita en la misma prenda con un simple 'consigue tu camiseta'..

«Hemos dejado las camisetas al precio que nos dio el distribuidor porque no tenemos ánimo de lucro. Se trata de comprar camisetas para regalar, con un mínimo de diez. Yo he comprado 20 y he regalado 18. Funciona como una cadena de favores», relata.

Con la sociedad cada vez más polarizada y las críticas contra el gobierno en aumento, Iván y su improvisado socio encontraron rápidamente un nicho entre la derecha más crítica. En una semana despacharon el lote inicial de mil camisetas. «Hemos tenido pedidos desde Oviedo, de Palma de Mallorca, de Madrid... Ha funcionado en redes sociales, aunque yo no estoy metido en ellas y me lo lleva una chica, No tengo ni Facebook». Sin embargo, su imagen con largas barbas, cartel crítico y monólogos contra el Gobierno mientras paseaba por Valladolid encontró cierta fama viral con la que no se acaba de sentir cómodo. De ahí que prefiera que no se difunda su nombre completo.

Nuevos pedidos de camisetas continuaron porque la demanda no cesó. «Recibimos otras mil. Queremos tener un estocaje porque ha habido un aluvión y se nos va de las manos. La hemos llevado a concentraciones y la gente nos pregunta dónde podía comprarla».

Pero hay personas que se echan para atrás cuando saben que tiene que pagar los gastos de envío. «Las estamos regalando a precio de distribuidor, no tenemos ánimo de lucro y la gente nos pregunta si no pueden ir a buscarlas a un sitio o si se las llevamos. Es que no gano ni para gasolina. Pero ya he logrado que se empiecen a vender en un local para esta gente que es un poco ruin...».