La procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa) ha vuelto a adelantar su descenso del árbol en un invierno cálido marcado por la sequía. Las altas temperaturas de estos últimos años en Valladolid están consolidando la tendencia y alterando el ciclo vital de este animal. Esta oruga ... produce importantes daños, especialmente en pinos, aunque también hay especies de cedros que se ven comprometidas.
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La procesionaria del pino, de colores anaranjados, marrones y grisáceos, recibe su nombre por la forma en que se desplaza, en grupo de manera alineada, «a modo de procesión». Es, sin duda, la plaga que más impacta en los parques y jardines de nuestro entorno.
Las altas temperaturas que hemos vivido en el comienzo de 2022 alteran el desarrollo natural de estos animales, les «hacen creer» que ya está cerca la primavera, por ello las larvas adelantan el descenso de los árboles y las vemos en abundancia prematuramente en los pinares de la ciudad. Toda la zona de pinares de la provincia se ve afectada. Desde Parques y Jardines del Ayuntamiento de Valladolid nos informan de que las zonas más afectadas en la capital son: el pinar de Antequera, Puente Duero, Pinar de Jalón, las laderas de Parquesol y el parque forestal de Fuente el Sol.
La procesionaria del pino se alimenta de las hojas de pinos y cedros provocando graves daños en estos árboles. No llegan a secar los árboles pero sí los debilitan en gran medida exponiéndolos al ataque de otras plagas. En esta etapa también es peligrosa para personas y animales. Los pelos de la oruga son urticantes y el contacto con ella puede provocar fuertes reacciones en la piel, graves problemas de salud por reacciones alérgicas o la muerte de animales producida por la ingesta. Desde la Asociación de Empresas de Sanidad Ambiental se advierte de que un mínimo contacto puede generar dermatitis y lesiones oculares, es importante acudir al médico inmediatamente después de una picadura de procesionaria. Es muy importante resguardar a niños y animales del contacto con esta oruga.
La concejalía de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible ha multiplicado medios para la lucha contra esta especie en la capital. El resultado ha sido la destrucción de 3.000 nidos, un 500% más que los eliminados a mediados de marzo de 2021. La eliminación de bolsones es uno de los múltiples procedimientos para el control de plagas que cada año lleva a cabo el Servicio Municipal de Parques y Jardines y la Comisión de Sanidad Vegetal.
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En Valladolid se hacen anualmente campañas de prevención de esta especie y se ponen en marcha métodos de control para evitar la proliferación y los problemas de salud pública que conlleva su crecimiento desmedido. Las intervenciones se adaptan a cada espacio en base a las características de las zonas verdes, su accesibilidad, la cantidad de arbolado vulnerable, sus dimensiones y si son espacios de juego en los que habitualmente hay niños o animales.
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