Blanca Jiménez (PP), durante una intervención en un Pleno anterior. Alberto Mingueza

Bronca con las enmiendas en el Ayuntamiento de Valladolid

El PP, molesto por la decisión del PSOE de cuestionar una práctica que el reglamento no contempla pero que los socialistas han utilizado con profusión desde 2019

Antonio G. Encinas

Valladolid

Lunes, 29 de julio 2024, 19:39

Blanca Jiménez (PP) quería rematar la última intervención de la mañana aclarando un dato sobre las enmiendas a las mociones, pero Jesús Julio Carnero le cortó el micro. «Se ha acabado el tiempo». Y casi cinco horas de Pleno después, esa decisión no admitió réplica. ... Pero su concejal de Turismo y Marca Ciudad insistía a continuación, ya camino de la salida. «El PSOE presentó enmiendas de sustitución en 20 ocasiones desde que se modificó el reglamento en 2019, y Toma la Palabra, en ocho».

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Quería apostillar lo que sabían ella y sus compañeros y por supuesto los que se habían quejado amargamente de la enmienda de sustitución que habían planteado PP y Vox a una moción de los socialistas y Toma la Palabra. «Desvirtúa la iniciativa política de los grupos», se quejaba Rocío Anguita (VTLP). Y el secretario, impelido por Pedro Herrero (PSOE), se comprometió a estudiar el caso y elaborar un informe.

Volvamos al principio. Una moción es «una proposición que se hace o sugiere en una junta que delibera», dice la Real Academia. Y el reglamento municipal matiza que debe tener «un contenido de carácter municipal». Y esas mociones se pueden enmendar. «Enmienda es la propuesta de modificación presentada por cualquier miembro de la corporación mediante escrito presentado al alcalde antes de iniciarse la deliberación del asunto», señala el reglamento.

Ocurre que a veces esa enmienda se convierte en un revolcón a la totalidad. Es decir, que la enmienda acaba convertida en una «enmienda de sustitución» que modifica por completo el sentido original de la moción. Es lo que hicieron PP y Vox con el texto del PSOE y VTLP, que buscaban rascar en las contradicciones sobre los menores inmigrantes no acompañados que han provocado la ruptura en los gobiernos autonómicos de PP y Vox, incluida Castilla y León. La propuesta de la oposición plasmaba dos puntos. En el primero, «el Ayuntamiento colaborará con la Junta en la acogida de menores migrantes en Valladolid». Y en el segundo, «el Ayuntamiento fomentará la participación de las asociaciones y colectivos de población emigrante, buscando su integración en un centro de convivencia asociativo».

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PP y Vox pactaron una enmienda que dejaba la resolución de la moción así: «Instar al Gobierno de España a pactar una política de inmigración segura, ordenada, regular y legal, sin que quede al margen ninguna parte del territorio nacional».

Agua y vino.

Y Pedro Herrero (PSOE) advirtió de que en el reglamento municipal no existe la enmienda de sustitución como tal. «Literalmente no habla el artículo 58 de enmienda de sustitución, por lo tanto hay que estudiarlo con más detenimiento», admitió el secretario, Jesús Mozo. Y eso sí, explicó que «las enmiendas de sustitución se han aceptado y admitido» siempre mientras él ha sido secretario «y antes», por lo que permitía que se votara como tal.

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El PSOE insistió. Y Jesús Julio Carnero quiso tirar por la calle de en medio y, tras pedir al secretario que lo estudie, que se votara la enmienda. «Y eso no impide que el PSOE y VTLP presenten una moción parecida o idéntica en otro momento». Y no. Pidieron votación nominal. Y Carnero invitó a que la retiraran. Otro embolado reglamentario, porque las normas no contemplan retirar las mociones acabado el debate, justo antes de la votación. «Aquí llevamos muchos años admitiendo enmiendas de sustitución», advirtió Carnero, que lo calificó como «tradición inveterada». Insistió en que volvieran a presentarla, pero al tiempo señaló que eso no evitaría que los suyos volvieran a enmendarla en el sentido que consideraran necesaria. «Volver a traer una moción por segunda vez cuando ya se ha votado en el Pleno es estúpido», dijo Herrero, que pidió dejarla «sobre la mesa». Pues tampoco. A votar. «No impide, por estúpido que sea, que usted presente cuando quiera las mociones que quiera», replicó Carnero. «La retiramos», insistió Herrero. Pues tampoco, zanjó el alcalde. Rocío Anguita consideraba el debate «sustancial» porque «no puede ser que la iniciativa política quede desdibujada y votada en un sentido contrario porque no se quiere votar en contra».

El mosqueo de Blanca Jiménez (PP) con la oposición derivaba de que no se habían quejado nunca de las enmiendas de sustitución mientras las habían podido utilizar a favor. Y Pedro Herrero le daba la razón en su penúltima intervención. «El reglamento está en vigor desde 2019, cualquier grupo ha podido plantearlo y nadie lo ha hecho. Pues llega este momento». Lo que viene a traducirse como un «haberlo pensado antes». Y planteó al secretario que analice dos cosas, si proceden las enmiendas de sustitución y si se puede retirar una moción antes de su votación.

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«Se hará un estudio adecuado por parte de la Secretaría sobre el reglamento», concedió Carnero. Y volvió a pasar la palabra al secretario. «No hay ninguna previsión que permita o impida retirar, pero hay que ver también el momento de retirar una moción, no es lo mismo antes que durante o después del debate. Lo tengo que analizar más despacio», dijo Jesús Mozo.

Catorce minutos de debate después, la enmienda de sustitución se aprobó con los votos de PP-Vox, por lo que la moción original quedó en el olvido, y lo único que está claro ahora es que al secretario general, Jesús Mozo, le han encargado deberes para agosto.

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