Valladolid

El boom de los apartamentos turísticos se consolida con 47 aperturas proyectadas

Según los datos de la Junta de Castilla y León, en Valladolid hay 215 alojamientos turísticos registrados y la mayoría de ellos se encuentran en el centro. La llegada de los nuevos apartamentos incrementará las plazas en la zona más turística de la ciudad en un movimiento que se está registrando en todo el país. Según Exceltur, asociación formada por los presidentes de 23 de las más relevantes compañías turísticas españolas, en los últimos diez años se ha detraído el 6% del total del parque residencial de los barrios de mayor atractivo turístico en las seis ciudades que han analizado, que son Madrid, Barcelona, Sevilla, Málaga, Valencia y San Sebastián.

Los datos demuestran que el mercado está cambiando, tal y como explica Francisco Moreno, presidente de la Asociación de Empresarios de Apartamentos Turísticos (Avat). «Los apartamentos de nuestros asociados están dando alojamiento a entre 35.000 y 40.000 personas al año. Actualmente, estamos alojando a un 30% de los turistas que pasan por la ciudad. Somos empresas constituidas o autónomos dedicados específicamente a esto. Todos tenemos equipos de limpieza, de mantenimiento y hacemos recepción las 24 horas. No nos diferencia en nada la atención que te puede ofrecer un hotel. Solo nos distingue que un hotel tiene un edificio localizado en un mismo punto y nosotros lo tenemos segregado», asegura Moreno, quien recalca que, a su juicio, el nuevo modelo es más eficiente que el de un hotel. «Aquí no hay un mercado oculto ni sumergido. Es un mercado nuevo. Nos sucede como a Uber y al taxi. Nosotros somos 2.0 y un hotel depende de una estructura que es mucho más costosa que la nuestra. Yo puedo abrir un edificio de los míos por partes. Puedo calentar un apartamento y cerrar otro dependiendo de mis necesidades, pero un hotel tiene que abrirse entero porque está previsto así. No puedes abrir un hotel sin empleados, pero yo sí que puedo abrir un apartamento sin empleados», añade.

Ante esta situación, Portugal acaba de prohibir la concesión de nuevas licencias de alquileres vacacionales de corta duración. Esta medida trata de evitar que las ciudades del país vecino sigan aumentando el número de alojamientos vacacionales y desplacen a los vecinos que vivían tradicionalmente en las zonas con mayor atractivo turístico. No obstante, la concejala de Turismo en Valladolid, Ana Redondo, explica que situaciones como las de Madrid, Oporto o Barcelona no son extrapolables a tierras vallisoletanas gracias a que el último Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad catalogó a los apartamentos turísticos como alojamiento hotelero, por lo que no pueden tener vecinos en la misma planta o por debajo. Esta medida ha limitado el mercado y es la causa de que en Valladolid este tipo de negocios turísticos estén creciendo ahora en edificios completos. «Estamos vigilantes, pero Valladolid no tiene en este momento un problema muy importante de desaparición de vivienda. En el PGOU nos adelantamos a la realidad que podía sobrevenir, a la vista de lo que ha pasado en otras ciudades en las que los apartamentos turísticos han proliferado en exceso y han colonizado el centro de las ciudades», explica la concejala.

El presidente de la Asociación de Empresarios de Apartamentos Turísticos explica que lo que hay que hacer para legalizar un apartamento turístico es esto: «Hay que aportar una licencia de habitabilidad y un plano de la vivienda, una declaración responsable ante la Junta de Castilla y León y cumplir una serie de requisitos, como tener iluminación natural, que el baño mida al menos 3,5 metros cuadrados, que la vivienda tenga un mínimo de metros cuadrados y servicios. Lo que se pretende es que no se alquile un zulo», indica Moreno, quien añade que aquellos que trabajan sin dar de alta sus establecimientos asumen riesgos y hacen daño al sector. «Tú empiezas poniendo un apartamento en Booking porque crees que es fácil y luego empiezan los problemas. Te llama la Junta y te dice que qué estás haciendo. En cuanto hay uno nuevo, te llaman y te dicen que tienes que hacer unos trámites de regularización. El que no está funcionando de manera legal nos está haciendo daño a todos. Uno de los objetivos con los que se creó la asociación es informar a las personas que trabajan al margen de la Ley e instarles a que funcionen de manera legal y, si no lo hacen, denunciar», sentencia.

El alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha anunciado hace unos días que la falta de regularización en el sector hace que «185.000 pernoctaciones no sean computadas por el INE al año». Pero el riesgo de la presencia de apartamentos no regularizados en la ciudad va más allá de los datos del INE, tal y como reconoce Francisco Moreno. «A nosotros nos fiscaliza el mismo departamento de la Policía Nacional que a los hoteles. Pasamos parte policial de todos nuestros huéspedes, igual que un hotel, por seguridad nacional. El que no está regulado, no paga IVA, no paga licencias ni seguros y no contrata personal para limpieza y mantenimiento. Además, como es lógico, tampoco informa a la Policía de las personas que se alojan en sus instalaciones», desvela.

El encargado de gestionar los apartamentos ubicados en el edificio de El Corcho será Fernando Álvarez, que cuenta, además, con otros 55 apartamentos en el centro, ubicados en los números 10, 13, 18 y 19 de la Plaza Mayor; en Calixto Fernández de la Torre, 2; en la calle Santiago, 11 y en el edificio Fénix, de Constitución, 1. «Soy el que más apartamentos turísticos tiene en la ciudad con diferencia», explica Álvarez, quien asegura que el auge de estos alojamientos está permitiendo rehabilitar y dotar de un uso a viviendas que, de otra forma, se encontrarían vacías: «Por ejemplo, en la Plaza Mayor vive muy poca gente. Más del 50% de los pisos están desocupados. Las personas que tienen ese patrimonio parado, lo rehabilitan y, de esta forma, le sacan rentabilidad», añade.

Otro de los nuevos proyectos es el que convertirá el número 6 de la calle Ferrari en nueve apartamentos turísticos. La empresa que se ha encargado de llevar a cabo esta iniciativa es Covipro, una sociedad inmobiliaria que cuenta con varios alquileres repartidos por la ciudad y que se ha adentrado en este sector que desconocía. «Esta es una opción de compra que nos surgió y el lugar es el indicado para poner en marcha este tipo de productos. No tenemos experiencia en la gestión y nuestra intención no es gestionarlo nosotros mismos, sino que lo lleve una empresa especializada», explica Alberto González, consejero delegado de la empresa, que tiene pensado iniciar las obras una vez que finalice la Semana Santa y espera tener funcionando estos nuevos espacios «en la primavera del próximo año».