![La caja fuerte que no encontraron en el crimen de Circular estaba detrás de unas cortinas](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202002/09/media/cortadas/NF0PR5D1-kVvD-U10084960448mz-624x385@El%20Norte.jpg)
![La caja fuerte que no encontraron en el crimen de Circular estaba detrás de unas cortinas](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/202002/09/media/cortadas/NF0PR5D1-kVvD-U10084960448mz-624x385@El%20Norte.jpg)
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«María había convertido la seguridad de su vivienda en una máxima prioridad, sin duda, con intención de salvaguardar las importantes cantidades de dinero en efectivo que, al parecer, había de forma habitual en una caja fuerte empotrada en la pared de uno de los ... dormitorios», precisa el informe de la Policía Judicial. Ella, a sus 73 años, vivía sola desde que su marido murió en 2015. El 'búnker' que se construyó desde el primer asalto de 2011 (irrumpieron varios individuos disfrazados de policías y ella se defendió mordiendo a uno de ellos y logró ahuyentarlos) no la protegió: los cacos sabían a qué hora no estaba conectada la alarma. El 16 de octubre, la víspera del crimen, había en la casa más de 500.000 euros en efectivo, pues un empleado de su hijo le había llevado 300.000 para que se los guardara su madre, pero por tarde fue a buscar el dinero.
Aunque Anton asegura que ella fue quien les abrió la puerta, la disposición de las zapatillas de la mujer en la cocina hacen pensar a los investigadores que fue sorprendida mientras desayunaba, con lo que ponen en duda la versión de que los asaltantes accedieron al piso porque se les franqueó la entrada. Por el contrario, consideran que alguien del entorno de la familia de María, conocidos tratantes de ganado, les facilitó una copia de la llave. «Se descarta, por improbable, que abriera la puerta a desconocidos», subraya la Policía.
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Tras ser maniatada, amordazada y golpeada en cabeza, cara, extremidades y costillas para que les dijera donde guardaba la llave de la caja –ya tenían en su poder el cuaderno con la combinación–, las dos llamadas al telefonillo exterior les hizo a los tres delincuentes entrar en pánico y se lanzaron escaleras abajo. Nunca encontraron la caja que buscaban, oculta tras las cortinas de una habitación. María, a pesar de los golpes, no les reveló que la llave estaba en el bolsillo de un abrigo.
La víctima pudo conseguir desatarse la mano derecha, pero nada más. Sufrió dos horas de agonía tirada en el suelo del recibidor hasta que falleció, sobre las tres de la tarde, según calculan los forenses. Allí fue encontrada, al día siguiente. La causa de la muerte: la sofocación y posterior paro cardíaco. Las lesiones que presentaba por la paliza que recibió no eran mortales de necesidad, precisa el informe de la autopsia.
El pánico, unido a que tenía casi tapadas con la cinta americana la boca y las fosas nasales, así como una cardiopatía que padecía se conjugaron fatalmente en su contra.
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