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La retirada de la valla ya permite ver la anchura de la nueva acera con el retranqueo del edificio. Rodrigo Jiménez

Valladolid

La calle Duque de Lerma gana una acera 18 años después

Los remates de la obra del bloque de viviendas en los números 5 y 7 dejan entrever ya el ensanche de un paso que antaño apenas tenía medio metro de brea y bordillo

Antonio G. Encinas

Valladolid

Domingo, 27 de octubre 2024, 08:18

Eran tres bloques en ruinas aledaños al colegio Niño Jesús, en pleno corazón de Valladolid. A un paso del edificio histórico de la Universidad, de La Antigua, de la Catedral, de Santa Cruz, y que le daban al entorno el aspecto de una calle sacada ... de otra época, con unas estrechas e incómodas aceras de brea. En el año 2006 esos tres bloques, los números 3, 5 y 7 de la calle Duque de Lerma, los impares, fueron declarados oficialmente en ruinas por parte del Ayuntamiento de Valladolid y se procedió a su derribo para construir en su lugar nuevas viviendas. Poco después se colocó una tapia que dejaba la acera reducida a la nada.

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Y hasta hoy.

Era una de esas caries urbanísticas a las que se refería el ex concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, en la presentación del actual Plan General de Ordenación Urbana. Solares edificables en una buena ubicación que, sin embargo, se habían quedado atrancados en asuntos burocráticos o de herencias o abortados por la crisis. Hoy ya están casi a punto las viviendas, promovidas por Cavidel, y la acera, que deja atrás, 18 años después, aquel carrilito de apenas medio metro de brea delimitado por un bordillo.

El retranqueo de la fachada, que se alinea con los edificios contiguos, hace que el paso peatonal se ensanche aún más a la altura de los cafés La Biblioteca y El Decano, que hasta ahora cerraban la calle con sus terrazas. Así, en el tramo más estrecho la acera pasará a tener dos metros, como se contemplaba cuando se derribaron los inmuebles en ruinas casi dos décadas atrás. «Las fachadas se alinearán con las del colegio y del bloque ya existente del número 3 para permitir habilitar la acera de en torno a dos metros de ancho», contaban desde la promotora en junio de 2022, cuando comenzaron las obras de construcción de los pisos.

En el punto en el que conecta con las terrazas, sin embargo, la nueva acera de la calle Duque de Lerma se irá a los 7 metros. Mucho más acorde con el paisaje que conforma la prolongación de la calle con Librería, cuajada de terrazas y ambiente universitario.

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Valladolid verá así rematada una calle que comenzó su transformación mucho antes, en la acera de los números pares. La piqueta echó abajo el edificio que albergaba el bar Montesol--con sus fotos de bocadillos con fondo azul en las que el pan era el mismo en todas las fotos y solo cambiaba el relleno, un truco de la época prePhotoshop-. Un establecimiento con cuarenta años de trayectoria sirviendo tortilla de patata y botellines de cerveza. A decir verdad, el Montesol echó el cierre antes, en el año 2002. Y ya entonces Ana y Charo, las hijas de los fundadores, contaban a El Norte que el edificio iba a ser «derribado para albergar un bloque de viviendas de seis plantas». De hecho, como así fue, ya preveían que no habría otro negocio en el local «hasta su derribo».

Por detrás de ese edificio se creaba un callejón en el que también había un bar, La Calleja. Ambas cosas desaparecieron algo más de un año antes de que se declararan en ruina los tres bloques de los impares.

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En ese tramo de los pares la acera que se creó alcanzó los tres metros de ancho en su punto máximo. Y desde ese momento hasta ahora, cuando aún está cerrado el paso en los impares, ha sido el único camino peatonal decente.

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