Los gatos hidráulicos hincan ya bajo las vías el túnel peatonal en Delicias: así trabajan

El proceso constructivo de los túneles bajo las vías que la Sociedad Alta Velocidad está ejecutando entre Delicias y la calle Estación es una compleja operación de ingeniería que permite habilitar conexiones peatonales o rodadas bajo la cota cero sin interrumpir el tráfico de convoyes, un aspecto clave en una ciudad que es nudo de las comunicaciones por tren con el norte y el oeste del país.

La empresa Marco Infraestructuras, adjudicataria de un tajo con un coste de 14,3 millones de euros, está utilizando esta técnica en los dos túneles de nueva factura de la zona: el de coches de Panaderos (ya colocado) y el reservado para viandantes entre este y el de Labradores. Los trabajos avanzan a buen ritmo y el objetivo es que ambos estén operativos a principios del próximo año para acometer en una segunda fase el de Labradores. Esta es una somera descripción de cómo trabajan operarios y máquinas en el entorno.

La principal característica es que todo el trabajo se realiza en la misma zona de obra. Es decir, el cajón, en el caso del peatonal con una anchura de 16 metros y una longitud de 32, se ha construido en una sola pieza muy cerca del lugar en el que quedará fijado. Antes ha habido que preparar el terreno. Excavar y despejar el área de tierra para crear la base de deslizamiento de esta gran pieza de 2.800 toneladas que se asentará bajo las vías. Según explican los responsables de la obra en el Ayuntamiento, esta fase es clave para el posterior desarrollo con éxito de la operación. Lo primero es construir una plataforma de hormigón con dimensiones suficientes y unos muros guía para encauzar la estructura porticada que se colocará sobre la base. Al tiempo se levanta el que se denomina como muro de reacción, un tope contra el que empujarán los gatos para que esa estructura, muy poco a poco, se mueva hasta su ubicación definitiva.

La segunda parte de estas labores previas a la hinca es el apeo de las vías. Su preparación es un trabajo delicado porque los raíles deben quedar bien fijados para aguantar el paso de los trenes y para que el empuje no afecte a la estabilidad del canal ferroviario. El montaje de esta celosía consta de dos partes. La primera, la ejecución de unas vigas de hormigón que sustenten todo el entramado. Son el apoyo al que se transmiten las cargas por el paso de las composiciones ferroviarias. En combinación con estas, se crea una especie de rejilla con perfiles metálicos reforzados que se colocan bajo las vías y entre las traviesas. Unas fuertes grapas anclan este conjunto a los raíles, de manera que esta especie de andamio a ras de suelo sea solidario y resista bien tanto el tráfico en superficie como a los movimientos del pórtico que hará de túnel.

Ejecutada la obra de fábrica y asegurada la playa de vías, comienza la operación para mover el cajón a su espacio definitivo. La técnica es la del empuje oleodinámico. Se trabaja en la parte inferior y superior de la gran estructura de hormigón. Arriba, bajo el entramado del apeo de las vías, se instalan una vigas con unos rodillos entre estas y el pórtico para facilitar el deslizamiento de la mole. El frente de avance del cajón tiene una forma de cuña para rebajar la resistencia ante el arrastre y facilitar la retirada de tierra. En la parte inferior, se coloca el conjunto cilindros hidráulicos. Para facilitar el desplazamiento es necesario abordar un proceso de excavación en ese frente para que el hincado no se encuentre con el obstáculo del talud de tierra.

Una vez concluida la excavación se procede al empuje en sí. Se pone en marcha el conjunto de gatos que mueven la mole. Cada movimiento desplaza el túnel unos cincuenta centímetros, que es la longitud que alcanzan estos cilindros. Seguidamente, se recogen los pistones y con la ayuda de una grúa se colocan vigas entre el muro de reacción ( el que hace tope en la operación de empujado) y la estructura, en el espacio dejado por el avance del pórtico, de manera que esos cilindros tengan un punto para apoyarse ante un nuevo accionamiento de los mismos. Y esta operación se va repitiendo hasta que el túnel queda colocado en su sitio. La progresión diaria, en terrenos normales, suele ser de uno a tres metros, dependiendo del tiempo de trabajo, que está limitado por la circulación de trenes, ya que solo se puede empujar cuando no hay tráfico ferroviario.

La operación de hincado se controla al milímetro a través de GPS y cálculos topográficos. La empresa Marco Infraestructuras analiza cada movimiento de la mole para evitar desplazamientos indeseados. La alineación y nivelación tanto de las vías como del marco deben estar siempre en perfecto estado para que no afecte a las circulaciones ni se registren desvíos en su trayectoria.

Finalizado el proceso de empuje y calada la estructura con la excavación realizada en el otro margen de la vía, se procede al desmontaje del sistema de apeo de la vía y se devuelve la misma a su estado original. Los operarios inician entonces las obras de acabado del interior del paso, desde los revestimientos hasta la habilitación de la calzadas o la pavimentación en el caso de que el túnel tenga carácter peatonal. Iluminación y elementos decorativos completan la ejecución.

En el caso del triple paso de Delicias, el hincado de cajones se está realizando en dos de las tres conexiones: en el túnel para tráfico rodado desde Panaderos a la avenida de Segovia (dos carriles) y en el peatonal. El paso de Labradores (dos carriles para tráfico rodado en dirección centro) , sin embargo, aprovechará su actual ubicación y configuración, aunque incrementará su gálibo para permitir el paso de vehículos más altos. El interior de esta conexión se renovará por completo para que tenga una estética igual a las de sus nuevos compañeros.