Hallan el cuerpo de otra mujer que vivía sola en Valladolid y que llevaba más de diez días muerta

Sus vecinos del bloque del número 6 de la plaza de Juan de Austria confirmaron que llevaban entre «diez y quince días» sin ver a Alicia, la vecina del séptimo C, una mujer que llevaba menos de dos años afincada en este inmueble y que, al parecer, «era viuda y no tenía hijos». De ella, a la que conocían poco, sí recuerdan que «era una mujer muy amable, culta y educadísima». Los propios residentes reconocieron que hace más de una semana advirtieron que las persianas de su casa estaban bajadas y lamentaron no haber llamado ya entonces a la Policía.

El aviso acabó llegando pasadas las seis de la tarde, presumiblemente de una mujer que «realizaba las tareas del hogar», y los Bomberos tuvieron que forzar la puerta de entrada, que estaba cerrada por dentro con una cadena de seguridad. Dentro, al igual que ocurrió la tarde anterior en la calle Juan Bravo (cerca de la Circular), encontraron el cuerpo sin vida de la inquilina sin signos externos de violencia.

La víctima de la soledad del martes se llamaba Félix y tenía 77 años. Alicia tenía 78. «Era una mujer que daba sus paseos y que salía con frecuencia, pero la verdad es que nunca nos imaginamos que la podía haber pasado esto», lamentaron visiblemente apenados los vecinos. El cuerpo de la enésima víctima de la soledad de este año en la capital fueron trasladados pasadas las nueve de la noche al Instituto de Medicina Legal, donde se le realizará la autopsia mañana. La escena se ha repetido ya en más de una veintena de ocasiones en distintas calles y barrios de la ciudad.

Los propios bomberos llevan meses advirtiendo de la importancia de vigilar a los mayores que viven solos tanto por parte de sus familiares, si los tienen, como de sus vecinos. Para ello, al margen de que los propios ancianos puedan solicitar un servicio de teleasistencia, aconsejan que ellos mismos faciliten una llave a algún residente de confianza de su bloque y que no cierren las puertas por dentro (las aperturas retrasan notablemente los auxilios).

Alicia tenía ayer su puerta cerrada a cal y canto con cadena. Vivía sola, pero en su buzón llegó a escribir otro nombre «por aquello de simular que no estaba sola para evitar robos», apuntaron sus vecinos. Pero lo cierto es que estaba sola. Muy sola.