El esperado IV Encuentro Internacional de Periodismo Miguel Delibes, organizado por El Norte de Castilla junto a la Fundación Miguel Delibes y con el apoyo de Unicaja y la Diputación de Valladolid, se ha consolidado como una cita indispensable para profesionales y estudiantes del mundo de la comunicación. Este congreso reunió a numerosos asistentes en el auditorio Miguel Delibes para reflexionar sobre los retos que enfrenta el periodismo en la actualidad.
Como en años anteriores la presentación de la jornada corrió a cargo de Marisa Rodríguez Palop, quien fuera corresponsal de RTVE en varias capitales europeas. La cita reunió a los mejores y se centró en destacar el coraje y la dedicación que exige el oficio en una era de cambios profundos y amenazas.
Germán Delibes, presidente de la Fundación Miguel Delibes, destacó la importancia de este evento, al que calificó como una «cita esencial» para trasladar al público la relevancia de la profesión. En su discurso, recordó el legado de su padre, Miguel Delibes y sus 70 años de relación «con el viejo Norte», y habló sobre la soledad que a menudo acompaña al informador: «El coraje del periodista tiene un precio, y no menor: la soledad», señaló.
La conferencia inaugural estuvo a cargo de la prestigiosa periodista chilena Mónica González Mújica, todo un referente en el ámbito del periodismo de investigación. González, Premio Nacional de Periodismo 2019 y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabriel García Márquez, compartió su amplia experiencia en medios de comunicación de Chile y América Latina. A lo largo de su trayectoria, ha fundado y dirigido importantes medios como el Centro de Investigación e Información Periodística (CIPER), la revista Siete+7 y el Diario Siete. Su ponencia captó la atención de la audiencia al abordar el papel crucial del periodismo en la construcción de democracias más transparentes.
Conmovida, González hizo un recorrido por los horrores que ha cubierto en su carrera con especial énfasis en su trabajo como corresponsal en Chile durante los tiempos más convulsos del régimen militar. Desde las masacres en Guatemala hasta los crímenes de las dictaduras latinoamericanas, denunció las violaciones de derechos humanos que aún no se han contado en su totalidad. «El buen periodismo es el que sigue a las familias y ayuda a saber la verdad. Es el enemigo de los gobiernos y del crimen organizado», afirmó. «Esas historias y esas masacres no me las contaron, la he vivido, pero no las supimos contar. Vengo de un continente donde los muertos se acumulan, se apilan. La dictadura de Pinochet mató más de 30.000 personas. Pero a Milei no le importa mucho», prosiguió.
González también alertó sobre la creciente persecución de periodistas en América Latina, citando el asesinato decenas y decenas de periodistas en México y la encarcelación de destacados periodistas en países como Guatemala y Venezuela. Según ella, el buen periodismo debe cruzar datos y enfrentarse a la desinformación, para proteger la libertad de expresión y los derechos de los pueblos a estar informados. «Debemos ser rigurosos, no militantes, y tener un objetivo claro: que la información llegue a todos», insistió. «Lo terrible es que en ningún colegio se enseña porqué se hizo el golpe de estado, ni se habla de las torturas y de por qué a aquellos que yo alfabetizaba les cortaron los dedos de las manos y los pies. En Chile no se enseña y en Guatemala tampoco. ¿Fue un invento la dictadura? No. No fue un invento. Lo que ocurre es que vengo de un continente que no puede contar sus muertes ni sus desaparecidos», subrayó.
El discurso de González hizo una llamada a la acción apelando a la unidad y valentía de los periodistas para enfrentar las amenazas contra la democracia y la verdad. «Hoy se requiere el mayor coraje para ser periodista. Esta es una lucha épica por la vida del buen periodismo, que hoy se convierte en oxígeno y cordón umbilical para la sociedad», incidió.
«Estamos dispersos para defender la democracia. Nuestros medios son vilipendiados. Culpan a nuestra libertad de expresión de los mayores desmanes. Junto a la libertad de expresión está el derecho de los pueblos a tener información. No somos protagonistas. Somos herramientas y debemos ser rigurosos. No militantes. O tenemos un objetivo de que la información llegue a todos, o no estamos cumpliendo nuestra misión«, destacó la periodista.
«Nos están inoculando miedo. Hay que combatir el terror y la máquina de la desinformación. Hay que descubrir quienes la financian y los periodistas que están bien pagados y trabajan para ella. Hay que respetar el 'off de record' y el rigor, y entrever que la desigualdad, la corrupción y la extrema derecha son una erupción que quiere hacer temblar y hacer caer todo el sistema que nos ha regido y que ha defendido la democracia y la vida», señaló.
González terminó su intervención reivindicando las buenas maneras, la civilización y el amor y rindiendo homenaje «a los que combaten este poder tan oscuro como real. A la periodista mexicana Carmen Aristegui, a Carlos Fernando Chamorro de Nicaragua, a José Rubén Zamora de Guatemala y a aquellos comunicadores a los que se está matando en sus tierras campesinas», concluyó.
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