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El próximo lunes, 20 de marzo, comienza de forma oficial la primavera. Con ello, se entiende, también llegarán las mejores temperaturas y los cambios de planes. Es una época para salir al exterior, pero también un buen momento para descubrir Valladolid, disfrutar del buen tiempo ... y respirar.
No es que el calor sea excesivo, pero siempre se agradece ir por lugares frescos en primavera. En esta época, fresco es igual a agradable. El lugar más importante en este aspecto es el Campo Grande, donde la sombra reina durante prácticamente todo el día. La primavera es un momento perfecto para perderse entre las más de sesenta especies arbóreas que reúne el parque, así como por su fauna y monumentos.
El paseo puede ser más primaveral todavía si nos acercamos a Parquesol. Aquí tenemos el parque de los almendros, que en primavera adquiere un bonito aspecto gracias a los árboles, que entran en flor y dejan una bella estampa por estas laderas del barrio vallisoletano.
Otro paseo agradable está en el paseo de las Moreras, que también anima a andar entre los árboles que se ubican al lado del Pisuerga. Los pies nos llevan hasta Rosaleda, otro de los lugares perfectos para pasear por Valladolid en primavera y ubicado también a la vera del río.
Los parques son nuestros mejores aliados y por eso debemos hablar del parque Ribera de Castilla, que encontramos si seguimos hacía arriba el cauce del río. Cerca de la desembocadura de la Esgueva encontramos este parque, que también es otro de los lugares ideales para pasear.
Pues sí, en Valladolid hay miradores, y no solo el de la catedral. También en la naturaleza. A pesar de la escasez de montañas, las pequeñas elevaciones en torno al núcleo urbano han sido siempre una excusa para colocar miradores. Lugares donde, por qué no, también podemos pasar la tarde y comer uno de los manjares que acostumbra a acompañar una excursión. Un bocadillo.
Uno de los miradores más conocidos de Valladolid lo encontramos en Fuente el Sol. Conocido con este nombre, desde el balcón podemos ver toda la ciudad, con una vista privilegiada del edificio Duque de Lerma. Al otro lado del monte encontramos el parque de las Contiendas. Para llegar podemos acceder desde la montaña o, en caso contrario, subir una cuesta hasta llegar al mirador de la dehesa. Este es perfecto para ver el atardecer en Valladolid.
Si bien estos lugares están algo alejados del núcleo urbano, son unas opciones perfectas para terminar la visita a Valladolid desde otro punto de vista.
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